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LETRAS DESNUDAS

19 Mayo 2016

Mario Caballero

Por amor a Chiapas

El martes 17 de mayo de 2016, desde el Congreso del Estado, el diputado Eduardo Ramírez Aguilar usó la máxima tribuna del estado para mostrar su postura ante los conflictos de Chiapas y el movimiento magisterial, y el mensaje fue claro: “No es solidaridad con los maestros, es por respeto a los maestros y por la paz en Chiapas”.

Eduardo Ramírez, un político distinguido y respetado en el ámbito estatal y en su partido, pronunció sin duda uno de los más valientes discursos para dejar constancia no sólo del sentir propio sino el de todo el pueblo chiapaneco que ya está bastante lastimado por la terrible descomposición social en la que vive por las diversas manifestaciones populares.

Desde el 2013, año en que iniciaron las protestas magisteriales, Chiapas es el estado de la República que más ha sufrido los estragos del vandalismo de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que ha delinquido con impunidad y dejado como resultado de sus movilizaciones cuantiosas pérdidas materiales, económicas y humanas para la sociedad.

Nadie puede negar que el territorio chiapaneco es el estado con mayor índice de pobreza y pobreza extrema, con un rezago de más de cincuenta años, con decenas de comunidades indígenas en dispersión social, con graves carencias de habitación, servicios médicos, agua potable y educación. Y estos enfrentamientos entre los grupos radicales y el gobierno agravan esta situación para las familias de Chiapas.

Por eso la postura de Eduardo Ramírez a favor de la solución de la lucha del magisterio, para que al concluirse ésta pueda darse un viraje a la condición de zozobra e intranquilidad que permea en el estado.

Ciertamente, la reforma educativa no es un proyecto de profundidad, que contemple los contenidos educativos, las complejidades lingüísticas, pluriétnicas y la diferenciación social, porque no es la misma situación para un educador que se enfrenta a los retos que exige dar clases en una comunidad indígena de los Altos de Chiapas, que para un docente en una de las tantas urbes del norte del país. En eso muchos estamos de acuerdo.

También es cierto que en el asunto se ha confundido la gimnasia con la magnesia. Está claro por demás que la reforma está lejos de llegar a la perfección, pero en ningún momento perjudica los derechos laborales de los profesores ya que estos están garantizados en el artículo 123 constitucional que no ha sido modificado.

Es justo mencionar que el instrumento de reforma es en todo rigor una regulación administrativa y una corrección de la rectoría del sector educativo de México. Dicho de otra forma, como es el Estado el responsable de brindar una educación de calidad, por consiguiente, es quien debe asumir el control total del sector educativo y no el sindicato de maestros.

Para nadie es desconocido que son los líderes de la CNTE los que promueven las marchas, los plantones y las ejecuciones de violencia. Y lo hacen porque la reforma educativa les quita los privilegios. Ya no podrán vender las plazas magisteriales, tampoco heredarlas y ya no cobrarán sin trabajar.

Por eso le apuestan al chantaje y a la violencia para arrinconar al gobierno y negociar prebendas económicas y políticas de las que antes gozaban. Los maestros, que son los que toman las calles, las plazas comerciales y los edificios públicos, los que secuestran las casetas y cobran las cuotas por peaje, los que se enfrentan a golpes, con palos y bombas molotov con los policías, los que queman camiones de pasajeros y se arriesgan a perder la vida, no son más que simples marionetas.

Y nadie en su sano juicio aprueba estos métodos deleznables de manifestación y presión al gobierno, que en primer lugar no deberían suceder. Y no podemos negar que la crisis política, social y económica que esto ha provocado en el estado ya es insostenible.

Sin embargo, la postura que ha tomado al respecto en estos momentos la Secretaría de Educación Pública federal no es la correcta. Al decirle a la CNTE que no está dispuesto a entablar pláticas con la dirigencia magisterial porque la reforma educativa ya está concebida, diseñada y porque la ley no es negociable, está negándose a crear posibles soluciones al conflicto y a dejar a varios gobiernos estatales con este problema que ni les compete y que ni pueden resolver. ¿Por qué? Porque sencillamente la reforma educativa es de carácter federal.

LALO RAMÍREZ

Ante la situación Eduardo Ramírez pudo quedarse callado durante toda la sesión del martes pasado. O pudo usar la tribuna del recinto legislativo para lanzar una diatriba, un discurso lleno de invectivas y desahogar su enojo (si lo hubiera, claro) contra uno de los grupos facciosos y más feroces que se ha levantado en la última década. No hizo ni uno ni lo otro.

Se subió a la tribuna consciente de la realidad social del estado y de su responsabilidad política frente a los chiapanecos. Consciente de que la situación no puede quedar así nomás, sin que se haga algo, tal como lo propone el gobierno federal a través del secretario de educación Aurelio Nuño Mayer dejando que los problemas se resuelvan solos, como que si no haciendo nada cambiara las cosas o el tiempo tuviera el poder para remediar y curarlo todo.

Acostumbrado a dar la cara y convencido de que es por la vía del diálogo que se puede destrabar este y otros trances, Eduardo Ramírez exhortó, respetuosamente, a la Secretaría de Educación Pública a tener una consideración para Chiapas abriendo una Mesa de Atención Nacional “donde los maestros pueden ser escuchados una vez más”.

“Es por la paz de nuestro estado. A nadie le conviene la inestabilidad. Y nadie que quiera a Chiapas quiere que le vaya mal a los chiapanecos. Por eso pido con mucho respeto que esa mesa de atención se dé lo antes posible”, concluyó.

El Presidente de la Mesa Directiva del Congreso del Estado y diputado del Partido Verde Ecologista de México, al proponer esto al gobierno federal nos dio una lección tangible, muy axiomática, del uso legítimo del poder para conseguir el bien común. Y eso es digno de encomio. Porque, además, nunca nadie había hecho esto antes a pesar de los riesgos y costos políticos que está asumiendo con estoicismo Eduardo Ramírez.

Y esta maniobra política no puede ser tomado como demagogia, sino como congruencia política que refleja el pensamiento liberal y coherente de un joven político acuñado a los nuevos tiempos, deseoso de sumar su esfuerzo y su ánimo a favor de Chiapas.

Extraordinaria enseñanza de valor, compromiso y calidad moral la de “Lalo” Ramírez, que ha levantado su voz hasta el poder central en favor de los repudiados por la sociedad con el objetivo de lograr la paz y la gobernabilidad para nosotros.

Kennedy sostenía que “la grandeza de un hombre está en relación directa a la evidencia de su fuerza moral”. Y por lo que hizo Ramírez Aguilar, no dudo que esto sea verdad. Au Revoir.

@_MarioCaballero

yomariocaballero@gmail.com

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