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EL SINDROME DE LA “PAREJITA”

27 Marzo 2015.

Roberto Grao Gracia*/ ESPAÑA, Foro Independiente de Opinión**

ZARAGOZA, España.- Antiguamente, nuestros antepasados y hasta nuestros abuelos, la mayoría de los matrimonios tenían todos los hijos que Dios les concedía, los que su naturaleza les permitía, y los que regulaban de modo natural, absteniéndose de relaciones matrimoniales durante un año después del parto del último hijo.

Así, la mayoría de los matrimonios sobre todo en el medio rural, solían tener 6, 7, 10 o más hijos. Desgraciadamente, muchos de los hijos morían al poco tiempo de nacer o al cabo de muy pocos años, porque la medicina estaba muy retrasada, por lo que el número de los que sobrevivían se reducía de modo importante a unos pocos 2, 3 o 4, y no suponían una carga económica excesiva para los esposos.

En la actualidad, los avances de la medicina y cirugía hacen que todos los hijos que nacen tengan una elevada posibilidad de salir adelante y vivir sanamente, llegándose al hecho corriente de que, generalmente, los matrimonios de clase media o baja, ante tal perspectiva, limiten el número de hijos a dos, a poder ser “la parejita”, chico y chica.

¿Cómo consiguen tener tan solo dos hijos a lo largo de su vida matrimonial? Porque de hecho, prácticamente ninguno de esos matrimonios se plantea regular la natalidad de modo natural, es decir, mediante la abstinencia mutua y temporal de relaciones sexuales, con el método Ogino-Knaus, la temperatura basal o cualquier otro. Lo normal y corriente es que utilicen el preservativo o la vasectomía masculina, la ligadura de trompas femenina u otros métodos artificiales.

Pero este caso que es el más generalizado en el mundo occidental, significa que se ciegan artificialmente las fuentes de la vida, y que ambos cónyuges no viven la moral natural tal como se debe vivir en su enlace matrimonial. Cuando no se vive esa moralidad, la fe se debilita, se enfría o casi desaparece, y no se puede orar o tratar a Dios, porque no hay que olvidar que para amar y tratar a Dios, hay que vivir primero una moral intachable, de acuerdo con la enseñanza divina revelada –los Diez Mandamientos- y la doctrina enseñada por la Iglesia Católica y otras confesiones religiosas.

Esta es en mi opinión, una de las razones más importantes, del rechazo o del enfriamiento de la fe y la moral, en los países europeos y en el mundo occidental de América del Norte y del Sur, con civilizaciones similares a la europea.

Con este planteamiento vital, que como se puede observar fácilmente en la vida corriente de tantos matrimonios está muy generalizado, aun manteniendo los cónyuges cierta buena intención en sus actos, no se pueden ni se atreven a oponerse a la legalización del aborto ni a la legalización de la práctica de la homosexualidad y a otras muchas leyes y disposiciones que atentan contra la moral natural, es decir, contra la naturaleza humana, porque se está atentando y burlando contra ella habitualmente, en el seno de la relación matrimonial en la vida íntima de los esposos.

No pretendo afirmar que todos los matrimonios que tienen la “parejita” la tengan porque utilizan esa limitación artificial del número de hijos, sino que esa clase de limitación la realizan en su mayoría y se alejan de una vida religiosa de trato con Dios, aunque puedan actuar de hecho, con bastante moralidad en muchos otros aspectos de su vida corriente, pero a la vez, no pueden menos que sentirse inermes para combatir la creciente inmoralidad de la sociedad que les circunda.

Cegar las fuentes de la vida en el matrimonio o, lo que es lo mismo, vivir las relaciones matrimoniales impidiendo la fecundación y concepción de los hijos que se suele seguir a la realización del acto matrimonial, que une tan íntimamente a los esposos, son actos contrarios a la fe en Dios que lo prohíbe y a la moral natural que lo condena y, como consecuencia lógica aleja a los cónyuges de la fe y del trato con Dios, convirtiéndola en una fe muerta y en una moral acomodaticia, variable, utilitaria, sin armas para combatir la corrupción y la degradación moral de la sociedad, que tiene su máximo reflejo en las leyes que aprueban la práctica el aborto voluntario, lo permiten y lo facilitan.

Roberto Grao

Foro Independiente de Opinión                        http://foroin.wordpress.com

Datos personales:

*Roberto Grao Gracia. DNI: 16 942 843 P.- Profesor Mercantil.

C/San Diego, 3-5. 5004- ** El Foro Independiente de Opinión es un grupo de profesionales (licenciados en Química, Medicina, Pedagogía, Ingenieros Agrónomo, de Caminos, Profesor Mercantil, Catedráticos universitarios, etc.)

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