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ESPAÑA: REBELDIA

José Arnal Agustín*/ Foro Independiente de Opinión**.-

BARCELONA,  España, 31 de mayo de 2020/ José Arnal Agustín*/ Foro Independiente de Opinión**.- Cuando se han descubierto bienes y valores en la vida personal y en la sociedad y se está dispuesto a ser protagonista, cada persona puede actuar con su libertad.

La libertad del ser humano, la capacidad de elegir medios y fines en orden al fin último, es una exigencia para la responsabilidad, ya que, sin ella se estaría bajo la necesidad y no habría responsabilidad. A la vez, la conciencia de la propia responsabilidad, obrar conforme el bien, es una prueba de que somos libres, con el riesgo de la libertad humana.

También se puede afirmar que el grado de libertad depende de la elección responsable de cada persona, es decir, que se decide entre distintos bienes y venciendo los obstáculos interiores y exteriores que puedan presentarse (ignorancia, miedo, cobardía, …). Al elegir se especifica la libertad, se materializa en el bien elegido: comprensión, servicio, amor, convivencia, generosidad, fe. (…).

Profundizar

* Una de las cosas que producen más ilusión en la vida son los valores

“La voluntad es una pieza fundamental en el patrimonio psicológico. Es algo que se consigue con esfuerzo. Tiene materiales que no se llevan: orden, disciplina, motivación, constancia. Mi tesis es que una persona con voluntad llega en la vida más lejos que una persona inteligente. Estamos en la ética ‘1ight». Todo es descafeinado, todo sin esfuerzo: la mantequilla, sin grasa; la cerveza, sin alcohol; la coca-cola, sin cafeína; el azúcar, sin glucosa y el hombre, sin valores. Este es el drama. Una de las cosas que producen más ilusión en la vida son los valores que tienen una amplísima gama, la amistad, por ejemplo”.

(Rojas Monje, E., (de Entrevista )

* La virtud se adquiere

«El llegar a ser buenos, piensan algunos, que es obra de la naturaleza, otros que del hábito, otros que de la instrucción. En cuanto a la naturaleza, es evidente que no está en nuestra mano, sino que por alguna causa divi­na sólo la poseen los verdaderamente afortunados; el razonamiento y la instrucción quizá no tienen fuerza en todos los casos, sino que requieren que el alma del dis­cípulo haya sido trabajada de antemano por los hábi­tos, como tierra destinada a alimentar la semilla, para de­leitarse y aborrecer debidamente, pues el que vive según sus pasiones no prestará oídos a la razón que intente disuadirle, ni aún la comprenderá, ¿y cómo per­suadir a que cambie al que tiene esta disposición? En general, la pasión no parece ceder ante el razonamiento, sino ante la fuerza. Es preciso, por tanto, que el ca­rácter sea de antemano apropiado de alguna manera para la virtud, y ame lo noble y rehuya lo vergonzoso.

Pero es difícil encontrar desde joven la dirección recta para la virtud si no se ha educado uno bajo tales leyes, porque la vida templada y firme no es agradable al vulgo, y menos a los jóvenes. Por esta razón es pre­ciso que la educación y las costumbres estén reguladas por leyes, y así no serán penosas, habiéndose hecho habituales. Y no basta seguramente haber tenido la edu­cación y vigilancia adecuadas en la juventud, sino que es preciso en la madurez practicar lo que antes se apre­ndió y acostumbrarse a ello, y también para eso nece­si­tamos leyes y, en general, para toda la vida».

(Aristóteles, Ética a Nicómaco, X,9).

* Totalitarismo

Hoy las formas de totalitarismo político y social se presen­tan con ropajes camuflados. Durante las campañas electorales es frecuente que se diga lo que después no se hace, e incluso se da una imagen que, por poco clara, confunde: se habla de ciudadanos, de apertura y solidaridad y una vez en el poder se discrimina y se favorecen intereses de partido, o se experimentan ideologías superadas. La panacea de la demo­cracia empieza a ser cuestionada, incluso los mis­mos políti­cos realizan esfuerzos colosales para que la indi­ferencia de los ciudadanos no les propicie el descalabro de una absten­ción que les prive de su legitimidad. Se ha caído en la cuen­ta que “la omnipotente voluntad general” ha ido dema­siado lejos al pretender legitimar, cuando no legalizar, el vivir, el morir y el pensar.

El ciudadano de a pie está escarmentado de las ideologías absolutistas y prometedoras de paraísos, por el contrario, quiere recuperar el protagonismo de las personas y de la sociedad: la iniciativa, la creatividad, las tradiciones, el asociacionismo cultural y profesional, y rechaza el totalitarismo y la prepotencia del poder político en la sociedad.

* Conciencia y presión-ambiental

“La presión ambiental, que se sirve frecuentemente de slogans que no resisten un análisis racional, y la atribución de mayor peso a desacuerdos en cuestiones contingentes que a la común adhesión a valores sustanciales de fondo, puede dar lugar a un desdoblamiento de la conciencia, a una especie de esquizofrenia mental por la cual una cosa es lo que en la intimidad de la conciencia se considera conveniente para el bien común, y otra distinta -quizás incluso contraria- lo que se sostiene en la actividad social y política”.

(Rodríguez Luño, A., Cultura política y conciencia cristiana. Ensayos de ética política, Rialp, 2007, p. 167).

Mártires de Sebaste, (Armenia, año 320)

El entonces emperador Licinio mandó publicar un decreto en el que se recogía que todo aquel que no renegara de su religión y pasara a adorar a los ídolos de la ciudad, sería condenado a muerte. En ese momento, cuarenta soldados de la XII Legión Fulminata se manifestaron delante del gobernador, declarando que ellos no estaban dispuestos a abandonar su religión. (…).

Una vez llegada la sentencia, los cuarenta fueron condenados a morir de aterimiento: debían estar expuestos desnudos por la noche, en pleno invierno, sobre un estanque helado, y ahí aguardar su fin. El lugar elegido para la ejecución parece que fue un amplio patio delante de las termas de Sebaste, donde los condenados serían sustraídos a la curiosidad y a la simpatía del público y a la vez vigilados por los empleados de las termas.

(…)

Las horas pasaban terriblemente monótonas: ninguno de los condenados se alejaba de la explanada helada. San Basilio nos cuenta que se animaban mutuamente a permanecer fieles hasta la muerte con esta oración: “Señor, cuarenta entramos en la batalla, cuarenta coronas te pedimos”. Los soldados que los custodiaban asistían como estupefactos a la escena. De repente uno de los condenados, extenuado por los espasmos, salió del estanque y se arrastró hacia la puerta iluminada. Al ver esto, uno de los vigilantes, movido por la entereza de los mártires, decidió reemplazar él mismo al cobarde completando nuevamente el número de cuarenta. Después de quitarse los vestidos, se proclamó cristiano y se tendió sobre el hielo entre los otros condenados, muriendo juntamente con sus compañeros de suplicio. Era el 9 de marzo del año 320.

(En Primeroscristianos.com/los-40-martires-de-Sebaste, 1-2-20).

  1. Arnal, Descubrir valores, “Rebeldía” 2020.

Datos personales:

* José Arnal Agustín. Doctor en Filosofía. Catedrático de Instituto. Barcelona, España.

** El Foro Independiente de Opinión es un grupo de profesionales (licenciados en Química, Medicina, Pedagogía, Ingenieros Agrónomo, de Caminos, Profesor Mercantil, Catedráticos universitarios.

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