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LETRAS DESNUDAS

16 Febrero 2018

MARIO CABALLERO

ANGUSTIOSA Y LENTA JUSTICIA

En la madrugada del martes 13 de febrero el Órgano de Fiscalización Superior del Congreso del Estado publicó una lista de 25 ex alcaldes de las administraciones 2012-2015, que según da cuenta son investigados por desvío de recursos públicos. Fueron políticos que no se interesaron por hacer el bien común a quienes los eligieron, sino llegaron al poder nada más para enriquecerse de manera indebida.

Extrañamente, después del mediodía del mismo martes el OFSCE dejó en 23 el número de los sujetos a investigación, quedando fuera los alcaldes de los municipios de La Concordia y Bella Vista. ¿Por qué se tacharon esos dos nombres? Sería una de las muchas preguntas a responder. Otra, no menos desdeñable, es ¿por qué no están enlistados los ex munícipes sabinistas que arrasaron con todo lo que encontraron a su paso?

PECES GORDOS

Cuando hablamos de que alguien es un pez gordo lo primero que se nos viene a la mente es un político corrupto, y no es un yerro. Este calificativo es para aquellos personajes con una vida inmersa en la ilegalidad. No obstante, no se trata de cualquier delincuente, sino de uno de esos que está dentro del gobierno y que generalmente es protegido por otras personas con poder. Por lo cual resultan esquivos para el brazo de la justicia.

  1. Seth Yassir Vázquez Hernández es uno de estos peces gordos. Fue el hijo putativo de Juan Sabines Guerrero que regenteó la presidencia municipal de Tuxtla Gutiérrez en el periodo 2010-2012. Entre los más allegados al ex gobernador fue uno de los más beneficiados en ese gobierno disoluto, corrupto y mitómano.

En agosto de 2011, Vázquez Hernández anunció como panacea la obra denominada “¡Qué viva el centro!”, con la cual se proponía el rescate del primer cuadro de la ciudad. Dicho proyecto consistía en la remodelación de calles y banquetas, alumbrado público, cableado subterráneo, la construcción de drenes pluviales, entre otros. Dijo que eso embellecería la capital de Chiapas y atraería el turismo. Fue promovido como la obra que identificaría al gobierno de Sabines Guerrero.

Finalmente la obra fue un caso más de rapiña y complicidades. Yassir Vázquez contrató las empresas de sus amigos a quienes les adjudicó la obra de manera directa y sin observar el debido proceso de licitación que mandata la ley. Para su realización utilizó una inversión de 200 millones de pesos que repartió entre 148 constructoras, que recibieron alrededor de un millón 300 mil pesos cada una. En una investigación subsecuente se detectó que muchas de estas empresas fueron constructoras fantasmas.

Según lo informado por el ex alcalde, cada calle tuvo un costo de dos millones de pesos. Empero, concreto fracturado, tramos de banquetas sin adoquines que las hacen inseguras para los peatones e imposibles de transitar para la gente en silla de ruedas, pedazos de tubos y cables sueltos, registros de drenajes inconclusos, alcantarillas sin tapas y una larga serie de irregularidades fue el resultado de una obra que ni siquiera se entregó. Y ni hablar de las bancas y basureros de cantera que quedaron en la pura promesa, así como luminarias que no funcionan y árboles de nambimbo y flor de mayo que no se sembraron.

El 28 de marzo de 2012, Yassir Vázquez Hernández dejó el cargo y una deuda para la comunidad de más de 900 millones de pesos.

  1. Jaime Valls Esponda también fue alcalde de Tuxtla Gutiérrez. Lo fue para el periodo 2007-2010. Su gestión se caracterizó por nepotismo, tráfico de influencias y malversación de recursos públicos. El hijo del desaparecido ministro Sergio Valls Hernández, estuvo dentro del círculo más íntimo de Juan Sabines Guerrero.

Entre otros casos de corrupción a Valls Esponda se le descubrieron pagos millonarios a empresas constructoras del centro del país por obras inexistentes. (O ¿usted se acuerda de alguna?). Asimismo, se reveló que tenía más de 250 aviadores en la nómina del Ayuntamiento que le costaron a los tuxtlecos más de 10 millones de pesos mensuales. En complicidad con los líderes sindicales negoció plazas para sus compadres y amigos.

Él es el responsable principal de la privatización del servicio de limpia y la contratación de la empresa Proactiva Medioambiente, S.A. de C.V., hoy Veolia, cuyo convenio está firmado por poco más de 116 millones de dólares con una duración de 20 años a partir de 2006. Se dice que junto con Juan Sabines es socio de dicha empresa española.

La mayor estafa en la administración de Valls Esponda fue la remodelación del mercado Juan Sabines, antes Gustavo Díaz Ordaz, que se hizo sin el consentimiento de los casi mil locatarios que tuvieron que ser ubicados a la fuerza en la explanada del parque central de Tuxtla Gutiérrez. Mientras eso les causó pérdidas económicas a los comerciantes, a los tuxtlecos les ocasionó muchas molestias y un desfalco en el erario público.

Dicha obra que Jaime Valls consideró “el corazón de la ciudad”, se anunció con la construcción de nuevos cimientos, estacionamiento subterráneo, eficientes instalaciones eléctricas y de agua potable, colocación de locales y techo térmico, pero fue un fraude. El sistema de desagüe –por mencionar algo- no se conectó directamente con las tuberías del drenaje, por lo que las aguas negras desembocan en las calles y los desechos se estancan en las coladeras. Debido a eso el mercado casi en su totalidad es un lugar insalubre. Asimismo, la colocación del “techo térmico”, los locales y las instalaciones eléctricas no cumplieron con las Normas Oficiales.

¿Hubo algún beneficio para la sociedad? Ninguna. Pero sí para el ex alcalde, para los ex funcionarios municipales y estatales y para las empresas constructoras que se prestaron al festín de corrupción.

  1. Samuel Toledo Córdova Toledo ocupó la presidencia municipal de Tuxtla Gutiérrez de los años 2012 a 2015. Quien lo impulsó fue Juan Sabines Guerrero.

Actualmente el ex presidente municipal enfrenta varios procesos penales por daño moral, falsedad de declaraciones y abuso de autoridad. También ha estado acusado de ecocidio, complicidad y corrupción. Y no es para menos, pues se distinguió por ser un gobernante déspota, autoritario, misógino, que ganando un sueldo mensual de 75 mil pesos adquirió mansiones valuadas en varios millones de dólares.

Por ejemplo, en un fraccionamiento exclusivo de Cuernavaca, Morelos, tiene una residencia valuada en 30 millones de pesos y un departamento en Bosques de Santa Fe, en la Ciudad de México, con un costo que supera los 40 millones. También tuvo en la nómina a una legión de aviadores, incluido el hijo mayor de Sabines Guerrero al que se presume le pagaba una remuneración cercana a los 80 mil pesos mensuales.

  1. Emmanuel Nivón González también fue sabinista. No olvidemos que durante las elecciones de 2012, Juan Sabines estuvo detrás de su candidatura al gobierno del estado.

Este ex alcalde de Tapachula, sólo en 2012, recibió un presupuesto de 606 millones de pesos que simplemente desaparecieron. Era su responsabilidad dejar 27 millones de pesos para el pago de aguinaldos, pero no lo hizo. Durante los dos años de su mandato dejó una deuda que supera los 504 millones y una insultante cantidad de cinco pesos en las cuentas bancarias del Ayuntamiento. Ciertamente estuvo preso por el delito de corrupción, pero no hubo justicia.

  1. Samuel Alexis Chacón Morales es hoy diputado federal por el PRI, pero antes de eso fue presidente municipal de Tapachula por el periodo 2012-2015, donde dejó una larga estela de corrupción y abusos de autoridad.

El ex gobernador Juan Sabines lo apadrinó. Al término de su gobierno, Chacón Morales dejó una deuda de 300 millones de pesos por obra pública, SEDESOL lo demandó por no comprobar el uso de 65 millones de diversos programas de asistencia social y está acusado de desviar 600 millones de pesos del erario público. En el colmo del cinismo ha anunciado sus intenciones de volver a dirigir esa presidencia municipal.

¿POR QUÉ?

¿Por qué el OFSCE no incluyó en la lista a estos cinco ex alcaldes y por qué la reveló en tiempos electorales y no antes o después? El auditor superior de Chiapas tiene la obligación de responder.

A pesar de ello, se aplaude y se agradece que se esté haciendo justicia al pueblo de Chiapas. Sin embargo, no puede haber justicia a medias y tampoco selectiva. Porque ya no se entendería como justicia, sino como vil oportunismo que intenta entre otras cosas desviar la mirada del proceso electoral. ¡Chao!

@_MarioCaballero

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