martes , noviembre 5 2024

Aun sin justicia la joven chiapaneca que fue brutalmente golpeada por su suegro

TAPACHULA, Chiapas, 6 de noviembre de 2015.- Un auténtico calvario es que vive la joven de 18 años Elvira Jaqueline Gordillo Ruiz, luego de que su propio suegro la agrediera sexual y físicamente, sin que hasta el momento las autoridades de la Procuraduría General de Justicia del Estado haga algo al respecto, a pesar de que la denuncia fue presentada en tiempo y forma.

A dos semanas, Jaqueline lleva la marca de la agresión en su rostro, una cirugía mal hecha en el Seguro Social, donde recibió la atención médica, por las lesiones que sufrió a manos de Noé Velázquez Bartolón, el padre de su esposo.

“El 25 de octubre estaba sola con mi niña de 2 años en la casa, en el ejido 20 de noviembre, es la casa de mi suegro, ahí llegó creo que hasta drogado y me pregunto por mi esposo, le dije que no estaba, pero él ya lo sabía porque ahora me entero que ya había platicado con mi esposo en el campo de futbol, y por eso llegó a decirme un montón de groserías”, relata la angustiada mujer.

En ese momento optó por salir de la casa con su hija en brazos y cantes de cruzar la puerta, su suegro la jaló del brazo y la tiró al suelo, “él se montó encima de mí y yo me defendí como pude, empezó a tocarme y le agarré las manos, ahí fue donde me mordió la cara en el ojo y me hizo esta herida, pero yo no podía hacer mucha fuerza porque estoy embarazada”.

Argumenta que su denuncia ya la interpuso en la procuraduría, porque el caso es de un feminicidio en grado de tentativa, además de intento de violación y lo que le resulte, “pero va muy lento mi caso tal vez porque no tenemos dinero y como no tenemos apellidos influyentes”.

Pero su agresor, el padre de su propio esposo se pasea por la comunidad con machete en mano, diciendo que a él nadie le puede hacer nada, incluso ha llegado hasta amenazar a la víctima, con matar a su padre si es que sigue con la denuncia.

“Creo que ese señor necesita terapia psicológica porque está mal de sus facultades, y yo ya no puedo vivir tranquila por el temor de que me ande siguiendo o le haga algo a mi esposo que me está apoyando o a mi familia, por eso fuimos a Derechos Humanos para ver si así nos hacen justicia”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

quince − seis =