+ Es una medida necesaria para salvaguardar la producción ganadera nacional
+ Nicaragua acumula más de 19,600 casos confirmados de gusano barrenador (Cochliomyia hominivorax).
+ Aunque existe regionalización sanitaria, su efectividad se debilita si se permite libre movimiento de ganado de engorda proveniente de zonas infestadas a zonas libres de la plaga.
Ciudad de México, a 24 de julio del 2025.- Aplicar el principio precautorio es una necesidad técnica para las importaciones de ganado proveniente de Centroamérica ante la amenaza del gusano barrenador, debido a que según el informe «Análisis del Impacto Potencial del Gusano Barrenador en México» (SENASICA, 2021), entre 2000 y 2019 la diferencia de utilidad acumulada entre un escenario con y sin plaga fue de 358 mil 102 millones de pesos.
Así lo aseguró el director de la Consultora NexusAgronegocios, César Rafael Ocaña Romo, luego de señalar que esta cifra representa 4.8 veces el presupuesto anual de la Secretaría de Agricultura para el 2025. Además, el análisis proyecta una reducción del 23 % en la rentabilidad del sector ganadero y la cadena de valor.
El riesgo está plenamente identificado. Lo incierto no es la biología del parásito, sino la capacidad operativa real para evitar su diseminación. Un solo fallo compromete todo el estatus sanitario. Aunque existe regionalización sanitaria, su efectividad se debilita si se permite libre movimiento de ganado de engorda proveniente de zonas infestadas a zonas libres de la plaga, expresó Ocaña Romo.
El principio precautorio, aclaró, son las medidas preventivas y restrictivas que se deben implementar para evitar la introducción de enfermedades y plagas que puedan dañar al ganado, lo que se realiza dando prioridad a la protección de la ganadería nacional.
La importación reciente de ganado vivo procedente de Nicaragua —país con brote activo de gusano barrenador— ha generado preocupación entre los productores mexicanos. Aunque el gobierno federal ha defendido estos embarques marítimos como operaciones aisladas y controladas, la decisión fue tomada de forma centralizada, sin que se conozca una consulta transparente a los comités estatales de sanidad, ni a los ganaderos inconformes.
César Ocaña refirió que México permitió en julio de 2025 el ingreso de alrededor de 10 mil reses nicaragüenses, país que acumula más de 19,600 casos confirmados de gusano barrenador (Cochliomyia hominivorax. WOAH, 20-jun-2025), y un error operativo ya ocurrió: el brote del 9 de julio en Puente Nacional, Veracruz, vinculado a un novillo canalizado a rastro.
El experto agroalimentario añadió que lo anterior ocasionó el cierre inmediato de la frontera norte por parte de Estados Unidos. La frontera se cierra por hechos, no por declaraciones. Para reabrirla, debe eliminarse el riesgo.
Importar 10 mil reses de bajo costo no compensa el riesgo sistémico de perder la exportación a Estados Unidos, dañar la reputación sanitaria nacional y socavar un sistema que sostiene la economía de más de 800 mil unidades de producción pecuaria, explicó el Consultor.
México produce anualmente más de 8.7 millones de becerros, con un valor superior a 5 mil millones de dólares. Esta base productiva —mayormente conformada por pequeños y medianos productores— es vital para el abasto interno de carne y el equilibrio de precios. Un brote puede desvalorizar animales incluso en zonas libres por simple sospecha.
Además, los precios pagados en estados exportadores como Sonora y Chihuahua funcionan como referencia nacional. Desde el cierre de la frontera en noviembre de 2024, los precios del becerro han caído entre 20 % y 30 %. Esto no solo afecta a los exportadores, sino a todo el mercado.
Arriesgar la sanidad nacional por un beneficio marginal no es ni prudente ni estratégico. El principio precautorio es necesario. La sanidad es un bien público y cada fisura la paga toda la cadena, concluyó Ocaña.