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LETRAS DESNUDAS

17 Octubre 2018

MARIO CABALLERO

REBELIÓN EN LA GRANJA

Si bien Carlos Farfán ha logrado iniciar una huelga para confrontar a las autoridades de la Unicach, los motivos que empuña poco tienen que ver con la necesidad de salvar a la institución de una catástrofe financiera. Porque detrás de la exigencia de despedir a más de cien trabajadores aludiendo un supuesto engrosamiento de la nómina, es clara su intención de querer apropiarse de esas plazas. ¿A poco no?

Para entender el conflicto de la Unicach sólo hace falta recordar el dicho de que todas las cosas se parecen a su dueño, pues esa huelga es la viva imagen de su progenitor: un líder sindical que se idealiza a sí mismo como un guía moral, pero que es en esencia un corrupto que no escucha otra voz que no sea la suya, un arribista ignorante que ni siquiera sabe distinguir un trabajador de confianza de uno de base.

Por todo el tejido del asunto nos lleva a comparar el movimiento de Carlos Farfán con la revolución que nos presenta George Orwell en Rebelión en la granja, que es encabezada por un cerdo que termina por convertirse en un tirano mientras asegura que está velando por la felicidad de todos, pero que impide a los demás hacer sus propias elecciones según él para evitarles la carga de adoptar decisiones equivocadas.

Rebelión en la granja nos cuenta la historia de un cerdo verraco llamado el Viejo Comandante, quien antes de morir congregó a todas las bestias de una granja para convencerlos del sinsentido de sus vidas, marcadas por la desgracia, la explotación y el postrer sacrificio generalmente a cuchillo cruel.

El discurso del Viejo Comandante concluyó con la revelación del sueño que había tenido la noche anterior, en el cual vio cómo sería la tierra tras la desaparición de la tiranía de los humanos: un mundo de libertad, sin torturas, con alimentos abundantes y con los animales dueños del fruto de su trabajo. Pero ese sueño se convirtió en pesadilla.

Tras la muerte del verraco comenzaron a preparar la rebelión contra sus amos. Quienes se pusieron a la cabeza fueron los cerdos, bajo el liderazgo de Bola de Nieve y Napoleón, dos jóvenes puercos de aspecto intimidante. Y había otro puerco, Chillón, que fungía como vocero ya que tenía el don de la persuasión.

Los tres marranos continuaron transmitiendo la doctrina del Viejo Comandante y propagaron los principios del animalismo revolucionario, entre los cuales destacaba vencer al hombre explotador y jamás adoptar sus vicios.

Tras el maltrato que recibieron una noche, atacaron a sus dueños y lograron expulsarlos de la propiedad. A partir de ese momento inició una etapa optimista y de alegre organización que siempre estuvo bajo la dirección de los cerdos, quienes en poco tiempo se convirtieron en los nuevos dominadores gracias a la efectividad de las mentiras que utilizaron para mantener obedientes a la fauna de la granja.

Tras una disputa con Bola de Nieve, Napoleón se quedó con el poder absoluto. Y aquella primera etapa de prosperidad y libertad pronto se convirtió en una calamidad incluso peor que cuando los humanos mandaban. Pues el líder de los cerdos y su manada comenzaron a adoptar todos los vicios del hombre.

Aprendieron a caminar en dos patas, a usar ropa y calzado. A leer y escribir. Lo peor es que también explotaban a los demás habitantes de la granja y les racionaban el alimento. Cada vez que los animales se daban cuenta de que los cerdos acaparaban las ganancias o de que gozaban de más derechos sin trabajar, Chillón los abrumaba con emotivos discursos, informes y cifras manipuladas para persuadirlos de que las cosas marchaban mejor que nunca. Jamás dejó de hablar de que Napoleón y su gabinete de cochinos hacían sacrificios para el bien de todos.

Para tener el control, el líder se valió de cuatro poderosas herramientas: la traición, la corrupción, la propaganda y la corta memoria de las otras bestias.

Al final de la fábula, Orwell narra que Napoleón y su manada se aliaron con los hombres dueños de las granjas vecinas para acrecentar su poder y privilegios, eso ante la mirada atónica de los animales que no entendían nada porque no lograban distinguir la diferencia entre los cerdos y los humanos.

¿RÉGIMEN DIFÍCIL?

En el contexto, escuchar a Carlos Farfán Martínez, líder del Sindicato de Empleados Administrativos de la Unicach (Seaunicach), decir “estamos bajo un régimen muy difícil” tan sólo confirma su cinismo al detentar el poder para manipular el gremio y obtener prebendas políticas. Y, por supuesto, dinero.

A todo esto, Farfán Martínez se ha metido en un problema legal porque la huelga que él mismo provocó inició sin haber sido notificada oficialmente a la Universidad por parte de la Junta de Conciliación y Arbitraje y las autoridades laborales involucradas.

Asimismo, cosa que también puede ser causa de denuncia, es que los señalamientos que hace son falsos.

Veamos:

En primer lugar, la autoridad universitaria tiene las facultades para contratar personal especializado y cubrir las funciones que no quiere desempeñar el sindicato. Y esas contrataciones fueron necesarias debido a que le padrón estudiantil aumentó en casi dos mil estudiantes.

Luego, no se han tocado los derechos del Seaunicach, como por ejemplo la nómina confidencial en la que Carlos Farfán recibe un sueldo extra de 15 mil pesos. Eso aparte de que en solo un año recibió un beneficio de más de 8 millones 500 mil pesos, tanto en incremento a prestaciones del contrato colectivo de trabajo como en recategorizaciones.

En ese sentido el sindicato obtuvo aumentos en prima vacacional, ajuste de calendario, aguinaldo, permisos económicos, premio a la puntualidad semestral, premio a la asistencia, a la productividad, entre otros, que representa para la Universidad una erogación de un millón 339 mil 607 pesos.

Visto en otra escala, el trabajador universitario pasó de ganar 6 mil 118 pesos en 2017 a 8 mil pesos este año. Cabe mencionar que ese aumento en las prestaciones (que no están ligadas al salario) le cuestan a la Unicach 2 millones 597 mil 636 pesos más que el año anterior.

Después de las modificaciones, ahora los empleados cuentan con el servicio de guardería y el apoyo a la maternidad se incrementó; tienen apoyo para transporte, canasta de maternidad y el incentivo por el Día de las Madres subió de mil 19 pesos a mil 500.

De tal manera, ¿dónde está el chanchullo, dónde el quebranto a las finanzas y dónde la humillación al sindicato? No olvidemos que aparte de los beneficios antes mencionados, el Seaunicach recibe de forma directa 575 mil pesos anuales para solventar los gastos de operación de su dirigencia, para fondo revolvente, para la realización de festividades como la del día del niño, así como para realizar programas culturales y otras actividades, dando con ello cumplimiento al contrato colectivo de trabajo.

EL LÍDER FARFÁN

Lo que está pidiendo Carlos Farfán es una arbitrariedad. Porque alegando un falso desfalco a las finanzas de la Unicach, no revela de dónde obtuvo el dinero para comprar el rancho por el que pagó varios millones de pesos, ni con qué recursos pagaron los integrantes de su planilla las casas que tienen en Tonalá y Villaflores.

Por otro lado, dice que la huelga es para defender los derechos de los trabajadores, pero ¿cuándo ha metido las manos para ayudar a alguien que no sea de su familia? En este momento hay decenas de solicitudes de empleados que no han sido atendidas, pero cuando quisieron mover de adscripción a su sobrino, que es un holgazán, se peleó con medio mundo.

Finalmente, los mismos miembros del Seaunicach dijeron que es un pequeño grupo el que apoya la huelga del pseudo líder y piden a las autoridades que no se dejen llevar por el chantaje, porque detrás de la exigencia de despedir a cien trabajadores Farfán quiere apropiarse de esas plazas.

Por esa actitud Carlos Farfán se parece mucho al déspota de Rebelión en la granja, porque es hábil para crear mentiras y engatusar a los demás. Eso lo convierte en el líder del movimiento. Además, tiene voceros como Daniel Villatoro que siempre está dispuesto a elogiar su sabiduría, la bondad de su corazón y su profundo amor a los trabajadores a los que dice representar pero que desprecia tanto que los utiliza como carne de cañón para conquistas políticas despreciables.

Una máxima dice que las cosas deben tomarse de quien vienen. Y todos deben saber que Carlos Farfán viene huyendo de Estados Unidos. ¿Por qué regresó y a dónde llegó de mojado? ¡Chao!

@_MarioCaballero

 

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