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LETRAS DESNUDAS

20 Enero 2015.

MARIO CABALLERO

SAMUEL CHACÓN: EN BUSCA DE LA INMUNIDAD

El 8 de octubre de 2014, el hallazgo del cuerpo de un hombre brutalmente masacrado conmociona a la ciudad de Tapachula, Chiapas. Se trataba de Gustavo Adolfo Ibarias García, líder del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Municipio de Tapachula y el más férreo crítico de la administración del alcalde Samuel Alexis Chacón Morales. Lo mataron a pedradas. Y dado el contexto del homicidio se presume de venganza política.

LOS MOTIVOS

Los motivos por los que Samuel Chacón Morales pidió licencia para retirarse de la alcaldía, ocultan algo más. Imposible creer que busca la diputación federal con la intención de seguir sirviéndole a la sociedad. A otro perro con ese hueso. Lo que en verdad busca es inmunidad, refugiarse detrás del fuero constitucional.

La empresa de Chacón de saltar de la alcaldía al parlamento federal, es vil oportunismo. Una táctica de escape. De los fraudes al erario y de las decenas de asesinatos es de lo que quiere escapar Chacón Morales, a quien la indignación moral de la sociedad le ha rendido el homenaje merecido: Samuel Chacón es el peor presidente que Tapachula ha tenido.

Y dada la ira tan generalizada de la población que lo hizo presidente municipal, ¿qué le hace pensar que tiene oportunidades de triunfo en las próximas elecciones? Empero, si resulta ganador estaremos de frente a un claro fraude electoral.

LA INGOBERNABILIDAD

Desde el 30 de septiembre de 2012 hasta el día de hoy, Tapachula es sinónimo de ingobernabilidad. A la Perla del Soconusco la identifican los problemas de la basura, las calles destruidas, la prostitución ejercida en el primer cuadro de la ciudad, la multiplicación de los centros de vicio, la falta de alumbrado público, la inseguridad.

Y esto enfrentado a la pobreza y marginalidad en que viven miles de familias en la periferia, la mala planeación de la obra pública, los malos manejos del presupuesto, los elevados sueldos de los funcionarios, el engrosamiento de la nómina, la indiferencia del alcalde y su excentricidad, que va desde el gusto por las comidas exóticas y vinos sofisticados hasta la contratación de guaruras a cargo del erario municipal.

La medida de contratar gorilas para su protección personal la tomó después de la cachetiza que le propinó una mujer de baja estatura entre gritos de “Eres un corrupto. ¿Cómo te atreves a decir que no hay dinero? Porque sí hay. Y creo que hasta lo que dio el gobernador para reparar las calles te lo estás robando. ¡Qué poca madre tienes, cabrón! Ratero pocalucha. ¡Devuelve el dinero que no es tuyo sino del pueblo! Además, las… no corras, cobarde poco hombre. Ten huevos y enfrenta tus problemas como hombrecito. No huyas, que eres poca cosa como para irte siguiendo”.

Casos de corrupción en la era de Samuel Chacón hay muchos. Por ejemplo la construcción en la central norte, donde la tercera sur quedó intransitable por el hundimiento causado por la mala planeación de los trabajos y que debido a esto vinieron las dificultades de escasez de agua potable y el desbordamiento de aguas negras en las coladeras de las casas. Se suma el hecho de que la constructora responsable de la obra, de la que nunca se conocieron los nombres de los dueños, utilizó camiones volteo y pickups con el emblema del H. Ayuntamiento municipal.

La defraudación del presupuesto del gobierno de Chacón Morales no solo ha afectado los rubros referentes a las obras de infraestructura y prestación de servicios públicos, también trastocó uno de los más sensibles: la seguridad. De tal modo, la falta de atención e indiferencia del alcalde Chacón por salvaguardar el patrimonio de los tapachultecos devino en el establecimiento del poder criminal en la ciudad y el pánico recurrente en cada esquina.

La inversión de 18 millones de pesos provenientes del estado y la federación en la instalación del Centro Estatal de Control, Comando, Comunicación y Cómputo (C4) en Tapachula, ha sido un contundente fracaso. Asaltos, secuestros y homicidios (como el de Juan Román Sánchez Montiel, el 24 de marzo del 2014, en la 4ª avenida Sur y la prolongación de la carretera Tapachula-Puerto Madero, a las 10:45 a.m.), son captados a diario por las cámaras del sistema de videovigilancia pero sin que nadie haga algo al respecto. Al parecer, lo único que provee es morbo a las autoridades.

Como dato estadístico: el índice de criminalidad en Tapachula aumentó en un 40% en el periodo de Samuel Chacón respecto a los reportados en el 2012, esto a pesar de la gran tecnología aplicada. El clima de inseguridad ha generado el retiro masivo de inversiones y el cierre de decenas de empresas, cuyo daño principal es la inestabilidad económica y el colateral, el creciente desempleo.

Se presumen nexos de Samuel Chacón con el crimen organizado dado el privilegio que tienen los traficantes de drogas, armas y personas. Nadie los molesta, aunque todos lo saben y todos los ven. Además, las fuerzas policiales a las que protege son las que extorsionan, secuestran y asesinan con total impunidad.

El 31 de marzo de 2014, alrededor de las nueve de la noche, matan a golpes a dos mujeres en el interior de su casa. Sus nombres eran Guadalupe Aguilar y Zenovia “N”, de 85 y 60 años, respectivamente. El crimen sacudió a toda la sociedad por dos razones fundamentales: la primera, por la crueldad con que fue cometido y, segunda, porque sucedió en pleno centro de la ciudad donde hay cámaras de vigilancia, patrullas y policías de a pie.

Hasta el momento no hay culpables ni sospechosos. Y si alguien puede ser culpado, ese es Samuel Chacón Morales por el cargo de homicidio por omisión: era su responsabilidad protegerlas, al igual que al resto de los hombres y mujeres que murieron por su negligencia y falta de compromiso.

NO PUEDE, NO DEBE

Recientemente, un grupo de personas impugnó la separación de Chacón Morales interponiendo un recurso de amparo que figura bajo el número de registro 18/2015, turnado al Juzgado Tercero de Distrito con sede en Tapachula. Todos los sectores de la sociedad deberían hacer lo mismo para impedir que Samuel Chacón siga delinquiendo a sus costillas y sin recibir castigo.

Con todos estos antecedentes no debe permitírsele a Samuel Chacón participar en la contienda de elección popular, menos aun cuando no ha cumplido con la obligación de entregar la cuenta pública del año 2013 y parte del 2014, y por estar bajo la sospecha del asesinato del ex líder sindical Gustavo Ibarias.

Darle la libertad para hacerlo sería rendir tributo a la impunidad y consentir el delito: “Samuel pégame más, pero no en la cara”.

@_mariocaballero

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