09 Noviembre 2015
Alfonso Carbonell Chávez
¡Aleluya aleluya!
¡Cristo viene! ¡Bendito sea!; ¡arrepiéntanse! ¡Es palabra del señor! Y no crean que ya me convertí ni mucho menos. Simplemente es el recuento sucinto de pasar de una estación de radio a otra. La verdad, me confieso, ¡jamás había reparado en cuántas estaciones de fe existen en Chiapas! Bueno al menos las que se transmiten desde la ciudad capital Tuxtla. Y así en esos submundos mediáticos de la fe, los medios de comunicación electrónica son usados para transmitir sus mensajes que sin técnicas subliminales se dirigen directamente a un vasto número de población. Es de imaginar sin el mayor análisis que estas radios logran penetrar hondamente en los sentimientos de desesperanza de miles por no decir millones de desposeídos. Ante su irremediable pero no inevitable situación de marginación venida de su ignorancia, de menos, son presas fáciles de mensajes de sanación y posibilidades de redención en un mañana incierto. Como incierto lo es ya. El diezmo, en el mejor de los casos, sirve para continuar en el expansivo propósito de fe cualquiera que sea su variación. No las citaré porque desconozco en verdad sus propósitos nacientes, sus objetivos, sus promotores, las causas que enarbolan, aunque son adivinables. Uno ve con resignación y ya sin sorpresa, cómo una serie de templos que parecen emular a los templos romanos o griegos, con columnas cuasi dóricas y demás, insisto no soy experto, se levantan más rápidas que un puente que conecta a comunidades que se encuentran en el aislamiento. Pero a nadie pareciera importarles.
Y miren que no tengo nada contra la fe de religión alguna, pero se me hace impensable qué, quiénes, del culto que fueren, se empecinen en construir templos y no reparen en reconstruir conciencias. Vivimos, cierto es, en un mar de hipocresías que al amparo de la desazón y la complicidad de las autoridades ¡todas parecen estar destinadas a lucrar con la fe basadas en la ignorancia! Y en esta planta carnívora en que se ha convertido nuestro sistema, saben que la miel de la fe y la esperanza, como a las abejas, los llaman…sea cual sea la esencia. ¡Somos peor que insectos depredadores! La verdad. Andamos buscando engullir al más débil y acabamos en las redes de una flor colorida y hermosa como ahora de verdes tornasoles. (Les recomiendo National Geographic). Pero volviendo al entuerto, la fe, que según Mahoma movía montañas, hace que la ignorancia y la necesidad en busca de ésta, la montaña claro, termine sepultando eso precisamente; su fe sus esperanzas. Pero no divagaré más. Me enredo.
¡Y no! por supuesto, creo que el sacrificio humano de matar a doncellas y sacarles el corazón para ofrecérselos a los dioses fuera mejor opción, no. Pero qué lejos estamos en creer en un destino común salvaje sí pero propio, pueda ahora transmutar ignominioso a uno inducido, trastocado, perverso a más no poder y estúpidamente representado por hombres, los más, queriendo ser dioses. ¡Y no!, porqué como bien reseña siempre mi hermano Él Miguelón (González Alonso) cuándo habla de Palenque dice; dónde los dioses se atrevieron a vivir como hombres. Algo así. Pero sin más distracciones diría; esto que comento, es decir el fenómeno por un lado mediático de la profusión de temas de fe religiosos que recorren las escalas hertzianas habidas y por haber, no es tema digo que debería preocupar a la sociedad puesto que está, si escuche bien, está bajo su libre albedrio (derecho humano) profesar la que a su interés e insisto fe, corresponda. Lo que sí trato es, pretensiosamente, en llamar la atención de autoridades y claro está de la propia sociedad porque la fe desde los medios no es cosa que pueda quedar al margen de la reflexión. Y miren se las pongo así; si usted que escucha pero sobre todo ve en la televisión que el samphoo tal le va a detener la caída del pelo, lo compra; o que si tal o cuál crema a las mujeres las hará más bellas y jóvenes, eso tiene un impacto directo al televidente que no es otro en su categoría comercial que consumidor. Se entiende, espero.
Así pues, entre más capacidad de difusión y penetración tengan éstas formas de fe, religiones o dogmas, usted elige el concepto, se harán y serán más susceptibles de su consumo de fe. Lo decía ya; en un país y estado como el nuestro, bueno más claro; en un estado como Chiapas en donde la desesperanza ronda 24 horas al día y 365 días al año, para los mediáticos de la fe es caldo de cultivo a sus pretensiones de que ¡sí es posible, sanación, la fe y esperanza! Pero también para esquilmar en base a ello a millones que solo en la fe, a ciegas, depositan su presente. Su futuro. Así es qué ¡Aleluya aleluya y que cada quién agarre la suya! Su radio y su fe aclaro.
Ya de salida
A propósito de fe, esperanza y caridad, el pasado fin de semana la Asociación de Columnistas Chiapanecos que preside la amiga periodista Maryjose Díaz, nos reunimos en la siempre bella y gélida San Cristóbal de las Casas, con el presidente municipal Marco Antonio Cancino González, por cierto –comercial aparte- en un lugar propio de reyes y mejores periodistas. (Sufran envidiosos). Los temas bordaron sobre el gran desfalco que se advierte en sus arcas y cuyas actas obran en la autoridad correspondiente. Todo está entregado al OFS del congreso reveló el alcalde. Ahora está en su cancha diría textual. Pero más se centró la plática en lo que está haciendo y que en poco tiempo ha recibido de vastos sectores de población, de menos, su beneplácito. Sin querer ser crónica déjenme decirles que a pesar que llegó media hora después de lo acordado al desayuno, incluso que nos permitió ventilar asuntos de estricta incumbencia gremial, desde su aparición hasta que se fue, después de la foto claro que solemos tomarnos con los personajes que nos reunimos, bajo una inicial llovizna en el jardín, decía, desde que llegó nos arrebató el micrófono –literal- para plantearnos el por qué, siendo un empresario exitoso decidió inmiscuirse en política. Los detalles serán en otra ocasión. Me resta solo sobre el evento señalado decir; que fue una grata experiencia sentarse, y ahí está el quid del asunto, con el primer presidente que se atreve; sí se atreve, a construir desde su espacio municipal una instancia que se avoque a atender los problemas religiosos de ese municipio. Y si recordamos, reconocemos y entendemos que gran parte de los problemas de Sancristóbal y de la zona indígena de los altos siempre ha sido, precisamente, la intolerancia religiosa entre otras. No le asiste mejor razón. Aunque cierto es, la denominación oficial inicial, lo acepta, no fue la más afortunada y hoy ya está bajo otras siglas. Pero de eso también les comentaré en la próxima entrega…// A nuestros dilectos amigos columnistas de SCLC; Jorge Pinto, Daniel Crisanto, René Genaro y Paco Muñoz ¡gracias, muchas gracias! Me queda claro. Buen inicio de semana. Salu2.
Nota; con respeto a los irrespetuosos; ¡compañeros!, entre gitanos no se leen las manos digo, al menos que quieran que les lean el culo. (Así o más claro)