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+ Para entender la renuncia de la titular de Semarnat, hay que ver el entorno minero de Chiapas; ¿Una disputa de la Mafia del Poder?

+ Para entender la renuncia de la titular de Semarnat, hay que ver el entorno minero de Chiapas; ¿Una disputa de la Mafia del Poder?

Por J. JESÚS LEMUS

26 mayo, 2019

Articulo tomado de redes sociales

La renuncia de Josefa González-Blanco Ortiz-Mena a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), va más allá del debate nacional que se ha generado sobre si es la segunda renuncia de importancia dentro de la administración de la Cuarta Transformación, si es justificada o no por haber detenido un vuelo comercial o si se confrontó con presidente Andrés Manuel López Obrador.

La renuncia tiene un trasfondo: es el resultado de la disputa de grandes potentados económicos por asumir el control de la dependencia que autoriza o limita el uso del territorio nacional para la ejecución de proyectos económicos, principalmente relacionados a la actividad minera y petrolera.

No hay que perder de vista que la Semarnat es la dependencia por cuyo entramado tienen que pasar los permisos de autorización –los llamados Manifiestos de Impacto Ambiental- necesarios para todas las industrias, tanto para la explotación de recursos naturales como para la generación de residuos contaminantes.

Los Manifiestos de Impacto Ambiental (MIA) son el único límite legal para frenar el voraz despojo del suelo, agua y bosques que en los últimos años han venido haciendo en México miles de empresas trasnacionales; solo en lo que al territorio se refiere, actualmente existen mil 387 empresas mineras y petroleras que han despojado del suelo a las comunidades originarias.

El número de empresas trasnacional que se han apropiado del agua de las comunidades, principalmente de la industria refresquera, cervecera, de la mezclilla, del agua embotellada, de los agroalimentos (engorda de ganado, productoras de huevo, lecheras y procesadoras de carne) y de la industria automotriz, ya se ubica en por lo menos 980.

Sumado a esto, actualmente –de acuerdo a cifras de la propia Semarnat- por lo menos otras mil 372 empresas se encuentran a la espera de la autorización de los Manifiestos de Impacto Ambiental para comenzar, en aras de grandes proyectos económicos, con el despojo del agua y el suelo a las comunidades originarias. Por eso es la importancia de esta cartera del gabinete presidencial.

Chiapas, el Epicentro de la Disputa

Aun cuando la Semarnat es la que decide finalmente la entrega de los recursos naturales de todo el pis para su consumo en grandes proyectos económicos, el problema se focaliza en el estado de Chiapas, de donde coincidentemente es originaria la que hasta ayer fue titular de esa dependencia, y de donde precisamente es también oriundo Manuel Velasco Coello, quien se menciona como seguro nuevo titular de la hoy acéfala dependencia.

Chiapas es el primer estado del país con mayor potencial minero, según lo reconoce el Servicio Geológico Mexicano (SGM); en esta entidad existen las más altas reservas de azufre, titanio y mercurio, amén de que aquí se encuentra también una de las principales reservas de derivados pétreos de todo el territorio nacional.

Al día de hoy en Chiapas se encuentran activas más de 198 concesiones mineras para la explotación principalmente de derivados pétreos, pero existen otras 239 empresas en espera de la autorización de sus concesiones, con la limitante solo de la Semarnat, para comenzar con la extracción del mercurio, titanio, oro, plata, cobre y plomo que se encuentran con reservas probadas bajo ese territorio de hasta por 50 años.

Salinas Vs Salinas

De las 239 empresas que han solicitado permisos de explotación de la riqueza minera de Chiapas, y que muchas de ellas ya se encuentran en exploración son principalmente canadienses, chinas y norteamericanas, solamente cuatro de ellas son mexicanas: Industrias Unidas de Cobalto, Obras y Proyectos Mazapa S.A. de C.V., Minera San Francisco del Oro S.A. de C.V., y Compañía Minera Frisco.

Los directivos de estas cuatro mineras mexicanas, en donde aparecen los nombres de Carlos Slim y Carlos Salinas de Gortari, están ligadas, al menos en el grado de amistad a Josefa González-Blanco Ortiz-Mena, la ex titular de la Semarnat que es hija de José Patrocinio González-Blanco Garrido, quien fuera en su momento secretario de gobernación en la administración del presidente Carlos Salinas de Gortari.

De esa forma, las empresas mineras alejadas de este círculo, principalmente del Grupo Dragón, propiedad del magnate Ricardo Salinas Pliego, se han considerado en desventaja para la obtención de los permisos de exploración dentro del territorio de Chiapas.

A través del consorcio Grupo Dragón, Ricardo Salinas Pliego pretende extender aún más sus dominios sobre el suelo de Chiapas, pues sólo ha podido lograr a su favor algunas concesiones mineras, sino que ha podido entrar al negocio de la generación de energías limpias, el que se abrió al mercado con la Reforma Energética del presidente Enrique Peña Nieto.

La presencia de Salinas Pliego en la industria extractiva y de generación de energías en Chiapas, se consolidó con la reforma que fue impulsada desde el Senado de la República por su hija Ninfa Salinas Sada, la que llegó al escaño abanderada por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), con el apoyo incondicional de Manuel Velasco Coello, entonces gobernador del estado.

Salinas Pliego tiene grandes intereses mineros en Chiapas, donde en los últimos seis años, con el apoyo del entonces gobernador Manuel Velasco Coello, se le garantizó desde la administración local toda suerte de beneficios para lograr la operación minera, luego de adquirir los resabios de la mina Cristina, ubicada sobre una superficie de 35 hectáreas, dentro del Ejido Nueva Libertad, en el municipio de Acacoyagua, donde se sabe existen en abundancia minerales como ilmenita, rutilio y mica, todos utilizados para la obtención de titanio.

Otra de las minas que opera el Grupo Dragón de Ricardo Salinas Pliego, es la llamada Nueva Francia, ubicada en el ejido del mismo nombre, en el municipio de Escuintla, en Chiapas, en donde se trabaja desde el 2008 para la extracción de minerales base también para la obtención de titanio, cuya lixiviación ha generado daños en la salud de los vecinos de los municipios aledaños, en donde se ha registrado, de acuerdo a cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), un repunte en los fallecimientos por cáncer, principalmente en mujeres y jóvenes.

Actualmente el Grupo Salinas, a través de la subsidiaria Grupo Dragón, con el aval dejado por el gobierno de Manuel Velasco, trabaja en proyectos de exploración en los distritos mineros de Simojovel de Allende, Santa Fe-La Victoria, Tecpatán, Tenejapa, Francisco I. Madero, La Jáquimas, Motozintla, Tolimán, Chicomuselo y La Libertad.

 

La mayor parte de las más de un millón 125 mil 828 hectáreas que han sido concesionadas por el gobierno federal para la explotación minera en Chiapas, han sido entregadas a mineras subsidiarias del Grupo Salinas, las que han comenzado la exploración para la obtención de oro, plata, cobre, plomo, zinc, titanio, fierro y barita, materiales muy cotizados en la industria aeroespacial.

Pleito de Familia

Bajo ese contexto resulta fantasioso pretender creer que la renuncia de Josefa González-Blanco Ortiz-Mena se deba solo al retraso de un vuelo comercial. Que realmente renunció por una convicción personal de “no fallarle a los mexicanos”. Ella fue empujada a la renuncia como parte del juego de intereses económicos que se ciernen sobre la riqueza minera del suelo de Chiapas.

Por eso ahora el nombre de su coterráneo Manuel Velasco Coello se menciona con insistencia para sucederla, porque es el hombre que puede cuidar bien los intereses del otro grupo minero, el de Ricardo Salinas Pliego, que se había sentido excluido del reparto de la riqueza natural de esa entidad.

Pero aun cuando fuera Manuel Velasco Coello fuera el nuevo titular de la Semarnat, y el Grupo Dragón volviera por sus fueros en la explotación minera de Chiapas, todo queda en familia: Josefa González-Blanco Ortiz-Mena es hija de José Patrocinio González-Blanco Garrido, quien es primo segundo de Manuelita Obrador González, madre del presidente de Andrés Manuel López Obrador.

Por otra parte, Patrocino González-Blanco Garrido es tío de Leticia Coello Garrido, la madre de Manuel Velasco Coello, e hija de Fernando Coello Pedrero, un potentado de San Cristóbal de las Casas, que tiene como su principal actividad económica la explotación minera y ahora va de la mano en muchas de sus inversiones con el Grupo Dragón, propiedad de Ricardo Salinas Pliego, el principal promotor para que Manuel Velasco sea el nuevo titular de la Semarnat. (Articulo tomado de lo publicado en redes sociales)

 

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