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Preocupa a CNC deterioro de 50 millones de hectáreas de bosques

+ Advierte que corren el riesgo de desaparecer

+ Pide Considerar Prioritario al Sector Forestal

+ Lamenta que en el siglo XXI 20 millones de mexicanos utilicen a la leña como fuente de energía

MÉXICO, D. F., 26 de Marzo de 2014.- La Confederación Nacional Campesina manifestó hoy preocupación por el constante deterioro y reducción de las 50 millones de hectáreas de bosques de coníferas y selvas tropicales con que cuenta México, por lo que hizo un llamado a trabajar por su conservación.

De acuerdo con reportes de las Ligas de Comunidades Agrarias dirigidos al senador Gerardo Sánchez García, presidente de la CNC, con motivo del Día Internacional de los Bosques que se desarrolló el pasado 21 de marzo, el descuido de la riqueza forestal mexicana obedece en gran medida a la deforestación furtiva, a los talamontes, la pobreza de los habitantes de estas zonas; ausencia de métodos tecnológicos para su aprovechamiento racional; deterioro ambiental por avance de la mancha urbana, apertura de nuevas tierras para cultivo de granos así como forrajes; y un promedio de ocho mil incendios forestales anuales.

Ante esta realidad, los dirigentes cenecistas de los estados de la República han propuesto al Gobierno Federal nuevas estrategias de aprovechamiento de la madera para beneficio directo de ejidatarios, comuneros y colonias forestales; reforestación de grandes extensiones que han perdido su cubierta vegetal y en consecuencia su capacidad de retención del agua; desarrollo de programas de prevención de la contaminación y aplicación de recursos provenientes del exterior relacionados con el fomento de áreas verdes.

Los dirigentes campesinos señalaron que, de acuerdo con información del Colegio de Postgraduados, la deforestación deriva en desplazamiento de suelos, pues las tierras forestales y los cerros quedan “pelones” y expuestos a la erosión.

Al respecto, pusieron como ejemplo que la pérdida de un centímetro y medio de suelo por efecto de la erosión, son arrastradas otras 150 toneladas hectárea, que ya no se recuperan, pero, además de que este importante elemento es depositado en las presas nacionales. Por eso es, denunciaron, que en más de 60 años de ocurrencia de este fenómeno, el 90 por ciento de los embalses del país presentan un azolve cercano a su capacidad de almacenamiento.

Para la CNC es contradictorio que siendo México productor de gas y petróleo desde hace décadas, en pleno Siglo XXI más de 20 millones de personas habiten dentro de las zonas silvícolas nacionales y aún utilicen a la leña como fuente de energía para cocinar sus alimentos y protegerse del frío. En estas zonas “se da la paradoja de que, en medio de la riqueza representada por las zonas forestales, hay extrema pobreza de los habitantes de estas regiones”, aseguró.

En países avanzados el sector forestal es prioritario por muchas razones: tiene que ver con la conservación de la cubierta vegetal; con la capacidad de captación de agua para la producción de alimentos y de uso potable para la población; la generación de mejores condiciones del aire de las metrópolis y de las zonas rurales, pero más que nada para mantener la capacidad de fertilidad de los suelos, justamente los que están siendo arrastrados por la falta de previsión hacia las zonas bajas donde se encuentran los embalses.

La CNC consideró que mientras no sean manejados los recursos forestales en forma adecuada para coadyuvar a la conservación de recursos secundarios, como los mismos suelos, la flora y fauna y toda la biodiversidad natural, estarán en riesgo de perderse los bosques de coníferas, selvas tropicales, selva baja y demás cubierta vegetal de las zonas áridas y semiáridas.

Por otra parte, la declaración de vedas en determinadas regiones forestales del país, no ha arrojado los resultados esperados. Esto, debido a que hay muchas necesidades insatisfechas, entre las que destacan la falta de alimentos, de empleos permanentes y, desgraciadamente, en esas zonas hay desnutrición y pobreza familiar extrema, sin hacer de lado, obviamente, el deterioro de las propias áreas boscosas.

 

 

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