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COMENTANDO LA NOTICIA

24 Mayo 2016

Alfonso Carbonell Chávez

Son solo comentarios

Veo transcurrir el tiempo en mi reloj, sin manecillas, en un uso horario que me hace estar en un lugar y al mismo tiempo en otro sin que acabe de llegar a ningún lado. Así Chiapas por más de dos siglos no ha encontrado su tiempo ni su rumbo y dirección que les permita, a los que antes y ahora lo habitamos, descifrar el enigma de nuestro estancamiento y de nuestras miserias que rebasan, por mucho, las materiales y económicas. Jamás se ha tratado de eso. Estimo. En el camino de los tiempos donde el polvo de los lodos nos han alcanzado, no atinamos ni con brújula en mano a entender, con precisión, perdón ¡en dónde y cuándo chingados como sociedad y estado nos perdimos!, y en nuestro trágico recorrer y pese a las veces repetidas como diría el poeta de Villaflor, Jorge Massías, tropezamos con la misma piedra una y otra vez. Sí la piedra de la sinrazón que ha representado no saber escoger a los que nos han gobernado y gobiernan. Ah y qué, como rezo bíblico; en el pecado llevamos la penitencia. Hoy, como ayer,  habrá que decirlo, las y los chiapanecos acostumbrados a las lisonjas que como dádivas se reciben del todo poderoso y corrupto gobierno, han hecho posible que mancillen la esencia y fortaleza de un pueblo por muchos siglos atrás,  invencible que ni el imperio Azteca pudo someter. Pero ¡qué importa el pasado de un pueblo y sus gestas de orgullo y dignidad! Lo que ha importado y ahora se reafirma en pleno siglo XXI, es fácil comprobar, que mientras a un grupo gobernante y sus corruptos aliados de todos los signos y sectores sigan siendo beneficiarios de las riquezas que a Chiapas y los chiapanecos les han explotado y ha valido madres, convirtiéndolo así en el hurto más grande de la historia de este país. Y ojalá  fuera solo el gobierno local depredador, sino igual el federal han hecho de esta tierra de mujeres y hombres buenos, en esclavos de sus propios miedos y temores.

Hoy el tiempo del reloj de Chiapas no admite retroceder las manecillas pero ni un solo segundo, tiempo que camina y se encamina hacia un futuro de dignidad y compromiso; en tanto el reloj gubernamental como el floral, ha quedado marcando la hora de un tiempo pasado que no admite más retardos en su devenir histórico. El reloj de los políticos siempre disonante al reloj del pueblo, les está empezando ha marcar la hora de avanzar al ritmo de los tiempos que las propias fuerzas sociales de Chiapas están señalando, caso contrario, abdicar ante el dios Cronos de la tarea de marcar los tiempos y espacios de una sociedad harta y cansada de tanta corrupción y miseria humana. ¡No es posible que un chiapaneco quiera consumir en la desesperanza a otro chiapaneco! ¡Ni uno más! Y me refiero a ni uno más político y gobernante corrupto. Y el encabronamiento del pueblo no radica o no exclusivamente en la protesta y descontento magisterial contra de la reforma educativa sino que va más allá de los tiempos magisteriales para establecer su propia agenda en el tiempo de Chiapas. Pero tampoco parecieran entenderlo. Yo preguntaría otro uno al gobernador Velasco, la verdad; qué está esperando para salir como gobernador que lo es –aún- para exponer su punto de vista sobre los graves problemas por los que atraviesa la entidad; por qué no salir a decir si está o no está de acuerdo con la protesta magisterial y con las causas que enarbolan. Si fuera su postura contraria a los hoy en paro ¡qué lo diga! Incluso eso se le respetaría. Pero que no ande en lo oscurito encendiéndose mientras una represión orquestada del gobierno federal con su complicidad o complacencia, puede dar como resultado la pérdida de vidas de uno y otro bando. Es decir de maestros y policías y en medio a fuego cruzado población civil que nada tiene que ver. Si le apuestan a la violencia, la violencia estará siempre jugando a favor y en contra. La muerte así, es menester, ronda hoy en Chiapas. Aunque ese parece ser su sino. Habrá que revisar la historia para cerciorarse que este es un aserto de su vida y de su historia.

Caminamos lo advertía ya, sin brújula y sin destino cierto, mientras la clase gobernante local y nacional, miran con desprecio la vida de los chiapanecos. Carne de cañón que inspira a los gobiernos represores y carentes de voz y calidad moral, de llamar al cumplimiento de la ley. ¡Cínicos! No se trata de tomar partido porque incluso yo he manifestado mi posición muy particular respecto a la postura magisterial habrá que decirlo con todas sus palabras, de alguna forma sus líderes ven cómo con esta reforma laboral sí, han perdido su estatus de privilegios y manejo discrecional de los recursos de la propia organización sindical y de los recursos públicos destinados a la educación. Pero muy lejos está la tesis sostenida desde el gobierno federal de que los maestros chipanecos y mexicanos por añadidura son flojos e incapaces. En dónde estaría este país si aceptamos tal visión. De menos peor. Ni los maestros son delincuentes ni  son unos neófitos. Qué hay maestros incrustados en las altas dirigencias sindicales corruptos, hay. Pero que en las esferas de gobierno hay funcionarios corruptos ¡hay! Me queda claro. Y no se trata como en un choque de autos en el que cada quien tenga que irse con su golpe, jodidos. Empero sí que los que deban de irse por corruptos de uno y otro bando que se vayan. Pero lo que urge en aras del derecho fundamental de la niñez, es se sienten a una mesa para dialogar ¡carajo! Ni que fueran tan pendejos para no encontrar entre maestros y gobierno las palabras y los argumentos suficientes para en pos de una mejor educación e insisto el derecho humano inalienable que es el derecho a la educación, ponerse de acuerdo. ¡Me cachis!

Ya de salida

Mi reloj sigue sin manecillas y se ha quedado congelado en la hora de los desencuentros. Justo es ponernos las pilas para poner a tiempo con los tiempos el reloj de Chiapas. El reloj que marque incesante el tiempo de la justicia social, del desarrollo económico; la hora del empleo y la productividad. La hora exacta de la seguridad y la aplicación de la justicia. La hora de la transparencia y la rendición de cuentas. La hora inexorable del alto a la corrupción y a la impunidad. La hora de los indígenas y los no indígenas. La hora de las mujeres de los niños y la juventud. La hora de ponerse a trabajar. La hora de ¡gobernar! O la hora de claudicar al intento. Ya Chiapas no tiene tiempo y el que le sobrare al menos en esta administración estoy más que cierto, ya no está dispuesto a dilapidarlo con más de lo mismo. Hoy es el tiempo de Chiapas pero sin manifestaciones ni discordias ni violencia. Tiempo de sembrar un mejor futuro para que las nuevas generaciones, al menos, cosechen esperanzas y no violencia, intolerancia y cerrazón. ¡El tiempo es de todos, por todos y para todos hoy!…// ¡Me queda claro! Salu2. (De aquí ¡a capellán! Je)

 

 

 

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