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Por qué no legalizar la marihuana: Carlos Hiram Culebro Sosa

TUXTLA GUTIERREZ, Chiapas, 22 de Noviembre de 2015./Cosme Vázquez/ASICh.- “La marihuana no es dañina porque esté prohibida, está prohibida porque es dañina”, sostuvo Carlos Hiram Culebro Sosa, docente de Psicología de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas.

Entrevistado de los inconvenientes para que esa hierba sea legalizada, recordó que fue hasta finales del siglo XVIII en que los efectos nocivos de algunas drogas empezaron a conocerse. Así -advirtió- Freud consumió cocaína hasta que empezaron a publicarse referencias de sus efectos perjudiciales.

Legalizar las drogas, dijo, parece una idea atractiva, sobre todo con la violencia que se está dando en la lucha contra el narcotráfico esa propuesta parece una solución, pero de esa manera los jóvenes incrementarían  daños a su salud, así como otros sectores de la sociedad.

Señaló que si se legislara de manera  que el hurto fuera lícito ya no se tendrían infracciones por robo. Si comprar o vender marihuana se  decreta como una sustancia a la que pueda recurrirse con fines recreativos u otros propósitos, ya no habría delitos por tráfico de esa substancia, pero con ello no se acabarían los consumidores de esa droga, por el contrario se incrementarían sus usuarios; por lo tanto, es un error propiciar de esa manera su ingesta. Así como actualmente hay venta de licor adulterado o de cigarrillos a personas no facultadas para su adquisición, ello demuestra que el comercio autorizado de esa droga no acabaría con el narcotráfico.

Volvió a referirse al tabaco y el alcohol al preguntársele que si estas sustancias ocasionan problemas en la salud de quienes recurren a esos productos, y a la sociedad en el caso del licor, ¿para qué añadir los daños de otra droga más?

Agregó otros inconvenientes para legalizar ese producto, mencionando inicialmente los razonamientos a favor de esa medida jurídica, para después refutarlos.

Manifestó que se dice se pondría fin al negocio del narcotráfico, asociado a la corrupción y se consumiría menos; sin embargo, reiteró que la delincuencia propiciaría su consumo en personas o situaciones que estuvieran restringidas. Está comprobado que en períodos de mayor permisibilidad del uso de drogas aumenta su ingesta, y se reduce con un mayor control. Al  incrementarse el número de los adictos a esa hierba  aumentarían los actos criminales y los daños a la salud individual y colectiva; disminuiría la productividad, la cohesión familiar y social.

Aunque se alega que algunos jóvenes que recurren a ella porque está prohibida dejarían de usarla si tuvieran la libertad de elegir, precisó que son más quienes no la consumen precisamente por ser una sustancia ilícita.

Se afirma –comentó- que las ganancias por su control se podrían destinar  para el  tratamiento de adictos, no obstante debido al incremento del consumo asociado a su legalización, aumentarían los problemas de salud pública. Los ingresos vía impuestos serían menores al costo del tratamiento de los usuarios.

Aunque se argumenta que  la marihuana tiene  propiedades farmacológicas para diferentes patologías, varios  de esos casos corresponden a estudios en animales, no a ensayos en humanos por una razón simple: por circular de manera clandestina, la investigación ha sido limitada.

Carlos Hiram añadió que aunque alguno de sus componentes tiene efectos benéficos, ello no significa que la planta sea medicinal, por los daños que causa, incluyendo la adicción. Reconoció tener  dudas en cuanto al beneficio en dolores reumáticos, pero afortunadamente en esos casos se unta con alcohol.

Sobre la versión de que algunos países la han legalizado sin mayores repercusiones negativas, rememoró que la experiencia de Alaska se ha repetido en otras naciones. En 1975 en ese país eliminaron las restricciones a la posesión de marihuana. En 1988 su consumo se había duplicado, por lo que en 1990 volvió a prohibirse esa droga.  Trajo a la memoria que en un congreso internacional sobre el tema,  tuvo la oportunidad de escuchar al ministro de Salud de los Países Bajos, quien evidenció que en Holanda los expendios de marihuana regulados por el gobierno (coffe shops),  han generado serios conflictos con los vecinos de esos establecimientos por el incremento en la criminalidad, así como con países circundantes de esa nación. Holanda se ha comprometido ante el Parlamento Europeo en desaparecer paulatinamente esos establecimientos.

Por último, el psicólogo Carlos Hiram Culebro Sosa mencionó que lo que ha sucedido recientemente en algunos estados de la Unión Americana sobre este mismo tema, amerita una explicación por separado. ASICh.

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