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Factible de alcanzar la autosuficiencia en leche en el mediano plazo

+ El año pasado se produjeron 11 mil millones de litros, frente a una demanda nacional de 15 mil millones.

MÉXICO, D. F., 27 de Marzo de 2014.- La reactivación de la producción nacional de leche con miras a alcanzar la autosuficiencia en los próximos años, es factible, porque hay capacidad para lograrlo. Existe infraestructura y ranchos en determinado grado ociosos que, con pocas inversiones, podrían recuperar su dinámica productiva, señaló el presidente del Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche, Álvaro González Muñoz.

En zonas con clima templado – frío, dijo, existen alrededor de un millón de vacas especializadas de alta productividad y otro tanto de animales que son resultado de cruzas con buenas razas y rendimientos rentables, tanto en la región norte como en el altiplano.

Asimismo, en la región sur – sureste se cuenta con cuatro millones de vacas, particularmente de razas cruzadas con cebú, dedicadas en su mayoría a la cría de becerros y son de baja productividad en leche. Producen alrededor de 4 a 6 litros diarios, aunque muchas de estas vacas no se ordeñan.

Este segmento de animales representa el mayor potencial para aumentar los rendimientos en el corto plazo. Si sólo se lograra el incremento de un litro diario por unidad – animal, tendríamos 4 millones de litros diarios, equivalentes a disminuir el déficit en 40 por ciento, el cual asciende a 10 millones de litros diarios en la actualidad, frente a una demanda nacional de 30 millones de litros diarios. El año pasado el volumen de producción alcanzó alrededor de 11 mil millones de litros, mientras que la demanda nacional anda en 15 mil millones, dijo en entrevista el dirigente González Muñoz.

Todo esto es factible de alcanzar en la presente administración, “casi con la mano en la cintura”. Sin embargo, hay razones de peso que hay que cumplir:

1º)  Los productores necesitamos un precio adecuado de la leche,  reconocido como precio nacional, no como internacional, por la sencilla razón de que nuestra paridad monetaria es distinta; los valores de las monedas son diferentes, lo mismo que el ingreso de empleados y trabajadores. Y por otro lado, los gobiernos de los países exportadores subsidian a sus productores y con ellos no podemos competir.

Tenemos que establecer un precio mexicano. Un precio directamente relacionado con el costo, acorde con los precios de la gasolina, de la energía eléctrica, de los forrajes, sobre todo de importación.

2º)  Es básico e indispensable, que se ordene el mercado nacional; evitar que a los consumidores se les engañe con similares de la leche; que no se les ofrezca yogurt de harina revuelta con suero; evitar que se vendan quesos con almidones. Aquí PROFECO y COFEPRIS “tienen que hacer su tarea”, puntualizó el dirigente.

3º) Es muy importante rescatar la infraestructura ociosa que ya costó mucho al gobierno y a los productores. Hay establos con infraestructura, capaces de producir 80 mil o 100 mil litros diarios, y solamente trabajan al 10 por ciento; otros de plano están abandonados.

4º) Es necesario pensar en impulsar pequeñas y medianas explotaciones, porque, si pensamos en grande directamente, lo más seguro es que vayamos al fracaso. Debemos partir de abajo hacia arriba, y no al revés.

Esto significa que tenemos la necesidad de aumentar la productividad en México y de formar un gran sistema productivo, de 80 mil o 100 mil productores de leche, para que se empoderen del valor y, entonces, vamos a ponerle un precio al producto, de acuerdo con una realidad.

5º) El gobierno debe tener, por necesidad, la voluntad política, que sería el punto, quizás, más importante. Necesitamos que las dependencias relacionadas con el sector, las que impulsan la producción y la comercialización –léase Agricultura y Economía– se coordinen y se asegure el desarrollo de las actividades productivas, de la industria y del comercio.

Casi todos los días los altos funcionarios se dan de topes entre ellos. Por un lado nos apoyan para renovar nuestros hatos lecheros, y por el otro nos limitan a la hora de autorizar un precio, hasta ahora insuficiente, porque no corresponde a los costos de producción. Vaya, ni siquiera para reponer esos costos.

Es un señuelo que el precio de la leche se liberó hace varios años, porque a los productores el gobierno y la industria, siguen comprando a menos de seis pesos el litro, y para lograr que aumenten 50 centavos, “hay que hacer circo, maroma y teatro”.

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