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LETRAS DESNUDAS

11 Octubre 2017

MARIO CABALLERO

EL CULTO AL CHE GUEVARA

No hay nada más misterioso que la pasión que rodea a un personaje. Este halo de misterio es a veces producto del mito y la fascinación que se les atribuye sin ningún fundamento. En otras ocasiones proviene de la ignorancia de quienes los idolatran. Hay quienes creen que Mahatma Gandhi tuvo poderes curativos, que El Santo, “El enmascarado de plata”, era un hombre que vino del futuro y que Pedro Infante ha sido lo mejor que le ha pasado a México. Cosa similar con el Che Guevara, que hace dos días cumplió 50 años luctuosos.

“¡Hasta la victoria siempre!”, es tal vez la frase más famosa y difundida del guerrillero. La propia Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) la ha tomado para encabezar su irresponsable y criminal movimiento contra la Reforma Educativa. Aunque, bueno, sería absurdo de parte nuestra pedirles congruencia intelectual e histórica a este sedicioso grupo de maestros que se opone a ser evaluado con tal de mantener oculta su ignorancia. “La CNTE/ marchando/ también está enseñando”.

Ernesto “Che Guevara nació el 14 de junio de 1928 en Rosario, Argentina. Fue una figura fundamental en la historia de Cuba. Es sorprendente que cumplidas cinco décadas de su desaparición su rostro es emblema utilizado en guerrillas y causas revolucionarias. La famosa foto que Alberto Korda le tomó en 1960, ha sido considerada una de las más famosas del siglo XX. Llamada “Guerrillero heroico”, su cara comenzó a propagarse hasta llegar a formar parte de un sin número de productos. Es, quizá, la imagen del marketing mundial.

En un artículo que Jon Lee Anderson, biógrafo de Ernesto Guevara, escribió para el Clarín, dijo que la imagen del Che es un desafío al status quo: “La rebeldía pura, y sobre todo juvenil, frente a un mundo injusto. Es la cara de la indignación frente a un mundo desigual en el cual –dice el rostro y, por ende, el legado del Che- hay que tomar una posición y, si es necesario, pelear hasta las últimas consecuencias. Hay pocas caras que digan eso a las muchedumbre del planeta”.

Si eso es verdad, ¿por qué no vemos la cara del Che Guevara impresa en banderas o en pancartas de movimientos pidiendo la paz de los pueblos, exigiendo una auténtica democracia, en luchas por la defensa y protección de las comunidades indígenas, en proclamas de los derechos humanos, en campañas altruistas o humanitarias, sino sólo la vemos en rebeliones violentas, ultraconservadoras, retrógradas y delincuenciales, como la lucha de la CNTE por ejemplo?

LA CARA OCULTA DEL CHE

Anderson continúa: “Por eso, en parte, perdura el Che. Quedó inmortalizado en una década en que la televisión reemplazó a la radio como forma masiva de comunicación. En la que nació también la cultura pop –y también la consumista-; en la que en nuestras sociedades “eres lo que vistes” y no necesariamente lo que haces”.

Es por ello que la cara de Guevara está en tazas, gorras, relojes, estampillas, muñecos, playeras, cigarrillos, vasos, calzones, brasieres, bikinis, cascos de minería, estatuas, mamushkas y un larguísimo etcétera. De tal modo, podemos afirmar que la cara barbuda y de greñas largas, con una boina negra en la cabeza, es muy productiva política y comercialmente.

Paul Feyerabend, dijo: “La unanimidad puede ser buena para la Iglesia, para las víctimas de un mito o para los débiles seguidores de un tirano”. Los que idolatran al Che Guevara a tal punto de considerarlo un santo, el salvador del mundo o el defensor de las causas perdidas, están completamente equivocados. Enmarcados en el absolutismo fenoménico, miles de personas han creído lo que otros les han querido contar respecto al legado del guerrillero argentino. Historiadores, biógrafos y fanáticos han hablado tanto de los logros de su liderazgo que han logrado esconder cómo los obtuvo.

La historia nos cuenta las facetas de Ernesto Guevara en sus 39 años de vida. Fue médico, político, militar, escritor y periodista. Jamás dicen que fue un guerrillero y un asesino.

“Me siento tan patriota de Latinoamérica, de cualquier país de Latinoamérica, como el que más y, en el momento en que fuera necesario, estaría dispuesto a entregar mi vida por la liberación de cualquiera de los países de Latinoamérica, sin pedirle nada a nadie, sin exigir nada, sin explotar a nadie”. Esta es otra de sus frases más acuñadas, y es por esas que se considera al Che un héroe, un semidiós, cuando jamás lo fue.

El escritor cubano Jacobo Machover fue alguien que vivió en carne viva la revolución cubana y sus consecuencias. Es por ende una voz autorizada para opinar sobre la personalidad irreverente y abusiva tantas veces escondidas de Ernesto Guevara. En su libro La cara oculta del Che, cuestiona fuertemente la imagen del supuesto paladín de la libertad: “Se trata de una figura que ha sido magnificada por todas partes del mundo. Se lo considera un héroe revolucionario, un romántico, un humanista, cuando en realidad en mi país, en Cuba, ha sido uno de los principales responsables de las ejecuciones que se produjeron en 1959 e incluso antes, cuando estaba en la Sierra Maestra luchando con Fidel Castro”.

Asimismo, asegura que quienes hicieron una leyenda al Che Guevara fueron, principalmente, Fidel Castro y un grupo de intelectuales europeos, norteamericanos e incluso latinoamericanos, que lo elevaron a la categoría de un ser perfecto.

“Cuando había juicios, duraban media hora o ni siquiera eso y la gente era condenada a muerte sistemáticamente bajo el pretexto de haber sido esbirros de la dictadura de Fulgencio Batista, pero eso no era comprobado. No fueron juicios dignos”, dice el escritor. Uno de los que dirigía los juicios era el mismo Che Guevara. Así que “hay una gigantesca mentira alrededor de ese hombre que le profería un culto a la muerte desde siempre, desde incluso antes de ser revolucionario y estar con las tropas de Fidel Castro y luego en Bolivia”.

A la sazón, ¿fue un asesino? Sí, y un asesino en serie.

En enero de 1957, le escribió una carta a su esposa Hilda Gadea: “Aquí, desde la manigua cubana, vivo y sediento de sangre escribo estas encendidas líneas martianas”. Ahí, Fidel Castro lo nombró comandante de la imponente fortaleza de La Cabaña en La Habana, que servía como prisión. También fue nombrado Juez Supremo de los Tribunales Revolucionarios. Todos los prisioneros, en su mayoría campesinos, fueron acusados por Guevara de crímenes que iban desde el simple hecho de merodear el campamento rebelde hasta de asesinatos, pero nunca se les comprobó nada a los supuestos delincuentes. Eso sí, eran ejecutados en el acto por órdenes que el Che daba con gran indiferencia.

El Archivo Cuba, que se encargó de construir los homicidios de la revolución cubana con el testimonio de familiares, testigos, informes publicados en los medios de comunicación, listas sacadas a escondidas del régimen cubano y otras fuentes secundarias que registran nombres y circunstancias de muerte durante los primeros tiempos de la revolución, ha documentado al menos 79 fusilamientos arbitrarios bajo las órdenes directas del Che Guevara. Se dice que para torturar a los prisioneros, él hacía que éstos aguardaran sus respectivos juicios escuchando el martilleo de la fabricación de los ataúdes.

ADORAR A UN ASESINO

Por estricto sentido moral, ¿es correcto adorar a un asesino o provocar un culto alrededor de la muerte y el abuso de poder?

A parte de sus frases contestatarias, Ernesto Che Guevara pronunció otras en las que revela su xenofobia, racismo, despotismo, su pensamiento retrógrado y su lado salvaje ante la vida humana. Como éstas:

–       “Esos magníficos ejemplares de la raza africana, que han mantenido su pureza racial gracias al poco apego que le tienen al baño”.

–       “¡Los jóvenes deben aprender a pensar y a actuar como una masa! Es criminal pensar como individuos”.

–       “Hay que acabar con todos los periódicos. Una revolución no se puede lograr con la libertad de prensa”.

–       “Para enviar hombres al paredón de fusilamiento, la prueba judicial es innecesaria”.

Ningún drama ocurre en secreto. Tarde o temprano, tendrá que terminar el mito del héroe revolucionario que nunca fue el Che Guevara. Pero en el caso de que siga persistiendo a lo largo del tiempo nos dirá que nos importa más morir en la ignorancia que sobrevivir a la cruda verdad. Como el gobernador boliviano de Cochabamba, Iván Canelas, que asegura que la muerte del Che Guevara es igual que la muerte de Jesucristo. ¡Chao!

@_MarioCaballero

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