CIUDAD DE MEXICO, Palacio Legislativo de San Lázaro, 21 de agosto de 2025.- La Cámara de Diputados, a través de la Secretaría de Servicios Administrativos y Financieros, llevó a cabo la conferencia virtual “Infancias migrantes: El impacto en su educación y salud mental”, impartida por especialistas de El Colegio de la Frontera Norte, en el que se analizó el efecto de la migración y cómo influye en la salud mental y en la educación de las infancias.
El diputado Pedro Mario Zenteno Santaella (Morena), presidente de la Comisión de Salud, afirmó que la protección de las niñas, niños y adolescentes constituye una de las principales deudas humanitarias del país, debido al creciente flujo migratorio infantil y de familias que huyen de la pobreza, la violencia, y los efectos del cambio climático, situaciones que para muchos representan “un acto de supervivencia”.
Señaló que, durante el trayecto migratorio, niñas, niños y adolescentes enfrentan múltiples riesgos, como violencia, secuestro, extorsiones, muertes y desapariciones en zonas de alto peligro, así como la exposición a delitos cometidos por grupos criminales y los abusos por parte de autoridades aumentan su vulnerabilidad.
Aseguró que ninguna infancia es ilegal, por lo que se requiere una respuesta integral que incluya rutas seguras, albergues dignos, acceso a servicios de salud y educación, así como una coordinación binacional enfocada en la protección, y no en la contención.
La diputada Blanca Leticia Gutiérrez Garza (PAN) expresó su compromiso para que la cuota migrante “deje de ser un símbolo y se convierta en una fuerza real, con capacidad de incidir en la Legislación, y lograr construir puentes entre las comunidades migrantes de México”. Destacó que la niñez migrante a nivel nacional e internacional enfrenta altas tasas de abandono escolar y rezago educativo.
De Morena, la diputada Olga María del Carmen Sánchez Cordero Dávila subrayó la relevancia del entorno familiar y el impacto que genera en niñas y niños migrantes la separación de su círculo más cercano.
En su intervención, Ana Claudia Coutiño, secretaria general académica de El Colegio de la Frontera Norte, mencionó que este encuentro representa no solo una conferencia sino un llamado a la acción para que, desde el Poder Legislativo, se fortalezcan las políticas públicas. Hizo un llamado para que estas acciones se traduzcan en un compromiso con la movilidad humana, entendida no como un obstáculo sino como un puente hacia comunidades más justas, solidarias e incluyentes.
Explicó que, en el ámbito educativo, niñas y niños migrantes enfrentan dificultades como interrupciones en su trayectoria escolar, barreras lingüísticas y desigualdad en el acceso a materiales y docentes. En el ámbito de la salud, señaló que padecen trastornos mentales como ansiedad, depresión, estrés postraumático y dolor derivado del desarraigo, factores que afectan su presente y amenazan su futuro.
Eunice Vargas Valle, investigadora de El Colegio de la Frontera Norte, refirió que de 2015 a 2020 alrededor de 87 mil niños, niñas y adolescentes migraron a causa de la delincuencia y violencia en México, lo que derivó en inasistencia escolar y rezago educativo.
Manifestó que si bien la Ley General de Educación 2017-2019 representó un avance en la equidad para la educación de las infancias migrantes, “se tiene que pasar a la equidad real”, lo que significa oportunidades de acceso escolar, construcción de una ruta de educación básica, agilizar las revalidaciones para la media superior, garantizar cupo escolar y promover becas en zonas de alta migración.
Asimismo, consideró indispensable capacitar al personal docente en atención a migrantes y canalización a apoyo psicológico, crear protocolos de bienvenida para migrantes en las escuelas, ofrecer y difundir clases gratuitas de español en puntos estratégicos, disponer de tutores para nivelación académica en todas las etapas escolares, así como diseñar estrategias pedagógicas con enfoque migrante.
En el ámbito de la salud mental, Ietza Bojórque Chapela, investigadora de El Colegio de la Frontera Norte, dijo que la movilidad, los riesgos en los trayectos y los constantes cambios en las circunstancias alteran la sensación de seguridad de niñas y niños. Consideró que la composición familiar es un factor esencial para el bienestar psicológico y la construcción de una identidad saludable en la infancia, ya que la seguridad en los primeros años de vida proviene en gran medida de las figuras parentales.
Comentó que cuando la composición familiar se ve sometida a cambios constantes, como sucede en contextos de migración, las niñas y los niños enfrentan la necesidad de adaptarse de manera continua a nuevas figuras adultas de referencia, lo que provoca un alto grado de incertidumbre que impacta directamente en el desarrollo de su personalidad.
Además, precisó que la alimentación saludable juega un papel clave en el bienestar mental y emocional, pero en contextos de movilidad suelen presentarse situaciones de inseguridad alimentaria, lo que dificulta mantener una dieta balanceada, razón por la cual garantizar que las infancias tengan una adecuada alimentación en estas condiciones se convierte en un gran desafío.