01/10/2025
Federico Montejo, experiencia y capacidad para fortalecer la ganadería en Chiapas.
Silvano Bautista
La reactivación del Sistema Producto Bovino Carne en Chiapas, tras más de quince años de inactividad, no es un hecho menor. En un estado donde la ganadería es pilar de la economía rural y base de la seguridad alimentaria, volver a echar a andar este mecanismo significa recuperar una brújula que había quedado perdida en el camino.
La designación de Federico Montejo Camacho como presidente estatal ha sido bien recibida en el sector. No es casual: Montejo carga con una sólida trayectoria como criador, dirigente y promotor de la modernización ganadera. Desde su papel en la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Beefmaster, pasando por su trabajo en el Centro de Desarrollo Experimental y Educación Ambiental Llano Alto, hasta su activa participación en asociaciones ganaderas locales y regionales, ha demostrado ser un hombre que entiende tanto la dimensión productiva como la social de este sector.
Pero el reto no se agota en su liderazgo. El verdadero desafío para Chiapas es garantizar que la reactivación del Sistema Producto no quede en un acto simbólico, sino que se traduzca en resultados concretos para los productores y consumidores.
Y aquí aparece el fantasma que podría empañar cualquier avance: la mosca del gusano barrenador. Esta plaga, silenciosa y letal, representa uno de los mayores riesgos sanitarios para la ganadería chiapaneca. Si no se contiene con campañas sostenidas, coordinación entre autoridades y disciplina sanitaria en cada rancho, podría convertirse en el factor que tire por la borda los esfuerzos de competitividad frente a otros estados productores.
Montejo lo sabe: la calidad y la inocuidad de la carne chiapaneca serán las credenciales con las que se intente conquistar mercados nacionales e internacionales. Y ninguna estrategia de valor agregado funcionará si las reses siguen siendo vulnerables a una plaga que deteriora la salud animal y merma la confianza de los compradores.
En este contexto, la reactivación del Sistema Producto debe asumirse como un pacto de corresponsabilidad entre productores, instituciones y consumidores. Montejo tiene la experiencia y la legitimidad; ahora le toca demostrar que también tiene la capacidad de articular a un sector diverso, muchas veces fragmentado por intereses locales, y conducirlo hacia un horizonte de mayor competitividad.
La ganadería chiapaneca merece recuperar su lugar como motor de desarrollo. El reto está puesto sobre la mesa.
Luis Ignacio Avendaño, un político en ascenso.
Con un futuro prometedor en la política chiapaneca. Su trabajo al frente del Congreso del Estado ha sido fundamental para impulsar reformas que buscan transformar el estado y sus coterráneos.
Con una visión clara y un compromiso inquebrantable, Avendaño Bermúdez ha logrado generar consensos y acuerdos que han permitido avanzar en la agenda de la Nueva ERA.
Su capacidad para trabajar en equipo y su habilidad para encontrar soluciones innovadoras a los desafíos que enfrenta el estado lo han convertido en un referente en la política chiapaneca. Y lo que sigue.
Su liderazgo y dedicación lo posicionan como un político influyente en el estado, capaz de generar cambios positivos y duraderos. Avendaño Bermúdez es un político que ha demostrado ser un verdadero servidor público, siempre orientado al bien de Chiapas y sus habitantes.
En el futuro, se espera que Avendaño Bermúdez siga siendo un actor clave en la política chiapaneca, como hasta ahora impulsando iniciativas que promuevan el crecimiento y el desarrollo de la entidad.
Su compromiso con la ciudadanía y su visión lo convierten en un político a seguir en la escena política que se avecina, en donde sabrá cumplir a cabalidad la encomienda,