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LETRAS DESNUDAS

04 Octubre 2017

MARIO CABALLERO

JUICIO POLÍTICO A JUAN SABINES

Woody Guthrie fue un músico estadunidense que luchó durante casi toda su vida contra todo tipo de explotación humana. Como odiaba la violencia, en lugar de las armas usaba la música para oponerse a los abusos del poder. Por eso escribió en el estuche de su guitarra: “Esta es una herramienta para matar fascistas”. ¿Cuándo llegará el día en que nuestros políticos escriban sobre las tapas de la Constitución y las leyes: “Esta es una herramienta para hacer justicia”?

En tiempos de crisis es apremiante la autoridad moral de los dueños del poder. Hoy más que nunca Chiapas necesita de sus gobernantes. Las tragedias no se solucionan con promesas y buenas intenciones, sino con justicia. Por eso someter a juicio político a Juan Sabines Guerrero no es más una opción, es una obligación impostergable.

Juan Sabines vino de la Ciudad de México con una mano por delante y otra por detrás. Ocultado sus vergüenzas. Como hijo de un ex gobernador, el bien recordado Juan Sabines Gutiérrez, era lógico que tuviera algunas pequeñas propiedades por herencia pero no era en ninguna forma un hombre acaudalado. En su sola vestimenta se notaba la miseria. Su esposa, Isabel Aguilera, antes de que llegaran al poder usaba modestos pantalones de mezclilla y sandalias de pie de gallo.

EL DINERO DE LA CORRUPCIÓN

En diciembre de 2006, Juan Sabines recibió el gobierno del estado con una deuda de 881.1 millones de pesos. Al finalizar, según fuentes del Congreso del Estado, dejó una deuda por más de 40 mil millones de pesos, entre deuda pública, proveedores, cuentas con empresas constructoras y endeudamiento municipal. ¿Dónde está el dinero?

Se presume que el ex gobernador posee bienes inmuebles en Tuxtla Gutiérrez, Acapulco, Cancún, Ciudad de México, Estado de México y en entidades de Estados Unidos como California y Florida. Además de joyas, automóviles de lujo y cuentas bancarias millonarias a nombre de él, de su esposa, sus hijos y demás familiares. Aunque en su momento fue el principal responsable de los recursos de los chiapanecos, no fue el único que se enriqueció durante ese sexenio (2006-2012).

Seth Yassir Vázquez Hernández fue tratado como un hijo por la familia Sabines Aguilera. Lo rescataron de la pobreza. Siendo Yassir presidente municipal de Tuxtla Gutiérrez, impuesto por Sabines Guerrero, endeudó a la comuna por más de 900 millones de pesos. Se dice que después de vivir en un departamento de interés social, ahora es dueño de una cadena de hoteles en Cancún, Quintana Roo, y de otros condominios en la capital del país.

Nemesio Ponce Sánchez era camillero de una clínica en la Ciudad de México. No tenía casa propia y su esposa estaba obligada a trabajar. Su única propiedad era un viejo Volkswagen tipo Pointer color rojo, que incluso al venir a Chiapas le quedó a deber la compostura al mecánico. Pero al finalizar el sabinato es un hombre rico que juega al golf en el Club Campestre, fuma habanos, viste lociones exquisitas y es dueño de un departamento en Polanco valuado en 12.5 millones de pesos y de otro en Cancún con valor de 15 millones.

Otro personaje que salió de la pobreza en esos seis años de corrupción fue Alejandro Gamboa López. Era un don nadie que por las mañanas vendía arroz con leche y tamales en una vieja estación de camiones en Tuxtla Gutiérrez. En la tarde atendía un cibercafé, “La canica azul”, junto con su hermano Antonio. Como muchos políticos pobres, empezó de lamebotas en el PRI. En 2010, Juan Sabines lo nombró dirigente estatal del PRD y le concedió muchos privilegios dentro del gobierno. Una tarde, ya concluido el periodo sabinista, recibió una llamada del banco en la que le informaron que en una de sus cuentas tenía un saldo de 180 millones de pesos.

Ricardo Serrano Pino fue secretario de Obras Públicas con Juan Sabines y diputado local por el PRD. Se dice que su enriquecimiento fue tanto que comenzó a utilizar la cisterna de su mansión para guardar pacas de dinero del diezmo que cobraba de las obras.

Mauricio Perkins Cardoso, Carlos Jair Bolaños Cacho, Jaime Culebro, Samuel Toledo Córdova Toledo et al, también engrosaron sus cuentas bancarias.

Al terminar el periodo de gobierno de Sabines Guerrero, la deuda de Chiapas había crecido 46 veces, asimismo, se sumaron 300 mil pobres más, se agravó la condición de pobreza y marginación en el estado y los pueblos indígenas carecieron de servicios de salud, educación, luz eléctrica y agua potable. Esto mientras el ex gobernador gastaba cientos de millones de pesos para decirle al mundo que en Chiapas había cobertura universal de salud y que se construían tres aulas diarias.

JUICIO POLÍTICO

En abril de 2013, la Procuraduría General de la República (PGR) admitió una denuncia contra Juan Sabines Guerrero y cincuenta ex funcionarios de su administración por los delitos de peculado, enriquecimiento ilícito, abuso de funciones, abuso de autoridad, fraude, entre otros. Nada sucedió. Nadie fue enviado a la cárcel. Al contrario, en julio de 2015 el Gobierno de la República le otorgó el nombramiento de Cónsul de México en Orlando, Florida.

Posteriormente a la denuncia de abril de 2013 hubo otra, pero interpuesta ante las autoridades estadunidenses con un anexo de 10 mil hojas donde se comprueban los desvíos de recursos públicos y el supuesto lavado de dinero de Juan Sabines. En ésta fue revelado que a los 30 días de que abandonó el cargo en Palacio de Gobierno una persona de todas sus confianzas viajó a la Unión Americana con la encomienda del ex gobernador de comprar 13 departamentos en una zona exclusiva de Miami, Florida, con un valor de 4 millones de dólares cada uno. La compra total fue de 52 millones de dólares, alrededor de 676 millones de pesos de ese entonces. Tampoco ha pasado nada. No hay justicia.

De acuerdo al artículo 110 de la Constitución, un gobernador o cualquier funcionario público puede ser sujeto a juicio político, entre otras cosas, por el manejo indebido de fondos y recursos federales. ¿Qué ha pasado entonces con las denuncias?

Si Javier Duarte, ex gobernador de Veracruz, ya está preso por el desvío de 35 mil millones de pesos, y Roberto Borge, de Quintana Roo, también está encarcelado por el delito de daño patrimonial calculado en mil 900 millones de pesos, ¿por qué Juan Sabines continúa en libertad cuando hay pruebas suficientes de que sustrajo dinero de las arcas de los chiapanecos?

De acuerdo con las leyes actuales, el plazo para determinar si procede o no el juicio político contra Sabines es relativamente corto, pero hasta la fecha sigue congelado.

¿Será que su libertad se debe a las modificaciones legales que realizó el senador Zoé Robledo Aburto cuando fungió como diputado presidente del Congreso del Estado de Chiapas, que impiden que Sabines Guerrero sea enjuiciado?

LA RECONSTRUCCIÓN Y SABINES

De acuerdo con la Secretaría de Hacienda del Estado, en lo que va de este sexenio se han pagado poco más de 7 mil 250 millones de pesos de la deuda pública, pero gran parte de ese dinero ha sido para cubrir réditos e impuestos. Es decir, que para finales de 2016 la deuda sabinista bajó nada más 2 mil 345 millones porque los 4 mil 905 millones de pesos restantes se han ido en el pago de intereses.

Chiapas está sufriendo debido a los recortes presupuestales, a la precariedad de la economía nacional, la deuda pública estatal y sobre todo por la tragedia del 7 de septiembre, que dejó a miles de familias sin hogar y sin nada de lo que fue su anterior vida. Así que endeudar más al estado para sacar adelante las carencias sería un error. Saldría más caro el remedio que la enfermedad.

Chiapas no necesita un sobreendeudamiento, sino justicia. El secretario de Obra Pública y Comunicaciones del Gobierno del Estado, Jorge Alberto Betancourt Esponda, dijo que se requieren al menos 4 mil 500 millones de pesos para reconstruir los daños en los municipios afectados por el sismo, y Juan Sabines le debe a los chiapanecos no cuatro, sino 40 mil millones de pesos.

Propongo: porque las autoridades en lugar de contratar otra deuda mejor recuperan lo que Juan Sabines y sus funcionarios nos robaron. No podemos ser omisos en esto. Si alguien es el más indicado para exigir justicia es el Gobierno del Estado y sus instituciones. Sólo falta alguien tenga el valor de hacerlo. De lo contrario: la desesperanza. ¡Chao!

@_MarioCaballero

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