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Letras Desnudas

14 abril 2021

Mario Caballero

MÁS DINERO SUCIO A LA CAMPAÑA DE PACO ROJAS

Hace unos días, en Querétaro, en la gira de campaña de la candidata de Morena al gobierno de ese estado, Santiago Nieto hizo una declaración que ha encendido todas las luces de alarma en el INE, en los partidos políticos y ha puesto a temblar a varios candidatos a puestos de elección popular.

Se trata del descubrimiento de empresas “factureras” que presuntamente están financiando las campañas políticas de dos candidatos del partido Movimiento Ciudadano en Puebla y Chiapas. En el caso de Chiapas, tal como hace referencia el título de esta columna, es Paco Rojas, quien busca por tercera vez consecutiva la alcaldía de Tuxtla Gutiérrez.

Por el momento, según dijo el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, estos dos casos todavía están siendo investigados, pero llegará hasta las últimas consecuencias. De eso nadie debería dudar, si algo ha demostrado Santiago Nieto es firmeza y carácter para cumplir con su deber.

Pero para nuestra desgracia, en materia de financiamiento de campañas electorales México sigue siendo el peor de los mundos posibles. Mientras por un lado se destinan miles de millones de pesos de los recursos de los contribuyentes para que nadie pueda “comprar” gobernantes; por el otro, ingresan carretadas de dinero del sector privado de manera ilegal a las campañas. Menos mal que ahora existe una norma que faculta a las autoridades para fiscalizar, regular y castigar este tipo de delitos.

De acuerdo con Luis Carlos Ugalde, expresidente del INE, quien realizó antes de las elecciones de 2018 un estudio sobre la entrada de dinero sucio a los procesos electorales, ocho de cada diez pesos que se gastan en una campaña en México se hace por fuera del sistema.

Es dinero ilegal que proviene de dos fuentes. La primera es el gobierno, desde donde se desvían recursos de diversas maneras para financiar las operaciones políticas de los amigos y aliados. La segunda es de agentes privados, principalmente sindicatos y empresarios. Como es el caso que nos atañe.

Pero vayamos por partes. Movimiento Ciudadano es una institución partidista que durante sus veintidós años de existencia no ha representado nada como opción política en México. Todo lo contrario, su permanencia sólo ha servido para que un grupo de políticos tuviera acceso al poder y al financiamiento público. Los miembros de este grupo se volvieron millonarios con el manejo de las prerrogativas, el reparto de cargos legislativos, las negociaciones bajo la mesa y los puestos que de alguna manera han ganado en las elecciones. El principal de ellos es Dante Delgado, quien ostenta en el dicho y en los hechos la propiedad del partido.

Este personaje que surgió de la clase media se encumbró económicamente en pocos años y ha estado muchas veces implicado en casos de enriquecimiento inexplicable, tráfico de influencias, peculado y corrupción.

Sin embargo, todo ese dinero que han ganado los que ejercen el control de dicho organismo ha sido un desperdicio tanto financiera como políticamente, ya que sólo alimentó a un partido que nada ha propuesto para el desarrollo y la estabilidad social del país.

Lo peor de todo es que el partido naranja, como también es conocido, ha estado enredado muchas veces en escándalos que tienen que ver con el narcotráfico y el tema de recursos ilegales en las campañas. Como fue el caso de Raúl Cantú, candidato a la alcaldía de Salinas Victoria, Nuevo León, que fue detenido hace una semana junto con Evaristo Cruz, presunto líder del Cártel del Golfo, por delitos de portación de armas de fuego y drogas, y crimen organizado.

También está el caso de José Luis Novales, ex candidato a la presidencia municipal de Aguascalientes, señalado en julio de 2013 de recibir dinero del narco para su proyecto.

AL GRANO

Dejemos de lado el caso del candidato del estado de Puebla y nos concentremos en lo que la Unidad de Inteligencia Financiera descubrió acerca de la entrada de dinero ilegal a la campaña electoral de Paco Rojas, el ex panista que ahora encontró un espacio para seguir lucrando de la política a través de Movimiento Ciudadano.

Dicho descubrimiento es parte de la cruzada que ha emprendido el gobierno del presidente López Obrador contra las factureras, y por la que ya existen 43 denuncias ante la Fiscalía General de la República.

Entre las empresas denunciadas está la de los hermanos Víctor Manuel y Alejandro Álvarez Puga, quienes han logrado construir una fortuna con el negocio de outsourcing. Actualmente, ambos son investigados por lavado de dinero, delincuencia organizada y otros delitos federales.

Bien. La trama es la siguiente. Preocupados por las diversas pesquisas en su contra y por las reformas constitucionales motivadas por el gobierno federal cuyo objetivo es limitar el esquema laboral de las empresas outsourcing, que está comprobada su participación en la evasión de impuestos y otros delitos fiscales, los Álvarez Puga pretenden meter a punta de cañonazos de dinero a personas afines que los respalden en la Cámara de Diputados.

Aquí es donde entra Paco Rojas, quien no sería la primera vez que se ve inmiscuido en asuntos de dinero ilegal en campañas electorales.

No quiero ser repetitivo, pero es necesario retomar los dos episodios en los que fue videograbado recibiendo moches de dinero en efectivo según proveniente de empresarios, para que no quepa duda de su probable participación en este acto ruin y reprobable.

El primero de ellos se remonta a junio de 2015, fecha en que apareció el primer video. En este, en una sala privada de un desaparecido restaurant de la ciudad, Paco Rojas recibió una caja de zapatos con doce fajos de billetes. Quien se lo entregó todavía hizo alarde desparramando sobre la mesa el montón de dinero.

El segundo video surgió el 30 de julio del mismo año. Aquí, el hoy candidato de Movimiento Ciudadano, obtuvo un millón 400 mil pesos que le fue entregado en un cuarto de hotel y que él arrastró dentro de una maleta. Cabe mencionar que en una parte del metraje se puede escuchar que Rojas le promete al supuesto capitalista entregarle a cambio todas las obras del municipio en caso de ganar la presidencia municipal.

Desde entonces, es apodado como “Pacomoches”.

En el caso actual, se dice que él intervino ante el partido para que Federico Galindo, secretario particular de Alejandro Álvarez Puga, fuera propuesto por Movimiento Ciudadano como diputado plurinominal en la tercera circunscripción. Lo mismo hizo con Bárbara Altuzar, a la que le ofreció la sindicatura municipal y que es la persona que funge como administradora de los negocios de los Puga.

Por supuesto, se advierte que a cambio de tan chico favor los hermanos Víctor Manuel y Alejandro, que residen en una lujosa mansión en Miami, Florida, se comprometieron a financiar la campaña electoral de Paco Rojas, quien al parecer ya le encontró el modo para ganar dinero a montones así gane o no la elección.

A menos de tres semanas de que arranquen las campañas por las presidencias municipales, un escándalo más de corrupción de Paco Rojas que lo vincula con dinero sucio y con dos hermanos, los Álvarez Puga, que desde hace tiempo están bajo la mirada de la justicia.

¿No que esta vez sería diferente? Por este tipo de cosas, nadie debería confiarle el gobierno de la ciudad.

yomariocaballero@gmail.com

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