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LETRAS DESNUDAS

06 junio 2018

MARIO CABALLERO

ESPERO QUE CUMPLA SUS PROMESAS

Viendo que el triunfo de Andrés Manuel López Obrador es algo casi inevitable y que la gente contribuirá con su voto a que eso sea una realidad, espero en verdad que resulten equivocadas todas las advertencias de sus opositores respecto a un fatídico futuro gobierno de AMLO, aunque lo dudo mucho.

“México no es Venezuela y López Obrador no es Hugo Chávez”, es una frase que hemos escuchado miles veces y de diferentes formas. Así que espero que las advertencias de que el futuro gobierno de Andrés Manuel hará lo posible por vincularnos con lo que malamente aún queda de la Revolución Bolivariana, que es el régimen vigente en el país venezolano desde 1998 con la elección de Chávez como presidente, no ocurra. Aunque lo dudo mucho.

Lo dudo porque durante años varios escritores, politólogos, analistas y periodistas han documentado el apoyo que recibe el proyecto de AMLO del gobierno de Venezuela. Es obvio que los altos cuadros de Morena lo nieguen y digan que ese argumento fue elaborado por el PRI y Peña Nieto para desprestigiar a su mesías. No obstante, todos ellos han declarado abiertamente su simpatía por el régimen de Nicolás Maduro mientras López Obrador guarda un profundo y misterioso silencio. No ha dicho una sola palabra sobre la violación a los derechos humanos, las vejaciones, la hambruna que padecen los venezolanos por indiferencia gubernamental, ni respecto al fraude electoral por el que se reeligió Maduro.

Según dijo en una entrevista Yeidckol Polevnsky, dirigente nacional de Morena, el mutismo de López ante la barbarie de Maduro es por mera estrategia electoral y nada tiene que ver con vulnerar los principios de no intervención. Todo eso hace suponer que sí es muy probable que se establezca algún tipo de alianza con el eje venezolano, que tense aún más la ya difícil relación de México con Estados Unidos.

Espero, también, que el futuro gobierno del llamado pejelagarto cambie su postura, es decir, que cada acción, cada política pública y cada estrategia administrativa sea tomada basado en hechos, en evidencias, con el raciocinio y no con la ocurrencia y el voluntarismo. Aunque lo dudo mucho.

En el segundo debate presidencial León Krauze le preguntó a López Obrador qué haría para exigirle a Donald Trump respeto a los mexicanos. Y sin una pizca de inteligencia contestó que lo haría con honestidad (no entendí), que para variar es la misma respuesta que tiene para toda clase de preguntas. Eso es una ocurrencia.

En otra entrevista fue cuestionado acerca de qué va a hacer para frenar el huachicoleo (tráfico de gasolina). Respondió: “El presidente de México ni los funcionarios de PEMEX ya no van a robar”. Insiste el periodista: “Si les dices que es la justicia y es la pobreza, a ustedes también los van a recibir a balazos”. “No –replica AMLO-, vamos a convocar a un acuerdo por la honestidad. Esto va a cambiar. Si el presidente es honesto los gobernadores van a ser honestos”. Esa misma declaración se la hemos visto cientos de veces en sus concentraciones. Esa no fue una respuesta, sino una ocurrencia en estado puro y virgen, y apela al voluntarismo.

¿En verdad cree que eso funcionará para acabar con la corrupción? Creo que sí y tal vez por eso es su desprecio por las secretarías anticorrupción y de transparencia. En su infinita imaginación supone que basta con que él haga algo para que la clase gobernante se componga. Sin embargo, ya vimos que su ejemplo de “hombre honesto” no fue suficiente para eliminar la robadera durante su gestión como Jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Supongo que no es necesario volver a repetir lo del señor de las ligas, lo de su secretario que robó y se fue a Las Vegas, y que él dejó una deuda superior a los 42 mil millones de pesos.

Por eso espero que no le dé por gobernar con ocurrencias (si no robo, nadie roba; si reciben a la policía a balazos, les propondremos un pacto de honestidad) porque ha demostrado llevar su terquedad hasta las últimas consecuencias, y que en cambio haga caso a los consejos y la realidad.

De igual manera espero que no se cumplan las predicciones sobre las amenazas a la libertad de expresión. Muchas veces ha dicho que gobernará el país como en los tiempos de Francisco I. Madero, en los cuales la libertad de expresión era un derecho inviolable y universal. Aunque lo dudo mucho.

El 5 de febrero del presente año, el politólogo y académico Jesús Silva-Herzog Márquez publicó una columna en el diario Reforma en la que reprobó las adhesiones de personajes corruptos de otros partidos al movimiento de López Obrador y acusó a éste de ser “un político sin nervio ideológico ni criterio ético para entablar alianzas”. A lo que el dueño de Morena le respondió en un tuit: “Hace tiempo que Jesús Silva-Herzog Márquez me cuestiona con conjeturas de toda índole. Ni modo, son tiempos de enfrentar a la mafia del poder, a sus secuaces y a articulistas conservadores con apariencias de liberales”. Y eso pareció no bastarle porque después dijo que el también escritor era “un fresa fifí en conserva”. A falta de argumentos, el insulto.

Aunque el peor ejemplo de intolerancia de López Obrador hacia la prensa se dio en el caso del periodista Ricardo Alemán, que por un comentario en Twitter en el que supuestamente alentaba al asesinato de AMLO fue blanco de un linchamiento en las redes (que en parte tenía que ver con su mensaje, pero especialmente con la dura crítica de Alemán a Andrés Manuel de mucho tiempo atrás y que sus seguidores aprovecharon la situación para cobrársela) y terminó por ser despedido de sus centros de trabajo.

Si por un lado el mensaje de Ricardo Alemán era deleznable, por el otro quedó manifiesto el mecanismo linchamiento/despido que el gobierno de AMLO podría emplear desde el poder. En otras palabras, la censura disfrazada de condena moral. Esperemos, pues, que la libertad de expresión no sea limitada y que no se impongan restricciones al uso de las redes, como en Cuba, como en China, y que no se declare la guerra a los medios críticos desde el poder.

Otra de las amenazas que espero no se cumpla es la que se cierne alrededor de nuestra democracia. Espero que Andrés Manuel no se olvide de la promesa de no volver a los tiempos del presidencialismo, de no volver al sistema clientelar del PRI, de no erigir un gobierno conservador, tal como se deja ver en sus discursos y comportamiento.

Espero que de llegar a ser presidente de México no se olvide de democratizar los beneficios de salud, vivienda, educación, políticos, de las libertades conquistadas en más de treinta años. Espero que establezca un diálogo con todos los sectores de la sociedad y sea respetuoso con los opositores, los disidentes, los que piensan distinto a él. Espero que el poder político y económico no se concentre otra vez en Los Pinos. Espero que cumpla sus promesas. Aunque lo dudo mucho.

PARA MAGDALENA

PRIMA de mi corazón, esto fue lo que dijo el gran ERA, alias Eduardo Ramírez Aguilar, en días recientes: “La reforma educativa no tomó en cuenta la voluntad del magisterio, ni de las madres y padres de familia, lo que provocó y sigue provocando un descontento en este sector, generando una descomposición social que afecta a la ciudadanía, en donde el único responsable es el partido en el poder, el Revolucionario Institucional”. Reconozco que Ramírez es un político inteligente, sensible y de mucha capacidad, pero creo que en lugar de pugnar por la derogación de las nuevas leyes de educación sería mejor darle una revisadita. No te parece… POR si andabas con la preocupación te diré que resultó falsa la solicitud por escrito de cierto grupo de empresarios chiapanecos que supuestamente le exigían al presidente de la República, Enrique Peña Nieto, la destitución del gobernador Manuel Velasco Coello. Así que tenemos güero para rato… SIN dinero y sin despensas que regalar, no como otros candidatos al Gobierno del Estado, la campaña de José Antonio Aguilar Bodegas está dejando un buen sabor de boca en la sociedad. Gustan sus propuestas y está dando posibles soluciones a la problemática de cada lugar al que llega. Eso nos dice que no es un mero espectador de la contienda electoral como muchos lo han afirmado. Su experiencia y discurso son sus dos principales ventajas y creo que ninguno de sus oponentes lo iguala. ¿Le alcanzará todo esto para superar a los candidatos del poder? Ya lo veremos… ¡Chao!

@_MarioCaballero

 

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