Hablantes de lengua indígena sufren discriminación, injusticias y violación a sus derechos fundamentales

+ Así lo manifestó Patricio García Ramírez, originario de Papantla de Olarte, Veracruz, al hacer uso de la tribuna de la Cámara de Diputados

CIUDAD DE MEXICO; Palacio Legislativo de San Lázaro, a 29 de octubre de 2025.- Ante diputadas y diputados, Patricio García Ramírez, originario de Papantla de Olarte, Veracruz, expresó que muchas personas que hablan una lengua indígena sufren no solo de discriminación, sino injusticias y violación a sus derechos más fundamentales.

«Personas que, por no hablar español, no han podido defenderse y sufrir abusos de todo tipo por el simple hecho de hablar una lengua indígena. Pero no hay que olvidar que es nuestro derecho a hablar nuestra lengua», añadió el hablante de lengua totonaco.

Reconoció que los esfuerzos que el Gobierno hace para remediar esto resultan insuficientes, ya que es difícil disponer de las 55 lenguas que dicen que hay en la ciudad, eso sin contar que cada lengua tiene distintas variantes.

En la sesión de hoy y como parte de Las lenguas toman la tribuna, relató que el ser hablante de una lengua indígena le ha permitido desde 2017 participar en la Red de Intérpretes Traductores; tomó cursos para realizar un buen trabajo y ayudar a sus paisanos a acceder a derechos principalmente de justicia.

Dijo ser traductor en su lengua y orgullosamente maestro albañil; nacido en la ranchería Vicente Herrera, municipio de Papantla de Olarte, Veracruz. La lengua –abundaba– la aprendió de sus padres y hermanos que también son hablantes. En su comunidad solamente había escuela primaria, la cual cursó recibiendo educación en su propia lengua.

Además, las actividades culturales de su pueblo están relacionadas con la religión católica, pero es mucho más fuerte el respeto a la naturaleza: la tierra, el agua, los árboles y las plantas, así como a los animales que ahí viven, y “es de esta manera porque entendemos que ahí está nuestro sustento”.

Puntualizó que, si se trabaja la tierra, “ella nos da alimento; si cuidamos los árboles, ellos mantienen cerca el agua, nos dan aire limpio y hasta materiales para construir nuestras casas y muebles”.

Relató que su pueblo está rodeado de naturaleza. El trabajo que realiza la mayoría de las personas está relacionado con la tierra, ya que de ahí se obtienen productos que se venden no solo en la comunidad, sino van a otros pueblos, como vainilla, limones, naranjas, plátanos, caña de azúcar, maíz, frijol y otros.

La riqueza natural de su pueblo –agregó– también se ve en las comidas que se preparan, como el zacahuil, el mole con guajolote, el tamal de hoja de plátano; en bebidas como el aguardiente, el pulque, el atole de calabaza y el atole agrio. “Estos son algunos de los platillos que se preparan en las festividades a lo largo del año; las más importantes: el Día de Muertos y el 12 de diciembre, Día de la Virgen de Guadalupe”.

Comentó que en su comunidad aún se conserva la vestimenta tradicional, sobre todo la de las mujeres, que consiste en una bata de algodón cuya parte alta está adornada con finos tejidos de crochet; naguas generalmente de color blanco, cubiertas por un mandil de color y una pañoleta bordada al cuello.

«Quizá por lo aislado que está mi pueblo, la gente aún conserva la lengua y el conocimiento que ella encierra. En contraste con toda la riqueza cultural que tiene mi pueblo, es visible un atraso en cuanto al acceso a los servicios básicos: agua potable, luz y transporte, pero también a las oportunidades de educación y trabajo», agregó.

Patricio García destacó que, ante este panorama, es frecuente el fenómeno de migración. «Yo mismo soy ejemplo de ello, migré de mi comunidad a la edad de 13 años a distintas ciudades en busca de mejores oportunidades de vida. En todo este tiempo, a pesar de estar lejos de mi tierra y de mi gente, pude conservar mi lengua y mi identidad porque nunca perdí el contacto con mi familia, y con ellos siempre me he comunicado en mi lengua».

Dijo que lamentablemente no ha podido transmitir el totonaco a sus hijos, pues como proveedor de su familia, era poco el tiempo que podía compartir con ellos cuando crecieron, además siempre se comunicaron en español, y también buscó protegerlos contra la discriminación que se sufre al ser hablante de una lengua indígena.

La presidenta de la Mesa Directiva, diputada Kenia López Rabadán, informó que Patricio García Ramírez es originario de la comunidad de Papantla de Olarte, Veracruz; inició su carrera en el ámbito de la seguridad pública, sirviendo al 59 batallón de infantería de Veracruz y como policía auxiliar en la Ciudad de México y del Estado de México.

Mencionó que debido a que ha mantenido su identidad indígena y su lengua materna se formó como intérprete y traductor, a través de un taller impartido por la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades.

Actualmente utiliza su habilidad lingüística para realizar trabajos de interpretación y traducción, y colabora con importantes instituciones de justicia y derechos humanos como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, la Defensoría Pública y la Fiscalía General de Justicia en la Ciudad de México.

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