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Pemex deja de ser monopolio; Senado aprueba ley energética

MÉXICO, D.F., 18 de Julio de 2014.- Con 90 votos del PRI, PAN y Partido Verde contra 28 de la izquierda, el pleno del Senado aprobó la Ley de Hidrocarburos, columna vertebral de la Reforma Energética, la cual pone fin al monopolio de Pemex en gasolinas, transporte, exploración, extracción y ductos.

La ley incluye 80 reglas que obligarán a los competidores extranjeros a pagar impuestos y a acatar la ley. Después de 76 años de monopolio de Pemex, la apertura del sector energético tiene una serie de medidas para evitar que los inversionistas nacionales o extranjeros intenten poner en riesgo la seguridad energética del país, al negarse a distribuir o producir gasolina o gas.

El Senado pone fin a monopolio de Pemex en gasolinas, transporte y exploración, y fija reglas para los competidores extranjeros.

El pleno del Senado aprobó ayer en lo general, con el voto del PRI, PAN y Partido Verde, la Ley de Hidrocarburos, columna vertebral de la Reforma Energética, con lo cual arranca la nueva era petrolera, al poner fin al monopolio de Pemex en gasolinas, transporte, exploración, extracción y ductos, pero con 80 reglas que impedirán a los competidores extranjeros dejar de pagar impuestos o ignorar las leyes nacionales.

La nueva Ley de Hidrocarburos, avalada ayer con 90 votos contra 28 de la izquierda, después de 13 horas y 21 minutos de discusión y 109 oradores, establece las reglas de la competencia, donde los nacionales tendrán oportunidad de crecer frente a los titanes internacionales.

Permite la importación de gasolinas por parte de particulares a partir de 2017, suelta el negocio de transporte y ductos de gas y petróleo; crea un árbitro de la competencia; considera a Pemex agente económico dominante para que contenga su poderío a fin de dar espacio a los nuevos competidores; coloca incentivos para que los extranjeros ayuden a México a sacar la riqueza petrolera de aguas profundas del golfo de México y establece las reglas para lograr una cooperación con Estados Unidos para la explotación de los yacimientos transfronterizos.

De igual forma, crea un sistema de protección jurídica para los dueños de las tierras ricas en hidrocarburos, sin incluir la expropiación, incluso los considera “socios” de las grandes empresas para que reciban el beneficio de los energéticos e instruye al gobierno federal a tener un programa de subsidios focalizados para los mexicanos más pobres en las zonas rurales y urbanas para la adquisición de gas LP.

Pero la apertura del sector petrolero, a 76 años de ser el monopolio de Pemex, está acompañada de una serie de medidas que sujetan a los nuevos inversionistas, nacionales e internacionales, pues además de condicionar los contratos al respeto absoluto de las leyes laborales, fiscales, ambientales y de transparencia mexicanas, se crearon disposiciones precisas para evitar que los inversionistas nacionales o extranjeros intenten poner en riesgo la seguridad energética del país al negarse a distribuir o producir gasolina o gas.

“La autoridad que haya expedido el permiso podrá intervenir en la realización de la actividad o la prestación del servicio, cuando el permisionario incumpla sus obligaciones, por causas imputables a éste, y ponga en peligro grave el suministro de los hidrocarburos, gas licuado de petróleo, petrolíferos o petroquímicos relacionados con el objeto del permiso”, precisa la Ley de Hidrocarburos.

Cuando el presidente Lázaro Cárdenas decretó la expropiación petrolera en 1938, explicó a la nación que las empresas extranjeras conspiraban contra su gobierno y se negaban a acatar las leyes del país.

Ocurrió que las compañías petroleras internacionales se negaron sistemáticamente a acatar las leyes nacionales, entre ellas las laborales, a pesar de que la Suprema Corte anunció que era obligación de las empresas aumentar el salario a los trabajadores, agrupados en el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana; no pagaban impuestos y cuando querían, dejaban al país sin abastecimiento de hidrocarburos.

El dictamen aprobado ayer por el pleno del Senado en lo general precisa que cuando las autoridades encargadas de dar los contratos decida intervenir para evitar que el permisionario deje de cumplir con su compromiso, podrá utilizar al mismo personal del operador para prestar el servicio.

 “La autoridad deberá notificar al permisionario la causa que motiva la intervención y señalar un plazo para subsanarla. Si dentro del plazo establecido el permisionario no la corrige, la autoridad procederá a la intervención, sin perjuicio de las sanciones y responsabilidades en las que, en su caso, incurra el Permisionario.

Aclara que los asignatarios, quienes serán los que extraigan petróleo y gas, están obligados a respetar las leyes laborales, fiscales, ambientales y de transparencia del país, y con ello el escenario del exceso de poder de las empresas extranjeras se esfuma.

Amén de rescindir los contratos y tomar control de las instalaciones, el Estado, a través de la Secretaría de Energía, de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, Comisión Reguladora de Energía y las secretarías de Hacienda y Economía, podrán aplicar un catálogo de 42 tipos de sanciones.

La mínima de esas sanciones es de 15 mil días de salario mínimo y la máxima es por 7.5 millones de veces del salario mínimo; hay dos tipos de sanciones máximas de 75 mil veces el salario; una de hasta 750 mil veces; siete de hasta 225 mil veces; dos de hasta cinco mil veces; ocho de hasta 450 mil veces; una de hasta 15 mil veces; siete de hasta 300 mil veces; una de mil 700 veces y cuatro de hasta 150 mil veces.

Las multas más graves son de hasta 7.5 millones de veces el salario mínimo a quien sin asignación o contrato realice labores de exploración y extracción de hidrocarburos, así como contra la empresa que proporcione información falsa, alterada o simule registros de contabilidad.

Multas de hasta seis millones de veces el salario mínimo a quien realice actividades de desarrollo y producción de hidrocarburos sin el sistema de medición aprobado por la Comisión o a quien sin autorización realice cesión, enajenación, traspaso o gravamen total o parcial de los derechos u obligaciones derivados de un contrato para la exploración y extracción.

El dirigente del PRI, César Camacho, aseguró que el sector campesino de su partido garantizará en el Congreso los derechos sociales de la tierra, en la definición de las leyes secundarias en materia energética.

Rechazó que la propiedad ejidal se encuentre en riesgo. Pero admitió que el gobierno federal y los legisladores deberán superar el reto de comunicar con éxito el significado del término “ocupación temporal” que sustituyó al de expropiación. Esto para el caso de los terrenos con recursos petroleros que habrán de explotarse por inversionistas privados.

Se le preguntó si esa figura jurídica, la de ocupación temporal, podría vulnerar los derechos de los campesinos. “En absoluto”, dijo.

Argumentó que los campesinos agrupados en ejidos o comunidades también serán beneficiarios de la Reforma Energética.

“No podría haber una reforma exitosa sin ellos como parte de la solución y de quienes tendrán legítimamente ganancias, incluso de carácter económico, por la posibilidad de que sus tierras sean explotadas de este modo”, expuso.

El presidente nacional del PRI aseguró que el líder del sector agrario de su partido, Gerardo Sánchez, es senador y como tal hará valer su punto de vista para que se salvaguarde la propiedad social en las futuras leyes que regirán la vida de Pemex y CFE.

Cuestionado sobre las movilizaciones que ya se organizan en contra del concepto de la ocupación temporal de terrenos comunitarios, Camacho consideró que tales propósitos responden a “la ignorancia o a la mala fe”.

Asumió que el reto de su partido será comunicar adecuadamente la decisión de los legisladores y la voluntad del Ejecutivo, “que ha estado muy pendiente para seguir de cerca el desarrollo de sus iniciativas, para que haya claridad de que nadie en el PRI, nadie en el Ejecutivo Federal, pretende afectar derechos de los campesinos, sino incorporarlos al crecimiento, al desarrollo y a la multiplicación de los recursos, derivados de una Reforma Energética exitosa para todos”.

Enfatizó en la idea de que la ocupación temporal es un término que queda claro en la ley y “no da lugar a dudas sobre cómo se tiene que entender y aplicar”.

En cuanto a la oposición del PRD a las leyes en materia energética, el líder tricolor sostuvo que los dictámenes que habrán de someterse a la consideración del Congreso son “hechura” de todos los partidos, en la medida en que contribuyeron a su mejoría.

“Los legisladores del PRD han participado en la confección de los dictámenes; muchos de los planteamientos que aparecen en los dictámenes que se están poniendo a la consideración del Pleno incorporan puntos de vista del PRD”, planteó el dirigente.

Pero señaló que será tarea de cada fracción parlamentaria, de cada legislador y de cada partido, determinar el sentido de su voto.

Cada palabra que pronunció hizo enojar a los perredistas. “Es una desvergüenza”, le dijo Dolores Padierna.

“Hay que tener autoridad moral para venir a hablar aquí, cuando la gestión del presidente Felipe Calderón alcanzó un promedio de crecimiento de 2.2%”, lanzó Mario Delgado, quien criticó la alianza PRI-PAN para aprobar la Reforma Energética.

Sonriente, Ernesto Cordero, quien momentos antes dijo que el PAN respaldaba la Ley de Hidrocarburos, pidió al presidente del Senado, Raúl Cervantes, le permitiera responder a las alusiones personales.

Pero la pregunta de jiribilla del priista José Ascensión Orihuela a Mario Delgado, cuando bajaba de la tribuna, le ahorró a Cordero algunas respuestas.

—Recientemente hubo elecciones en Nayarit ¿Sabe usted con quién se alió su partido en Nayarit, preguntó Orihuela a Mario Delgado.

—Pues sí, con el PRD y con el PAN, contestó un enrojecido Delgado, luego de lapidar al panismo.

Tocó entonces el turno de Ernesto Cordero para contestarle al exsecretario de Finanzas del Distrito Federal.

 “Habló usted de autoridad moral y cuando me alude usted en lo personal por autoridad moral, pues ahora sí que me permite hacer referencia a mi desempeño como secretario de Hacienda, cosa que la modestia me debería de impedir hacer, pero le voy a decir por qué tengo autoridad moral, porque cuando fui secretario de Hacienda el país creció cinco veces más de lo que está creciendo hoy.

 “¿Queremos hablar de autoridad moral, senador? Explíquenos qué pasó con la Línea 12 del Metro. Creo que todos estaríamos muy interesados en saber qué está pasando”, le soltó desde la tribuna y Delgado mostró la cólera que le quemaba el rostro.

Un debate ríspido entre perredistas y panistas que se confrontaron en tribuna no por la Ley de Hidrocarburos, sino por los pasados políticos de ambos, en una sesión que registró 109 oradores.

Un debate que tardó mucho en llegar y que por momentos llevó a los panistas a reprochar al Verde hacer referencia del premio Nobel Mario Molina y decir que apoya la técnica del fracking para la obtención de gas shale, incluso Benjamín Robles le deslizó que ignora el tema, pero Escudero explicó que Alejandra Barrales no le entendió, porque “acaba de llegar” y a Robles le respondió que conocer a la perfección el tema porque lo ha estudiado en años.

Un debate que registró sus primeros trazos hasta ocho horas después de comenzada la discusión de la Ley de Hidrocarburos, cuando el priista Gerardo Sánchez, líder de la CNC, aseguró que es falso que los campesinos resulten afectados por la reforma energética y acusó a la izquierda de sembrar miedo.

Adán Augusto López Hernández, quien se presentó en tribuna como un senador de Morena, el nuevo partido de Andrés Manuel López Obrador y Armando Ríos Piter, le hicieron preguntas para reprocharle esa visión, a las cuales Sánchez respondió con la insistencia de que es falsa la versión del supuesto despojo a la gente del campo. Alejandro Encinas criticó que el PRI y el PAN hablen del país de las maravillas que no existen.

Asomos de debate después de horas de un monólogo perredista que fue la primera expresión de la estrategia de la izquierda para dar el adiós al nacionalismo petrolero que vivió México en los últimos 76 años.

Traición a la patria, saqueo, robo, infamia, atraco a la nación, burla, engaño, reforma depredadora, crimen, canallada fueron las palabras más frecuentes que la izquierda utilizó en la tribuna del Senado para dirigirse al “pueblo de México”.

Algunas cartulinas en la tribuna, como si fuera la exposición en una clase; el rostro del general Lázaro Cárdenas en los escaños de los perredistas. Un debate que incluyó la hipótesis de cómo votaría el general si estuviera en el Senado y que la priista Cristina Díaz despidió de forma provocadora.

Mostró una fotografía de Cárdenas para hablar del hombre que defendió el petróleo y después una fotografía de Enrique Peña Nieto, junto al general Cárdenas, como el hombre que impulsa la reforma energética del Siglo XXI

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