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LETRAS DESNUDAS

04 junio 2019

MARIO CABALLERO

UN PODER: UN PROTAGONISTA

Por un lado, da risa y, por el otro, entristece. En política tratar de adelantarse a los hechos es jugar a ser Dios. Si algo se sabe es que, en la política como en la moda, no hay nada escrito. Hacer suposiciones es arriesgarse al ridículo. Lo digo porque a estas alturas del nuevo gobierno qué caso tiene debatir sobre la próxima sucesión. Lo que en verdad importa no es la sucesión gubernamental, sino la cuestión gubernamental.

Es triste y muy lamentable saber que muchos estén más preocupados en averiguar a través de conjeturas sin sentido quién será el próximo gobernador, que en analizar y exponer la marcha del pluralismo chiapaneco que se vive en nuestros días. Eso, sin duda, exhibe la ambición de nuestra sociedad política. Es un debate mal perfilado cuando lo indispensable es dar ese salto a la frescura de las ideas, al tejido de los acuerdos.

Chiapas no está para entretenerse con el circo de las precandidaturas. Qué el político Fulano dijo aquello, que Mengano prometió lo otro, que Sutano les dijo a ambos cobardes, y todo con tal de ganar popularidad y presencia mediática no hace más que convertir el debate público en un pueril parloteo de ocurrencias. Lo único que puede analizar la prensa son los reflejos de quienes se sienten aspirantes, no proyectos. De sus propuestas, nada que desborde los tópicos de siempre.

El problema en ello es que los verdaderos temas del estado, como la cuestión demográfica, la nueva forma institucional, la fiscalidad, la pobreza, las exigencias educativas, el imperativo crecimiento, la necesidad de rearmar la unidad de los chiapanecos, el urgente establecimiento de la legalidad y el combate a la corrupción, siguen sin nombrarse. Podemos analizar lo que los adelantados actores políticos están discutiendo en estos días, pero lo importante es lo que ni siquiera se menciona: ese vacío puede pesar en el futuro.

EL PROTAGONISTA

La cuestión gubernamental es lo que importa y debe observarse desde dos puntos opuestos. El primero, tener presente en la memoria los excesos y los fracasos gubernamentales. Es decir, el pasado como despotismo y como frustración. Pero frente a ese ominoso pasado, la nueva agenda política propuesta por el gobernador Rutilio Escandón Cadenas que consiste en la reafirmación del régimen democrático, la cohesión del ciudadano y la construcción del gobierno, componentes vitales para la gobernabilidad.

Es doloroso aceptarlo, pero la cuestión gubernamental está enmarcada por una severa crisis del sistema político. ¿Importa lo que “los adelantados” censuren o prometan al respecto? Para nada. Importa lo que el Dr. Escandón Cadenas esté haciendo por resolver el problema.

Desde hace décadas siempre se ha cuestionado la autonomía de los poderes del Estado. Muchas historias hay concernientes a la subordinación del Legislativo y el Judicial hacia el Ejecutivo, que le sirvieron a cada gobernador en turno para reprimir la oposición y dar impunidad a los abusos. Caso contrario al gobernador Escandón que priorizó el entendimiento entre poderes, la unidad y el trabajo conjunto en una agenda que dé solución a las demandas históricas.

¿Importa que “los adelantados” ofrezcan en redes sociales construir un gobierno justo? Ahorita no.

Interesa la cruzada que el mandatario emprendió desde el primer minuto que asumió el poder para reconquistar la confianza ciudadana con resultados concretos y tangibles. No con demagogia, sino con resultados.

Uno de sus primeros pasos fue establecer políticas públicas que permitan satisfacer las necesidades básicas de los chiapanecos. En otras palabras, parafraseando a Kofi Annan, ex secretario de las Naciones Unidas, está haciendo lo posible para que la democracia “llegue a la mesa” de todos los ciudadanos.

Las políticas públicas están enfocadas en mejorar los índices de desarrollo humano, reducir la brecha de desigualdad, mejorar la calidad educativa, el acceso a la salud y a servicios como programas alimentarios que apoyen a los grupos más vulnerables. Muestra de ello son las mesas de seguridad que diariamente se llevan a cabo para supervisar, diseñar y mejorar los resultados en materia de seguridad pública. Se tratan, por ejemplo, de lograr que los hospitales atiendan en mejores condiciones dentro de la lógica humanística.

¿Importa que “los adelantados” garanticen recuperar la credibilidad política? Tampoco. Incumbe, realmente, cómo se ejerce ahora el poder. La forma en que se está transparentando el uso de los recursos públicos, la propuesta del diálogo, el arreglo partidista para alcanzar la estabilidad, la aplicación de la ley, las acciones gubernamentales dentro del marco legal, la instauración del régimen de derecho y la justicia social que poco a poco está llegando a todos los rincones y sectores de Chiapas.

En redes y en la prensa pueden leerse planteamientos de diferentes actores políticos sobre la recuperación de la paz y el orden público. ¿Deberíamos tomarlos en cuenta para dentro de más de cinco años e ignorar la realidad? Seguro que no.

Todos estamos obligados a ver lo que se está haciendo y se puede hacer en el presente. No mañana. El gobierno de Rutilio Escandón hizo un llamado a todos los grupos disconformes a sentarse en una mesa de diálogo y encontrar los acuerdos que Chiapas necesita. Así, desde hace casi seis meses, se han venido resolviendo problemas agrarios y políticos que ha llevado a la estabilidad social y la tranquilidad en diversas regiones del estado.

Obviamente, Rutilio Escandón no tiene una varita mágica para resolverlo todo de un día para otro. Inclusive, muchos de los conflictos que aún persisten se deben a que hay grupos que se niegan a aceptar las nuevas formas de gobierno, que no accede al chantaje ni al pago de dádivas.

De tal manera, no importa quien quiera adelantarse en la autopromoción política y asegure cambiar la situación de Chiapas. No. Importa quien tiene ahora el poder para hacerlo. Y ese es Rutilio Escandón Cadenas que posee además legitimidad, el respaldo del presidente de la República, del Congreso local, del Poder Judicial, de organismos sociales, de legisladores federales y, especialmente, la confianza de la ciudadanía que lo convirtió en gobernador del estado.

JUEGO ADELANTADO DE LA SUCESIÓN

Churchill decía que “estadista es aquel que piensa en las futuras generaciones, no en las próximas elecciones”. Se puede decir que todos los que desde ya aspiran a suceder a Rutilio Escandón, son oportunistas que sólo buscan el poder por el poder mismo, no para hacer el bien común.

Es una pena que estemos viendo la disputa en Morena por el poder desde el corazón de este gobierno que acaba de comenzar. Por lo cual no podemos hablar si no de deslealtades, falta de compromiso y de responsabilidad de “los adelantados”, que al iniciar la carrera hacia la gubernatura están violentando las leyes electorales, traicionando al partido gobernante, al mandatario estatal y despreciando la democracia. No pueden éstos abanderar un verdadero proyecto político porque son pura y llana ambición. Por simple congruencia, no deberían ascender a ningún cargo público.

También es una pena que desde los medios se fomente el juego adelantado de la sucesión. Quienes lo hacen por cuenta propia dejan ver su pobreza intelectual. Los que lo hacen por intereses monetarios no pueden llamarse periodistas, sino apologistas del engaño que sin un ápice de ética tergiversan la información a costa de su propio desprestigio. Al mandar mensajes de cargada en este momento a tal o cual personaje, vulneran la fibra democrática. Es precisamente esto lo que ha llevado a la sociedad a divorciarse de la política.

Debemos entender que estos tiempos no son de calenturas, sino de alianzas, de demostrar pundonor, encargo, unidad y trabajo en conjunto entre gobernantes, clase política y sociedad.

Los adelantados deben entender que es mejor sumarse al proyecto que arremeter contra éste. Porque el tramo a 2024 es largo y si hoy se vislumbran como posibles candidatos, mañana podrían quedar fuera de la jugada. Armar un gran proyecto político fuera de la ley, de los tiempos y sin el respaldo partidista, es levantar un edificio sin cimientos. Tal vez esté en pie para la fiesta de inauguración, pero no resistiría el primer portazo.

Y, principalmente, tener en cuenta que hay un solo poder legítimo y capaz de cambiar el rumbo de las cosas, y que reside en Rutilio Escandón Cadenas: el único protagonista. ¡Chao!

yomariocaballero@gmail.com

 

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