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CAFÉ PARA TODOS

08 Julio 2015

ALBERTO CARBOT

SE INCREMENTA LA DESIGUALDAD EN MÉXICO. LAS POLÍTICAS SOCIALES COMO SOLIDARIDAD, PROGRESA Y SUS SUCESORAS, HAN SIDO UN ROTUNDO FRACASO

LA DISPUTA POR LA COORDINACIÓN DEL PRD EN  LA ASAMBLEA LEGISLATIVA DEL DISTRITO FEDERAL, ES UNA COYUNTURA QUE PODRÍA FAVORECER A  ELIZABETH MATEOS, EX JEFA DELEGACIONAL DE IZTACALCO

El informe presentado hace unos días por el economista mexicano Gerardo Esquivel, en el cual consigna que el 1 por ciento de la población en México concentra el 43 de la riqueza nacional, es demasiado importante como para pasarlo por alto.

Enfocados en temas bizantinos que hacen perder el tiempo y consumen muchas toneladas de tinta, los políticos, a quienes hacen el juego los comentócratas y analistas de tiempo completo, se pierden de lo importante, en aras de lo estridente.

Por lo tanto, vale la pena echarle un ojo a este estudio de Esquivel, patrocinado por Oxfam México -una organización civil internacional, conformada por 17 organizaciones no gubernamentales nacionales que realizan labores humanitarias en 90 países-, porque pone los puntos sobre las íes sobre el tema como pocos lo habían hecho hasta ahora.

Que la desigualdad en este país es brutal y los contrastes entre ricos y pobres asoman por todas partes, parece un lugar común, pero hasta ahora no se había hecho una medición tan precisa como la de esta investigación..

El documento, titulado “Desigualdad extrema en México: concentración del poder económico y político”, revela en tercera dimensión lo que hasta ahora aparecía en blanco y negro, apenas esbozado tenuemente en las estadísticas, que suelen manejarse a gusto de cada quién.

“El 10 por ciento más rico de la población es más rico de lo que pensábamos. Comparado con todos los otros países de los que tenemos datos, México es el país con mayor nivel de concentración (de riqueza e ingreso) en el uno por ciento”, señala Esquivel.

Esa décima parte de los mexicanos concentra el 64.4 por ciento de la riqueza nacional, que representa el valor de todos los activos de la nación como acciones, capital, el valor de las empresas, edificios y bonos.

En total, el 21 por ciento de los ingresos totales de la nación, o sea, los flujos monetarios medibles, se va al uno por ciento de la población.

Un selecto club integrado por 16 magnates, entre los que destacan Carlos Slim (telecomunicaciones), Germán Larrea (minería), Alberto Bailleres (minería, comercio y seguros) y Ricardo Salinas Pliego (televisión y comercio), obtienen ingresos similares a los del 20 por ciento de los más pobres.

El común denominador de estos acaudalados empresarios es que sus imperios se fundaron en concesiones de empresas privatizadas o reguladas por el Estado, “entregadas en condiciones benévolas y que gozan de regulaciones laxas”, dijo Esquivel.

“Tener un monopolio, durante tanto tiempo, con tarifas por encima del promedio mundial, se tradujo en una pérdida de bienestar superior a 129 mil millones de dólares”, afirmó Esquivel citando un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Oxfam México considera en este documento que la profunda desigualdad afecta el propio crecimiento económico del país, el cual ha sido del 25 por ciento acumulado en dos décadas, mientras que las tasas de pobreza permanecen igual, lo cual significa que las políticas sociales como Solidaridad, Progresa y sus sucesoras, han sido “un rotundo fracaso”.

Como reflejo de esta falta de resultados en los programas antipobreza figura el hecho de que el salario mínimo es la cuarta parte que el de hace 30 años.

Jesús Cantú, presidente del Consejo de Oxfam México, afirma que el crecimiento económico “no se distribuye, lo cual no permite ampliar el mercado interno, y hace que el país dependa del crecimiento de otras economías”.

El análisis indica que la política fiscal “favorece a quien más recursos tiene, puesto que grava el consumo por encima del ingreso”, no se aplica a las ganancias de capital en el mercado accionario y reduce tributos como el de la propiedad inmobiliaria.

Para enfrentar la asimetría y la falta de cohesión social, se plantea “un gasto público mejor focalizado, con proyectos de alto rendimiento, rentables y en zonas más urgentes”.

El análisis propone “construir un Estado social moderno para proveer de servicios básicos a todos los individuos, y erigir un sistema sólido de ingresos fiscales”.

MÉXICO, EL PAÍS MÁS DESIGUAL DE LOS INTEGRANTES DE LA OCDE, SÓLO POR DEBAJO DE CHILE

La OCDE divulgó en mayo pasado un estudio sobre el tema en el que enlistó a México como el segundo país más desigual de los integrantes de la organización, sólo por debajo de Chile.

El reporte indicó que en México, la crisis financiera global presionó aún más los niveles de desigualdad.

En 2012 el ingreso promedio del 10 por ciento de la población más rica fue más de 30 veces que el del 10 por ciento más pobre, una proporción de 22 veces similar a la vigente en la década de los 80, según ese sondeo.

A partir de esta investigación, se abre una enorme ventana de oportunidad para que los políticos se pongan a trabajar sobre el tema y busquen la manera de diseñar políticas públicas que permitan reducir esa gigantesca brecha, un verdadero abismo, existente entre la minoría opulenta que no le pide nada a los ricachones de Wall Street, y la minoría hambrienta y desamparada que pulula como verdaderos muertos vivientes en las calles de las principales ciudades del país o bajo los lúgubres puentes o en zonas donde nadie se atreve a entrar y que se compara a los niveles que imperan en los países africanos.

La desigualdad es el flagelo que más debería preocupar al gobierno, antes que políticas sobre temas que a veces suenan como a capricho o a intento de ganar votos.

Desgraciadamente, ese es un tópico sobre el cual no les gusta hablar mucho a los hacedores de políticas públicas.

Gerardo Esquivel, licenciado en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México, maestro en Economía por El Colegio de México y doctor en Economía por la Universidad de Harvard, es profesor-investigador del Centro de Estudios Económicos de El Colegio de México, en donde ha colaborado desde 1998 y miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel III.

La investigación auspiciada por Oxfam México coincide con el lanzamiento de la campaña Iguales y pone en evidencia la importancia de combatir a la desigualdad en nuestro país.

Según el documento, mientras la riqueza de los 4 millonarios más ricos de México representa ya el 9 por ciento del Producto Interno Bruto mexicano, más de la mitad de los mexicanos, es decir el 54.4 de la población permanece en pobreza. Es decir, más de 50 millones de ciudadanos se encuentran bajo la línea de la pobreza, lo cual quiere decir que una de cada dos personas se duerme cada noche con hambre.

La organización, entre otras cosas, lanzó un llamado a los miembros del Congreso mexicano para que trabajen para salir del círculo vicioso de desigualdad, bajo crecimiento y pobreza.

Desgraciadamente, como lo muestra este análisis académico, los grandes ricos mexicanos han hecho sus fortunas no a base de trabajo y esfuerzo, sino de amistades, compadrazgos y vínculos sospechosos, que les permiten gozar de prebendas y privilegios monopólicos.

¿Cómo se le puede llamar a ese acto en el que alguien instala una tiendita en su barrio y llega a un acuerdo con el gobierno municipal para que nadie tenga permitido establecer otro negocio en el mismo lugar?

Ese es el llamado “capitalismo de compadres” o “crony capitalism”, como se le llama en Estados Unidos.

La revista británica The Economist publicó el año pasado un “Crony-capitalism index”, es decir, un listado de países dominados por este tipo de práctica, en el cual México quedó en séptimo lugar entre 23 países seleccionados, sólo superado por naciones como Rusia, Malasia y Ucrania.

Parece ser que en los comparativos internacionales siempre salimos mal librados y quizá ello explica por qué siendo un país con tantas riquezas sigue teniendo tantos pobres.

Oxfam, una organización no gubernamental que ha destacado por su lucha en favor de causas sociales de importancia para el mundo, estima necesario reconocer la magnitud de la desigualdad que caracteriza a México, un lastre que desde hace tiempo ha limitado el crecimiento económico del país y lo ha sumido en un círculo vicioso de pobreza.

Según el informe, el gobierno mexicano conoce las fórmulas para reducir la desigualdad en una economía, porque hay países que ya han tenido éxito en la materia.

La gran pregunta es ¿por qué no sigue estos modelos?

GRANOS DE CAFÉ

Sin digerir aun la derrota del 7 de junio, el PRD en el Distrito Federal enfrenta un nuevo reto que podría generarle aún más desgaste: la designación de su próximo coordinador en la Asamblea Legislativa, si algunos personajes siguen aferrados en querer dirigir a la bancada perredista en Donceles y Allende.

Raúl Flores, Leonel Luna y Víctor Hugo Romo están apuntados, pero en el análisis de su desempeño, los méritos no les alcanzan, por lo que todo apunta a que una mujer será la coordinadora.

La equidad de género suele ser un mero recurso retórico pero lo difícil es que se traduzca en la realidad, a pesar de que los comicios del 7 de junio fueron decididos principalmente por el voto de  la mujer que representó el 52 por ciento de los sufragios emitidos.

Hoy que los polvos de la contienda se asientan, surge la oportunidad de darle el peso real que corresponde a la mujer en la política y reconocerle su capacidad de liderazgo por encima de prácticas machistas en desuso.

Este es un buen momento para demostrar que la igualdad no es sólo palabrería en la praxis política perredista. La disputa por la coordinación del PRD en  la Asamblea Legislativa del Distrito Federal -protagonizada por dirigentes incapaces de probar un verdadero liderazgo fuera de sus respectivos cotos de poder-, es una coyuntura que podría favorecer a  Elizabeth Mateos, ex jefa delegacional de Iztacalco, quien sin alianzas, le dio al PRD la mayor de votación de la capital.

Pero si ese hecho de liderazgo contundente no resulta suficiente, habría que sumar muchas otras prendas que sustentan la larga trayectoria de Mateos dentro de las filas del perredismo, en especial su capacidad de concertación, que resulta estratégica ante el dominio de Morena en el órgano legislativo capitalino.

Elizabeth Mateos tiene una innegable capacidad negociadora, probada ascendencia y respaldo de varias tribus del partido, lo que resulta fundamental para fortalecer la unidad perredista en el Palacio legislativo de Donceles.

Una prueba más de su indispensable elegibilidad como coordinadora de la fracción perredista en la Asamblea es el respaldo de los diputados locales de oposición con el que contó como jefa delegacional en Iztacalco que le aprobaron recursos adicionales para los programas de entrega de calzado escolar a estudiantes de educación básica y tabletas electrónicas para alumnos de secundaria.

Es momento de darle paso a los liderazgos femeninos y dejar de regatearle a la mujer el papel fundamental que está llamada a desempeñar en la política nacional, sobre todo si se trata de una dirigente con los atributos de Elizabeth Mateos…

…A cien años de la muerte de Porfirio Díaz, la historia continúa impugnando su valor como estadista y reformador.

La figura del general oaxaqueño José de la Cruz Porfirio Díaz Mori  -quien gobernó por casi tres décadas con puño de hierro a México-, aún asusta a muchos y provoca escozor entre los aferrados a las disputas del pasado, y la controversia sobre si deben o no ser repatriados sus restos -que reposan en un modesto mausoleo en el cementerio parisino de Montparnasse-, ha generado un nuevo debate nacional. Sus detractores olvidan que Díaz fue un héroe de la guerra contra la invasión francesa y un hombre leal y disciplinado que pudo haberse rebelado contra Benito Juárez para evitar que éste se eternizara en el poder, pero prefirió la institucionalidad.

Aunque se le reconoce su papel fundamental en la modernización de México, y de  iniciador de las obras de infraestructura como los puertos y los ferrocarriles que colocaron a nuestro país en el camino de la industrialización y en el tránsito de una sociedad rural y feudalista a una burguesa y capitalista, muchos lo siguen considerando un dictador y hablan de los “peones acasillados” que vivían en condiciones de esclavitud en las grandes haciendas, mientras una minoría de miembros del gobierno, sus familias y sectores aristocráticos vinculados a la riqueza vivía como en los tiempos de la monarquía versallesca.

Sobre este candente tema, La revista de México/Gentesur publicará en su próximo número un gran reportaje, que aborda puntos sustanciales del debate en torno a la figura de este caudillo mexicano al que la historia oficial ha tratado inútilmente de hacer a un lado…Sus comentarios envíelos al correo gentesur@hotmail.com

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