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LETRAS DESNUDAS

23 octubre 2018

MARIO CABALLERO

¿RENOVAR O RECICLAR EL PODER?

La siguiente pregunta va para quien la quiera responder: el cambio de régimen que los futuros gobernantes morenistas han prometido, ¿se logrará retomando las viejas prácticas políticas, incluyendo en los gabinetes de gobierno a la misma gente corrupta y desprestigiada de ayer, apostándole a un mejor porvenir pero sin dejar fuera del poder a todos aquellos que propiciaron el desastre?

Ese cuestionamiento surge a partir de que se sabe que algunos exgobernadores de Chiapas están buscando seducir al gobernador electo Rutilio Escandón Cadenas para ser tomados en cuenta en la estructura gubernamental. Lamentablemente, sorprende que estén siendo apoyados por Pío López Obrador, hermano de Andrés Manuel, quien fue visto en días recientes sentado con ellos en una fiesta en San Cristóbal de las Casas, donde hubo trescientos invitados muy selectos.

No importa la arista por la que queramos ver el asunto, seguir consintiendo a esos personajes para que sus hijos y familiares continúen haciendo jugosos negocios con el erario de los chiapanecos e influyan en las decisiones, sólo representa un gran salto al pasado.

Veámoslo de este modo. Cuando en abril de 2016 el Congreso brasileño votó por la destitución de la presidenta Dilma Roussef, el entonces diputado Jair Bolsonaro dedicó su voto al coronel que lo torturó cuando tenía 19 años. Con esa acción, el militar convertido en político quiso dejar en claro la fuente de su inspiración. No olvidemos que el coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra, fallecido en 2015, fue responsabilizado de la tortura, desaparición y muerte de cientos de disidentes en tiempos de la dictadura. Y el legislador, con su voto, le rindió un homenaje.

Ahora que Bolsonaro es quien muy probablemente se convierta en presidente de Brasil, su ideal no puede ser de ninguna manera la democratización de la democracia, tampoco la inclusión popular y obviamente no es la lucha contra las élites, sino la militarización de la sociedad. Y eso lo podemos saber desde cuando demostró devoción por el torturador.

En ese ejemplo, los brasileños están a punto de cometer otro error que les puede costar más años de crisis financiera e inestabilidad gubernamental. Peor todavía, ser gobernados por un fascista que en sus discursos propugna revivir el edificante espectáculo del fusilamiento: “hay que fusilar a los opositores del Partido del Trabajo, hay que fusilar a los delincuentes, hay que fusilar a los inmorales”, ha dicho. Los héroes matan, ha declarado su compañero de fórmula reafirmando la convicción de que la violencia es el mejor y único medio para lograr la sana gobernanza.

Aquí en Chiapas, por el contrario, la sociedad votó por Rutilio Escandón Cadenas quien además de ser parte de un tsunami político que arrasó en las elecciones del 1º de julio proponiendo la honestidad y el apego a la ley ante el combate a la corrupción y la impunidad, es considerado un político de amplia experiencia en la administración pública, responsable en el manejo del poder, de buen carácter y humilde. Sin embargo, en sus manos está no traer los viejos ideales al presente, esos con los que los exgobernadores hicieron de Chiapas un lugar de castigo y miseria.

ESTO PUEDE PASAR

Entre esos ex mandatarios que se niegan a vivir fuera del poder está Jorge de la Vega Domínguez, viejo priista quien fue electo gobernador de Chiapas para el periodo 1976-1982, pero que abandonó el cargo tan sólo un año después de haber iniciado su administración. En diciembre de 1977, el ex presidente José López Portillo lo nombró titular de la Secretaría de Comercio. ¿Qué podría pasar si es incluido en el mando?

En el corto tiempo que ejerció el poder en el estado estableció un reinado de terror que se recuerda por la represión y los crímenes de lesa humanidad. Como el ocurrido el 10 de junio de 1977, cuando De la Vega Domínguez ordenó el desalojo de una plantación en el municipio Simojovel que había sido invadida por campesinos y familias humildes.

Los agentes que envío el exgobernador quemaron casas, golpearon a hombres, mujeres y niños. También se reportaron violaciones sexuales. De ese brutal acontecimiento resultaron varios homicidios, y hasta hay testimonios de los agredidos que vieron que desde los helicópteros militares lanzaron los cuerpos.

Hoy, Jorge de la Vega tiene 87 años de edad y es dueño de una fortuna incalculable. Seguramente el priista ni siquiera se acuerda de lo ocurrido en la plantación Chanival hace 41 años, y no por senilidad sino por cinismo. A pesar de que desde hace décadas no desempeña un cargo público, vive del presupuesto a través de sus familiares a los que mediante pactos políticos logró incrustar en cada uno de los anteriores gobiernos. Eso le ha permitido ganar cuotas de poder y mucho dinero. Por eso se jacta de que Chiapas es de su propiedad, su “ranchito” como él tanto dice.

Su hija Katina de la Vega Grajales es quizá el ejemplo más representativo del influyentismo, corrupción, complicidades y de las negociaciones políticas que De la Vega Domínguez ha realizado con los pasados gobernadores.

Puede decirse que Katina es hoy en día una de las mujeres más poderosas y acaudaladas de Chiapas. Durante más de veinte años ha ocupado diferentes cargos en el gabinete legal y ha sido empresaria al mismo tiempo. Se presume que ha participado en el saqueo, los malos manejos del poder y que su riqueza proviene de los negocios directos e indirectos con el gobierno.

Ha trabajado con el exgobernador Roberto Albores Guillén, Pablo Salazar Mendiguchía y Juan Sabines Guerrero. Con ellos fue secretaria de Estado, o directora general de alguna dependencia o consejera, siempre siendo juez y parte, combinando la administración pública con los negocios personales, acrecentando su riqueza de la peor manera y con total impunidad.

Sin embargo, si tiene tantos años como funcionaria en regímenes corruptos, como prestadora de servicios y empresaria de la construcción, ¿por qué nunca ha sido investigada y ni se la han fincado delitos? Simple, por la influencia de su señor padre. ¿Lo duda?

Cuando Albores Guillén termina su periodo de gobierno casi la mitad de su gabinete fue encarcelado. En contraste, Katina de la Vega que también fue parte de esa gestión gozó de reconocimiento público durante la administración de Pablo Salazar, quien pactó con Dela Vega Domínguez.

Años más tarde, Mariano Herrán Salvatti, quien fue el brazo ejecutor de Salazar Mendiguchía y zar antidroga con el presidente Ernesto Zedillo, fue puesto en prisión acusado de lavado de dinero, enriquecimiento ilícito, organización delictuosa, entre otros. Incluso Pablo fue encarcelado por peculado. ¿Y Katina? Bien gracias, disfrutando de los privilegios que Juan Sabines le otorgó según porque ella fue pieza importante para el encarcelamiento de Salazar. No olvidemos que Jorge de la Vega fue fundamental en el triunfo electoral de Sabines Guerrero en 2006.

Más claro ni el agua. De la Vega ha convertido a Chiapas en su feudo y quiere que así permanezca por seis años más. No es el único, pues también Salazar, Sabines y hasta Ruiz Ferro buscan tener parte en el control del poder.

¿QUÉ MÁS PUEDE PASAR?

Nadie puede ser llamado a engaño. Quien piense que esos exgobernadores quieren ejercer el poder tras bambalinas para recuperar la paz y la estabilidad del estado, está muy equivocado. ¿En qué pueden influir ex gobernantes corruptos como Salazar y Sabines, o Jorge de la Vega que ni vive en Chiapas pero que vuelve cada vez que hay elecciones, o Ruiz Ferro que está acusado de ser el autor intelectual de la matanza de Acteal?

No hay aquí la ocasión de construir un gobierno eficiente que utilice la experiencia de los ex mandatarios para la elaboración de buenas políticas públicas, porque cuando ellos tuvieron la oportunidad para hacerlo la desaprovecharon. Lo que hay es una amenaza a continuar manteniendo a unas cuantas familias que durante años el poder sólo les ha servido para una cosa: enriquecerse.

Las crisis de los gobiernos han venido siempre por alimentar deleznables ideales. Mal haría el futuro gobernador Escandón Cadenas en permitir que se incrusten en su gobierno. Estaría desacreditándose y defraudando la confianza de quienes votaron por él pensando en un cambio, en una nueva etapa política para el estado, en la que el poder se ejerza de manera distinta, para lograr el bien común y democratizar las oportunidades. Debe tener cuidado de no reciclar el poder. ¡Chao!

@_MarioCaballero

 

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