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DE FACTO

20 Febrero 2017

Miguel Ángel Culebro Acevedo

AMLO: edición corregida y aumentada

“Las guirnaldas” que se cuelgan.

La presencia de Andrés Manuel López Obrador en dos entidades estratégicamente electorales en el sureste mexicano, -Chiapas y Tabasco- es sin duda parte del rompecabezas que el dueño de Morena empieza armar, partiendo de lo aguerrido que resultarán las elecciones en el estado de México, entidad por demás determinante en los últimos años, para llegar a Los Pinos. AMLO sabe que el país está dividido en dos, por muchos sentidos y en la coyuntura que los tiempos del hartazgo le acomodan, sin duda, será para su aspiración presidencial, la edición corregida y aumentada.

De entrada, se antoja interesante que encumbrados empresarios en muchas entidades del país hayan “de pronto” volteado a ver al líder de Morena; no solo hacen un guiño sino que le ponen a disposición de lo que ya se considera su intensa campaña, el compromiso de llevarlo a sustituir al PRI y por mucha alianza que el tricolor pretenda con el PAN, para nuevamente endosarle la factura que los poderosos del dinero reclaman, el albiazul y su comparsa ya no podrá remontar, porque en el estado de México están más que evidenciados y la muchedumbre de a pie ya no encuentra otra opción electoral para detener el barco que hunde en la extrema pobreza a todos. La opción partidista ha enfadado a la inmensa mayoría, con los mismos de siempre, sin embargo, pese a que López Obrador ha insistido por tercera ocasión ser el mesías que salvará al país, millones lo empiezan a creer.

¿Por qué el estado de México es determinante en la elección presidencial? Es sencillo de entender. Durante 90 años, en la entidad mexiquense ha reinado el PRI; hasta que del mismo partido empezaron a pulverizar el voto universal, que nunca fue ni secreto, ni directo. Ahí empezó el ensayo de darle paso, en la ciudad de amortiguamiento del entonces DF, capital fabril, para convertir las tierras inhóspitas del ex Lago de Texcoco –Nezahualcóyotl- en una ciudad dormitorio, lotificando a todo vapor las tierras salitrosas, mientras se extendía la zona industrial de Ecatepec, donde se alentaron además no solo liderazgos sociales con camisetas del tricolor, sino que el PRI se vio obligado a dar paso al PT, no sin descuidar una ala reaccionaria, de aguerridos hombres y mujeres dispuestos a defender urnas y a robarlas o quemarlas, con el grupo Antorcha Campesina, neopriistas que hoy reclaman su cuota de poder.

Pero en los tiempos del PSUM, y dado la contaminación influyente en las elecciones después de la masacre de Tlatelolco, Neza se convertiría en la zona peligrosa por los márgenes de pobreza, que obligaron en una férrea disputa la definición de los mexiquenses del Valle de México y particularmente de la Zona Oriente de la entidad a fortalecer al priismo, tras ir urbanizando a la hoy pujante Ciudad Nezahualcóyotl, actualmente en manos del PRD, producto de las primeras negociaciones electorales en el estado de México, ante la voracidad económica, más que de formación política de sus aspirantes a cargos de elección popular con camiseta tricolor.

Muchos intentos hubieron para crear el grupo político Valle de México, contra el entonces llamado grupo Toluca, que le vino arrebatar la batuta el Grupo Atlacomulco.

Hoy, el candidato del PRI a la gubernatura, Alfredo del Mazo III, no solo se manifiesta optimista de retener la joya de la corona de la disputada gubernatura; se mantiene en el reto de recuperar Nezahualcóyotl y arrebatárselo al PRD, pero no porque los priistas se haya fortalecido, sino porque el PRD se va pulverizando, por obra y capricho con desmedida ambición de Héctor Bautista López, que es quien impulsa a Juan Zepeda a la gubernatura por el Sol Azteca y ha fragmentado más a ese partido, orillando que muchos de los cuadros de mayor influencia electoral, ahora están del lado de Morena.

En esta disputa, Delfina Gómez, joven profesionista, que no niega su ascendencia de pobreza, hija de un albañil, encabeza la preferencia electoral para ganar la gubernatura, porque a su favor, ni los perredistas ni los panistas doblaron las manos para hacer alianza, pues ambos, por su parte, pelearon quien encabezaría la candidatura común. Esto le favorece más a Delfina que al propio Alfredo del Mazo.

Frente a ellos, apenas este domingo se decidió Josefina Vázquez Mota a registrarse como precandidata, que sin duda, será la candidata del PAN a esa disputada cereza del pastel y, de obvio, no reconoce que el adversario a vencer es Morena. Dice, que derrotará al Grupo Atlacomulco.

En ese contexto, la pobreza es determinante para que el PRI haya mantenido el poder, hasta ya no poder, de ahí que los más de 16 millones de habitantes del estado de México, con el padrón electoral más grande del país, marque el rumbo de las elecciones del 2018.

Andrés Manuel López Obrador dejó ver ya que la pobreza en aumento no solo le está pegando a los más débiles, a los de pie; también le está afectando a quienes por décadas han hecho ganar a los presidentes que se han hartado del dinero público en complicidad con industriales y grandes empresarios, metidos muchos de banqueros y apátridas miembros de consejos de administración de empresas extranjeras que se han dedicado a desmantelar al país.

López Obrador, por lo que ya se aprecia, fincará su triunfo en la mitad del país; partiendo desde la ciudad de México, donde tiene la mayoría de las delegaciones que en un futuro muy rápido se convertirán en municipios, pasando por el estado de México y alentando a todo el sureste. Es la región que el PRI ha descuidado y es a la que menos importancia le ha dado, dejando incluso que aparezcan gobiernos aparentemente de oposición, cobijados con sus propias siglas.

AMLO es la coyuntura de los errores del priismo; es nacido políticamente en esas filas, pero en rebeldía, es el gladiador que ha provocado los mayores desplantes al ejercicio de la ley, ha enfrentado a su favor las reformas estructurales encabezadas por Peña Nieto, que sin duda, detrás manejan las manos de Carlos Salinas de Gortari, en eterno enemigo de López Obrador.

El lenguaje manejado por AMLO en cada discurso es coyuntural; es un lobo que acecha y sabe cuándo caer encima de su presa. Su mayor bocado es engullir al PRI, arrogante diciéndose que tuvo siempre la razón. La gente le está dando la razón, porque ya probó de todo y en todo se equivocó. ¿Se equivocará nuevamente el electorado?. Y es pregunta obligada, porque pese a que la firma realizada en Tuxtla Gutiérrez este domingo, fue entre otros, con Rómulo Farrera, el hombre más rico de la entidad, -quien está dispuesto a tener poder político, no solo económico-, de entre la muchedumbre, las rechiflas determinaron la contaminación del acto masivo, por los acarreos y las innecesarias porras para los pretensos, por muy cerca que quisieron estar de la nueva opción presidencial… ¿O la misma?…. ahí está pues… ¡YA!.

 

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