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LETRAS DESNUDAS

01 Octubre 2014

MARIO CABALLERO

Las otras fanfarrias del informe de Samuel

Samuel Toledo es un cínico. En el segundo informe de gobierno se atuvo a la más enfática de las pasiones gubernamentales de todos los tiempos: el autoelogio, sin diques, sin cargos de consciencia, sin consideración alguna por los hechos, un milagro serial: “En dos años la pobreza en Tuxtla Gutiérrez huyó intimidada”, o algo parecido. Y el silencio pétreo que envolvió el mensaje dejó manifiestas las banalidades, las superficialidades teóricas, la farsa de la entrega al mayoreo y la obsesión: legitimar su gobierno.

Una vista rápida a lo que fue el segundo informe de la administración de Samuel Toledo, permite advertir que no hay ahí nada que no corresponda a la inercia propia de cualquier régimen: Todo se midió en kilómetros, metros cúbicos, toneladas y millones de pesos, es decir, nada fuera de lo ordinario. ¿Qué sentido tiene, pues, pronunciar un discurso predecible, sin contenido, sin efectos sociales a la vista, con cifras que no van de acuerdo con el statu quo y con altas consecuencias contradictorias?

Y así como se advierte en la declaración una evidente inexistencia de rendición de cuentas, ¿entonces qué fue lo que se oyó en el Polifórum Mesoamericano? Sin duda de ningún género, la lectura de un formato señorial que representa la negación absoluta de revelar el estado que guarda la administración pública del municipio; se trató, en términos líricos, de la recitación solemne de un documento publicitario que se esforzó inútilmente por hacer pasar los buenos deseos del alcalde Toledo como logros irrefutables del gobierno.

Se sabe que un verdadero informe de gobierno debe incluir, para salud moral del gobernante, la confrontación entre los compromisos y las acciones ejecutadas; éste, sin embargo, fue la auto-glorificación de los trabajos que, sólo en el contexto del alcalde Toledo, “consolidaron la transformación y el desarrollo de la capital chiapaneca, así como el bienestar de sus habitantes” (boletín de prensa del H. Ayuntamiento municipal con motivo del segundo informe).

Inconvenientemente, para los tuxtlecos que vivimos en la realidad -o en una dimensión de tiempo y espacio distinta a la del alcalde-, al padecer el desastre de la ciudad ¿o nos mantenemos en una postura de inconformidad recalcitrante ante los abusos, insultos a la inteligencia y mentiras de Samuel Toledo, o nos resignamos a aceptar que la vida es una mentira: “Samuel, miénteme más que me hace tu maldad feliz”?

LAS CIFRAS

Más allá de las dudas sobre la veracidad de las cifras, existen otras referentes a la condición física e intelectual del alcalde: ¿O estaba borracho al momento de pronunciar el discurso o es que no sabe leer en público? Porque las palabras le salían como disparadas de una metralleta: “Lalalala… Tetetete… Papapapa…

Samuel Toledo, en el recital del panegírico presupuestal, se centró y concentró en exaltar obras e inversiones que no pertenecen a su gestión; se propuso acabar con las injusticias sociales adjudicándose acciones que no son de su inventiva y trabajo; se desvivió por alabar el compromiso del mandatario estatal Manuel Velasco Coello y en multi-lisonjear a la Sra. Leticia Coello de Velasco. Y todo esto se puede interpretar como la estrategia verbal de conseguir una sintaxis que disimule su mediocridad y oculte donde quedó el presupuesto.

Veámoslo en números:

Con protagonismo ramplón, Toledo habla de la construcción de las plantas de tratamiento de aguas residuales de Paso Limón y Tuchtlán, hechas con una inversión que rebasa los 568 millones de pesos y que fue lograda gracias a la unión de recursos de los tres órdenes de gobierno. ¡Qué farsante!

Ciertamente, estos dos proyectos existen, pero la gestión y promoción ante el programa PROMAGUA, que busca atraer inversiones privadas para atender las carencias que afrontan los municipios en México, no fue realizada en el periodo de Samuel Toledo.

Y aquí es donde se cae la estafa del alcalde: Las gestiones fueron promovidas por SMAPA pero en administraciones anteriores, no en ésta. El trámite de dicho proyecto de inversión se concluye al ser autorizado el día 11 de diciembre de 2009, por un monto de 372 millones 450 mil pesos, que es incrementado, recientemente, gracias a la intervención del gobernador Manuel Velasco Coello y no por Samuel Toledo.

Por si no fuera suficiente, tenemos que tolerar -por decirlo de algún modo- las otras cifras, las de verdad, las que moldean nuestro diario vivir, las que muestran el peligroso ascenso de inseguridad a causa de la falta de alumbrado público en la periferia de la ciudad y en las principales calles del centro; la notoria impunidad relativa a las inversiones; el cierre de decenas de negocios que dejan a cientos de trabajadores en la calle debido a la mala planificación de las obras de infraestructura; los cifras oficiales del CONEVAL que demuestran en qué cantidad se ha agravado la pobreza en la capital de Chiapas; los más de dos millones de pesos que les cuesta a los tuxtlecos la nómina mensual de los aviadores, en la que se encuentra Juan Pablo Sabines Aguilera, hijo del ex gobernador Sabines Guerrero, entre los 350 hombres y mujeres que cobran sin trabajar.

Además de esto: la multiplicación del ambulantaje, problemas en los sindicatos del Ayuntamiento, los rumores del mal manejo de los recursos del pueblo, la ineficiente política social para atraer inversiones, la prostitución que se ejerce en el primer cuadro de la ciudad, los problemas con la basura, las calles destruidas, las obras mal planificadas, como la de la 15ª. Oriente y Avenida Central, etcétera.

Errores que vienen representando las otras fanfarrias del informe de Samuel Toledo Córdova Toledo.

¡QUÉ TRISTEZA!

¿Qué fue, a la sazón, el segundo informe de Samuel Toledo? La sinceridad del éxito de su vida: La consagración de todo lo que eleva a un abogadete menospreciado (con sombras en el quehacer político, con un gobierno impugnado por la sociedad, espurio) y lo vuelve presidente.

Lamentablemente, esta declaración de actividades gubernamentales (que costó más de 800 mil pesos sin contemplar los gastos de publicidad y festejos) fue la última oportunidad que tenía Samuel Toledo para reivindicarse ante los tuxtlecos, para calmar las voces que ni reconocen ni aprueban las acciones del gobierno; fue la ocasión perfecta para que desmintiera la creencia generalizada de que el presidente municipal, El Rey de los spots, gobierna de espaldas a la sociedad y de frente a las páginas de sociales.

Ahora, en el inicio del declive, ¿qué se espera del gobierno de Samuel Toledo? Sinceramente, que ya se acabe. Y dado que el informe es el evento más cercano a la gente, debiera considerarse en el poder legislativo proponer una fórmula que abone a la transparencia y a una seria rendición de cuentas, porque así como don Samuel lo acaba de hacer, el informe ha servido para la ostentación del poder político.

Twitter: @_mariocaballero

Blog: mario-caballero.blogspot.mx

Email: yomariocaballero@gmail.com

 

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