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La vida en el campamento de la CNTE en el Zócalo del DF

MÉXICO, D.F. 28 de Agosto de 2013/Agencias.- El campamento de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en el Zócalo huele a humo de carbón. Ese es el combustible que utilizan para cocinar sus alimentos.

Nancy, estudiante de maestría en educación en línea, egresada del Tecnológico de Monterrey campus Oaxaca está en campamento de la CNTE.

De acuerdo con profesores de la CNTE su alimentación no es mala. Cocinan un desayuno a base de café soluble o hervido, pan dulce o bien elaboran tortas o tacos con guisos del día anterior.

La mayoría arma un «lunch» para comer durante las movilizaciones que realizan en la ciudad de México.

Vayan a donde vayan, varios grupos se desprenden alrededor de las 12:00 horas para regresar a preparar la comida. Encienden el carbón en los anafres (pocos usan tanques de gas) y cocinan frijoles, arroz, huevos duros, guisados como sardina con axiote y puré de jitomate, pollo con salsa, alguna sopa aguada, o sólo sándwiches.

El agua no es proveída por el Gobierno del DF como en plantones pasados. Los miembros de la CNTE compran garrafones de 20 litros o de un galón para cocinar sus alimentos.

En esta ocasión, las autoridades capitalinas tampoco han instalado sanitarios portátiles en la medida de plantones pasados. En el costado de la Calle Moneda hay 10 sanitarios, son los únicos. A cambio de ello, en las coladeras de la plaza se improvisan letrinas.

La comida se prepara al aire libre, fuera de las carpas que la CNTE invadió en el Zócalo.

Mientras los contingentes se mantienen en las calles, quienes permanecen en el campamento pasan el día recostados, jugando en sus teléfonos, tejiendo, leyendo, o estudiando, como Nancy, estudiante de maestría en educación en línea y egresada del Tecnológico de Monterrey campus Oaxaca.

En una mesa instalada en la carpa gigante, frente a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, se ubica el puesto de control del campamento, donde los miembros de la CNTE trabajan con varias computadoras.

El internet que utilizan todos los integrantes del Coordinadora es el que provee gratuitamente Infinitum Móvil desde abril pasado mediante un convenio con el Gobierno de la Ciudad de México, y que no se ha interrumpido.

Los manifestantes acuden a ducharse en los baños públicos del Centro Histórico, los Señorial, de Isabel La Católica; los Marsella, de Belisario Domínguez; los Mina, de la Colonia Guerrero.

Aprovechan las regaderas para lavar su ropa, que luego cuelgan en las casas de campaña, en las lonas y en las cuerdas que sostienen su campamento.

En su mayoría, las carpas del campamento están habilitadas con electricidad que es tomada desde los postes del alumbrado público que hay en el Zócalo.

En campamento montado dentro de las carpas gigantes son las más favorecidas, pues tienen techo seguro, el piso está tapizado de plástico antiderrapante, y el agua no se cuela cuando llueve.

En las carpas que hay sobre el resto de la plaza o la calle, se han tenido que improvisar pisos de plástico sobre los que se instalan una decena de casas de campaña. En algunos casos los manifestantes tuvieron que construir diques de yeso alrededor de la carpa para impedir que el agua que escurre inunde en las casas de campaña.

El comercio informal ha proliferado entre los pasillos del campamento, y en el andador que hay frente al Palacio Nacional dificultando el ya de por sí difícil acceso a la Plaza de la Constitución.

 

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