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Debemos trabajar por una nueva cultura alimentaria: Luna Ruiz

+ La enfermedad significa una enorme carga al sector salud que se ve rebasado por la demanda de atención médica, asegura la presidenta de la Jucopo.

TUXTLA GUTIERREZ, Chiapas, 13 de Agosto de 2015.- La obesidad no sólo es el principal problema de salud en México, es el mayor reto que enfrentan los mexicanos para replantear el modelo alimentario que nos mantiene en los primeros lugares mundiales de sobrepeso, declaró la diputada Gloria Luna Ruiz, al comentar la información de la Secretaria de Salud que difundieran distintos medios informativos durante la semana pasada.

La también presidenta de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, sostuvo que “de formas varias, con enfoques diversos, autoridades sanitarias, legisladores y científicos, hemos insistido en este hecho pernicioso que tanto daña a muestro país ya que el sobrepeso, además de acortar promedios de vida, de llevar dolor y gastos a quienes lo sufren, conlleva una enorme carga al sector salud que se ve rebasado por la demanda de atención médica”.

“El consumo de refrescos sigue siendo alarmante, pese a su elevado precio, si lo comparamos con el costo de un agua fresca de temporada; las golosinas y frituras, además de ser de costo elevado, perjudican gravemente a quienes lo ingieren; en general, tanta variedad de comida rápida que existe en el mercado mexicano y que los más solo mitigan el hambre sin nutrir a quien los ingiere”, lamentó la legisladora panista.

“Que 7 de cada 10 adultos mexicanos tengan sobrepeso y que 3 de cada 10 niños también, es un indicador que nos debe mover a actuar ya”, advirtió.

La representante blanquiazul, aseguró que “como todo gran problema se requiere de una gran solución: está en cada familia, en cada individuo mayor, cambiar rutinas al comer, reducir el consumo de carnes y aumentas la ingesta de frutas y verduras; incorporar a nuestro modelo de vida la práctica del ejercicio, despertar el interés en saber qué comemos, cómo nos nutre o nos daña tal o cual alimento, pues somos lo que comemos. No se trata de comer menos, sino de comer mejor”.

“Antaño era común ver en casi todo hogar mexicano, sobre la mesa, un frutero. En caso de sentir hambre, uno se dirigía a él para mitigarla con una deliciosa fruta de temporada. Una simple naranja, aderezada con tantita sal, con tantito piquín, hacía la delicia de pequeños y grandes, además de ser, evidentemente, menos costosa que una bolsa de papas fritas. Podemos cambiar, debemos cambiar”, concluyó Gloria Luna.

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