jueves , mayo 2 2024

Razones por las que no debe continuar el rector de la UNACH.

Primera de tres partes

Por: Agustín López Cuevas

06/10/2022

Estamos a escasos días de que concluya el periodo fijado en la Convocatoria que emitió la Junta de Gobierno de la Universidad Autónoma de Chiapas, para llevar a cabo el proceso de auscultación a la comunidad universitaria (conocer su opinión, su sentir, proponer aspirantes), el cual tiene como propósito designar al rector o a la rectora que dirigirá los destinos de la UNACH durante el periodo 2022-2026.

El actual rector, Faustino Natarén Nandayapa, en una actitud insólita y nada ética en la historia de la Universidad, se ha dedicado últimamente a hacer un abierto y descarado proselitismo político a su favor en todas los campus y unidades académicas de la Universidad, como si estuviere aspirando a ocupar un cargo de elección popular, organizando mítines, desayunos, comidas y cenas con evidente acarreo directivos, docentes, administrativos y de ambos líderes sindicales, reuniones que se han convertido en verdaderos bacanales; todo ello con el deliberado y escandaloso propósito de “convencer” a los integrantes de la comunidad universitaria a que le brinden total apoyo a su candidatura, utilizando para tal fin recursos económicos del presupuesto universitario.

En estas “reuniones de trabajo”, jamás se ha escuchado al actual rector mencionar cual ha sido su proyecto de cuatro años que está por fenecer este próximo 03 de diciembre de 2022, ni tampoco alude al proyecto que ya presentó al registrarse como aspirante y que se supone ejecutaría en caso de ser nuevamente designado al cargo.  A quienes “voluntariamente” han asistido a estos jolgorios saturnales (más bien obligados, bajo amenaza de despido laboral, por sus superiores jerárquicos y por los “incondicionales” líderes sindicales), les queda claro el vacío y el fracaso que estigmatiza a una administración que languidece y que pretende continuar en el poder universitario.

Por distintos medios se comenta y se señala, con acierto, el cúmulo de razones por las cuales el actual rector no debe de continuar al frente de la UNACH:

  1. Porque se han corrompidos las funciones sustantivas universitarias de Docencia, Investigación y Extensión de la Cultura por una grosera y ofensiva política de terrorismo, en contubernio con ambos líderes sindicales (SPAUNACH y STAUNACH), quienes, en vez de defender a los trabajadores agremiados como es su deber, se han convertido en instrumentos de la venganza y de los complejos del rector, realizados mediante el hostigamiento y despido laboral sin causa ni justificación.
  2. Por mantener una sistemática actitud de violación a los derechos humanos en contra de integrantes de la comunidad universitaria, en complicidad con la Comisión Estatal de Derechos Humanos, en donde “extrañamente” las quejas que presentan los trabajadores universitarios, por más sustentadas que estén, no prosperan y son archivadas.  ¿Las razones de ello?, entre otras, que el abogado general de la UNACH, antes de serlo, fue funcionario de esa Comisión y, además, es del dominio público que entre ambos existe un parentesco por afinidad, de ahí la explicación del contubernio que existe entre la Rectoría y la CEDH.
  3. Por carecer de un proyecto académico viable y pertinente que contribuya, de forma eficaz, al desarrollo, consolidación y proyección de la UNACH, ya que es notoria su falta de visión universitaria; su obtuso enfoque con respecto a los fines universitarios los basa en sus limitados conocimientos jurídicos, pero, sobre todo, en su soberbia, prepotencia y sed de venganza insaciable. Todo lo ve desde la mirada de un carcelero.
  4. Por destruir instituciones universitarias que funcionaban correctamente y que producían resultados relevantes. Un solo ejemplo: la desaparición de la Dirección General de Extensión Universitaria (DGEU) de tan satisfactorios logros a lo largo de su vida institucional que, además, contaba con el beneplácito de la comunidad universitaria, la cual fue sustituida por una gris e intrascendente Secretaría de Identidad y Responsabilidad Social Universitaria (SIRESU), de la que poco o nada se sabe de sus actividades, mucho menos de los resultados alcanzados a partir de su creación.
  5. Por mentirle a la Secretaría de Educación Pública, al Gobernador del Estado, a la comunidad universitaria y a la sociedad chiapaneca, con respecto al incremento de la matrícula mediante la “implementación” del programa “Oferta Educativa para la Inclusión Social 2022” (PROEDIS), prometiendo a la juventud estudiosa 125 licenciaturas a concluir en 3 años y graduarse como Profesional Superior Universitario (PSU). Estos programas ni son viables ni tampoco pertinentes, ya que carecen de contenidos educativos y tampoco tienen el aval del Consejo Universitario; además, no tienen asignado personal para su implementación y la sociedad los ha rechazado. ¡Toda una farsa del rector Faustino Natarén!

CONTINUARÁ

 

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