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Algo huele mal en el Senado

Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ

De Arcano Político

CIUDAD DE MEXICO, 29 de Noviembre de 2016.

Algo huele mal en Dinamarca, expresa el centinela Marcelo. Lo escucha el príncipe Hamlet antes que aparezca el fantasma de su padre. Le informa que acaba de ser asesinado por su hermano Claudio para usurpar la corona.

La obra del británico William Shakespeare en ese 1601, se materializa en noviembre de 2016, más no en la explanada del palacio real de Elsingor sino en la esquina de Reforma e Insurgentes de la Ciudad de México.

Allí, en los pasillos de la Cámara de Senadores, no es el fantasma de Hamlet padre el que flota y se desliza con el olor al veneno vertido en su oreja por el fraterno traidor. Es la encarnación de Claudio: El yerno del priista sonorense Manlio Fabio Beltrones Rivera. Pero el hijo político dice ser del que no es ni Verde ni Ecologista. Es Pablo Escudero Morales.

El abuelo diría, empero, que los dos fueron cortados por la misma tijera: Reducir el arte de la política al arte del engaño.

El fundamento: El lunes 28 de noviembre leemos en el boletín 662 del Senado:

“El Senado de la República inicia el proceso para comprar el edificio que alberga al Teatro de la República, ubicado en la ciudad de Querétaro, en donde se promulgó la Constitución Política del país, señaló el presidente de la Mesa Directiva, Pablo Escudero.

“Detalló que el próximo miércoles 30 de noviembre visitará Querétaro, acompañado de los senadores: El priista Emilio Gamboa Patrón, el panista chiapaneco Roberto Gil Zuarth y el priista queretano Enrique Burgos García, para firmar el contrato de promesa de compra-venta del Teatro de la República, conocido anteriormente como el Teatro de Iturbide”.

Con este elemento, sabemos que inició el proceso con el viaje programado para el miércoles 30 de noviembre.

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Y curiosamente, el martes 29 de noviembre nos dicen en el comunicado 670:

“El Pleno del Senado de la República aprobó durante la sesión de este martes, en votación económica, la adquisición del inmueble histórico Teatro de la República, ubicado en las calles Juárez 22 Norte, esquina Ángela Peralta, Centro Histórico Código Postal 76008, en Santiago de Querétaro, Querétaro.

“El acuerdo de la Mesa Directiva autoriza a su presidente, el senador Pablo Escudero Morales, para fungir como representante jurídico del Senado de la República para realizar los actos tendientes a la adquisición del inmueble.

“Dicho acuerdo, remitido al Diario Oficial de la Federación y al Congreso de esa entidad, señala que el presidente de la Cámara de Senadores podrá delegar su representación jurídica en la unidad administrativa que determine, a efecto de realizar la adquisición del inmueble”.

Queda en evidencia que el Senado es usado y abusado por fantasmas que cuidan sus intereses ante la complacencia cómplice de los eunucos genuflexivos con espíritu de lacayos para acomodarse de cúbito dorsal a la menor provocación, ya que el lunes estaba decidida la compra del inmueble que se aprueba el martes y se concreta el miércoles, aunque en forma ilegal, porque deberá publicarse en el Diario Oficial de la Federación el miércoles 30 de noviembre y entrará en vigor el 1 de diciembre, un día después de la promesa de compra-venta.

Pero las órdenes se cumplen, no se discuten. Y los indicios de donde partieron esos mandatos obedecidos sin cuidar siquiera las formas, se ubican en la Delegación Miguel Hidalgo.

Recordemos que el panista cincuentón Francisco Domínguez Servién, gobernador de Querétaro, anunció el jueves 2 de junio de 2016 que platicó con “el señor presidente (Enrique Peña Nieto) que el Teatro de la República no es ni del estado, ni de la Federación, es de la Fundación Josefa Vergara. Se han acercado con el gobierno del estado, lo están poniendo en venta con un valor de 100 millones de pesos”.

Observó que “al presidente le gusta la idea, pero con los recursos que hoy están limitados, vamos a ver qué decisión se toma”.

Hay prisa. El queretano platicó con el Presidente cuatro días después de que inició el procedimiento de buscar recursos públicos en la Era de vacas flacas con tres reajustes al gasto público, el domingo 29 de mayo, cuando Jaime García Olivares, presidente de la Fundación Josefa Vergara y Hernández, I.A.P., anunció que buscan que el Teatro de la República pase a ser parte de los bienes de la nación.

En la página web de la fundación leemos:

La Fundación inicia actividades luego de la muerte de Nuestra Fundadora en 1809 con el nombre de «Hospicio Vergara», posteriormente el 12 de Diciembre de 1881, el Gobernador Francisco González de Cosió fundó la llamada desde entonces «Junta Vergara de Beneficencia» en la que se desempeñaba como Presidente el Ciudadano Gobernador, 111 años más tarde, por decreto publicado en el Periódico Oficial del Estado «La Sombra de Arteaga» el 24 de Diciembre de 1992, se transforma la «Junta Vergara de Beneficencia», para quedar constituida como «Fundación Josefa Vergara y Hernández, Institución de Asistencia Privada», desde entonces regulada por la Junta de Asistencia del Estado de Querétaro y amparada por un Patronato integrado por personas de alto valor moral, bajo la encomienda de cumplir el legado testamentario.

Desglosemos: Su benefactora María Bárbara Josefa Dominga Vergara y Hernández nació en Santiago de Querétaro, el 7 de agosto de 1747 y allí mismo murió el 22 de julio de 1809.

Con 51 años de edad, queda viuda en 1798 y como una multimillonaria heredera universal y albacea de don José Luis Frías, pues durante su matrimonio no tuvieron hijos biológicos, aunque sí muchos adoptados a los que llevaron a residir en su casa ubicada en la calle del Desdén (hoy Allende sur no. 16).

Y en su testamento del 29 de diciembre de 1808, se legaban todas sus propiedades a labores altruistas y tuvo como albacea al cabildo de Querétaro.

El dato duro es que la supuesta propietaria murió el 29 de 1808 y el teatro inició su construcción en 1845, 37 años después de que pudiese heredarlo, además de contar con un donativo del Ayuntamiento de cuatro mil pesos, según el historiador Manuel M. De la Llata explica en el texto ¡Querétaro!, templos, conventos, edificios y plazas.

En la iniciativa del gobernador del estado de Querétaro, Héctor flores, la dirección fue encargada al arquitecto Camilo de San Germán, substituido por el ingeniero inglés Thomas Surplice. Es de sobrias líneas en el exterior y sencilla elegancia en el interior.

Fue inaugurado el 2 de mayo de 1852 por el gobernador Ramón Canal de Samaniego, presentándose la obertura «Iturbide», de Bonifacio Sánchez, y la obra «Por dinero baila el perro y por el pan si se lo dan». Originalmente fue llamado Gran Teatro de Iturbide, luego Teatro Iturbide, y desde 1922 Teatro de la República. En el teatro transcurrió buena parte de la vida social queretana de la segunda mitad del siglo XIX.

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La única posibilidad de que se haya “privatizado el teatro, es en la administración de osé Francisco de Paula González de Cosío y Arauz (5 de marzo de 1841-1914), gobernador del estado de Querétaro en 1880 y después, durante 24 años mediante elecciones fraudulentas, de 1887 hasta 1911 con la protección del oaxaqueño Porfirio Díaz Mori.

No se fue de la gubernatura en 1911, ya que dejó en la silla a su hijo Francisco González de Cosío, el Porfirio Díaz queretano.

Con estos elementos, tenemos que el 12 de Diciembre de 1881, el Gobernador Francisco de Paula González de Cosío y Arauz fundó la llamada desde entonces «Junta Vergara de Beneficencia» en la que se desempeñaba como Presidente el Ciudadano Gobernador. Presidente de una Junta y Administrador de los bienes del Estado en un particular estilo de sentirlos como de su propiedad.

Solamente así se puede explicar aunque difícil de justificar o de explicar que el Teatro construido con recursos públicos hoy, el gobernador panista Francisco Domínguez Servién acepte que el llamado desde 1922 como Teatro de la República, sea propiedad de una Fundación que según Jaime García Olivares, busca que el Gobierno federal lo adquiera a efecto de que los mexicanos sean dueños del monumento histórico.

Y lo remata en módicos cien millones de pesos… pero solamente al gobierno federal, lo que hace sospechar de la inexistencia de un documento que acredite la propiedad para realizar la operación de compra venta entre particulares y con la presencia de un notario público.

Con los antecedentes históricos, la inexistencia de documentación que acredite la propiedad del inmueble de una supuesta benefactora que murió 37 años antes de su construcción, el conflicto de intereses de un gobernador en funciones de asistencia pública al servicio de Porfirio Díaz Mori y el desaseo del Claudio del Senado, Pablo Escudero Morales, nos lleva a concluir que algo huele mal en el Senado.

Nos escuchamos en Arcano Radio, asociada a RNU y a RFI y afiliada a La Voz de América, otra forma de escuchar para ver el mundo en busca de la verdad.

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