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LETRAS DESNUDAS

27 Octubre 2016

Mario caballero

Albores: el redentor del PRI

Solo era cuestión de tiempo para que el Partido Revolucionario Institucional volviera a impresionarnos, como lo hizo hace un par de domingos reuniendo a más de 40 mil priistas en una plaza en Comitán de Domínguez sólo para darle la bienvenida a su líder Enrique Ochoa Reza. Y lo hizo como en su mejor época: con ostentación, rompiendo los pronósticos, alardeando de su poder y con majestuosidad.

No es una idea romántica pensar que el PRI vuelva a ser el protagonista principal en las próximas elecciones; tampoco lo es creer que lo volvamos a ver como el partido con mayor representación en el Congreso local y con el control en un gran número de alcaldías. No podemos ignorar que tiene muchas probabilidades de recuperar la gubernatura del estado en el 2018 y esta vez con un candidato salido de la mismísima cantera priista, como Roberto Albores Gleason, el artífice de la redención del PRI.

LOS LIDERAZGOS

Me impresionó bastante ver esta desbordante demostración de galanura porque a pesar de los deseos de muchos –priistas incluidos- que ya quieren ver al PRI en la tumba, se mandó el mensaje de que está más vivo que nunca. También me impresionó porque más allá de lo que sucede en otros estados del país donde el partido ha sido envuelto nuevamente en escándalos de corrupción (caso Veracruz y Javier Duarte, por ejemplo), el PRI en Chiapas parece ser que es un plato que se cocina aparte.

Sin embargo, hace unas dos décadas un panorama como el de hoy en el que el Tricolor es el enemigo a vencer, estaría solo en la imaginación de un demente. El partido de Plutarco Elías Calles a lo único que podía aspirar en esos años era a la supervivencia, a conseguir votos para conservar su registro como agrupación política.

El partido cayó en una profunda crisis de valores que lo despojó de la compañía del pueblo. Los abusos, los fraudes, los crímenes de Estado, los discursos demagógicos, la actuación lamentable en el desempeño de los cargos gubernamentales y el cinismo de creer que el PRI permanecería en el poder hasta el año tres mil (Manuel Bartlett dixit), fueron los principales motivos que lo llevaron al fracaso.

Pero el PRI no es malo, fueron sus líderes los que se encargaron de desprestigiarlo.

En caída libre el tricolor en Chiapas perdió poco más de 200 mil votos, pasó de gobernar 71 municipios a sólo 29 entre los años 2001 y 2012. Los culpables de este debacle fueron Sami David David, Andrés Carballo Bustamante, Arely Madrid Tovilla, Aquiles Espinosa García y Sergio Lobato, que en su locura y megalomanía agrandaron la catástrofe.

Sami David David, político chic de la época de los dinosaurios, fue impuesto en la presidencia estatal del PRI por Roberto Madrazo Pintado, entonces líder nacional, el 10 de febrero de 2003.

Sami David llegó para reparar el desastre ocasionado por Aquiles Espinosa García, a poner orden y unificar al priismo ya bastante fragmentado. Falló. Frustrado por la derrota ante Pablo Salazar Mendiguchía se dedicó a gobernar para la élite partidista, obedeciendo órdenes de la dirigencia nacional, despreciando a los cuadros bajos -¿o pobres?- de la militancia y hacer que la caída del PRI fuera más dolorosa.

En las elecciones de 2003, Sami David sepultó al priismo al elegir a candidatos torpes, sin carisma, soberbios y sin una pizca de inteligencia para llegar al ánimo de una sociedad hastiada del PRI.

 

Siendo diputada federal por enésima vez, Arely Madrid Tovilla asume el liderazgo del organismo con 3 mil 265 votos, muy por encima de su contrincante Julián Nazar Morales que obtuvo mil 603 votos. Pero… esto no es verdad.

Si hay alguien que se ha beneficiado en serio con el PRI esa es Arely Madrid, que ha sido cinco veces diputada federal, una vez diputada local y senadora, siempre bajo la figura plurinominal. A pesar de la inmensa fortuna que le ha dado el organismo, nunca ha dudado en traicionarlo.

Un mes antes de las elecciones del 2006, Arely Madrid citó en su casa a todos sus operadores políticos para darles la consigna de lograr el mayor número de votos priistas para el candidato del PRD, Juan Sabines Guerrero. Y como en la política no hay amigos sino intereses, Madrid Tovilla traicionó a su compañero José Antonio Aguilar Bodegas que acabó aplastado por Sabines.

Traicionar al PRI le fue muy provechoso. Llegado el año 2007, Juan Sabines impulsó a Arely Madrid como presidenta estatal y, en el 2012, la hizo diputada federal. Pero en las elecciones intermedias los resultados de Madrid Tovilla fueron terribles, entregó más alcaldías a la oposición y fue acusada de vender las candidaturas hasta en 10 millones de pesos.

LA NUEVA ERA

Roberto Albores Gleason es de la clase política joven que acompañó a Enrique Peña Nieto a lo largo del camino a la presidencia. El 9 de agosto de 2011, es elegido dirigente estatal del PRI con el voto de 8 mil priistas, y contó con el apoyo de todos los sectores, organizaciones y presidentes municipales del PRI. Y, contrario a las predicciones de los opositores, logra excelentes resultados en las elecciones de 2012.

Ese año para el priismo fue excepcional: 600 mil almas acudieron a las urnas ese histórico 1 de julio. El PRI de Albores pasó de gobernar el 20% al 45% de la población chiapaneca, es decir, ganó 43 alcaldías, 16 diputaciones, 2 senadurías y la gubernatura en alianza con el Partido Verde Ecologista de México. Además, colocó a Chiapas dentro de las cinco entidades con mayor votación a favor del presidente Peña Nieto.

Él se convierte en senador de la República con un millón 33 mil 974 votos.

En el 2015, estando otro partido en el poder, Roberto Albores mantuvo el liderazgo al obtener 432 mil 562 votos y ganar 36 presidencias municipales y 17 diputaciones locales.

En la actualidad, el PRI es un partido evidentemente distinto. Aunque aún le falta mucho para ser una agrupación política perfecta, en la era de Gleason ha alcanzado ir más allá de lo acostumbrado, logrando la unidad de la militancia, la confianza en el liderazgo y destruyendo las viejas formas de hacer política. Consiguió reconciliar al partido con la sociedad.

¿GOBERNADOR?

Hoy Roberto Albores Jr. tiene 37 años de edad y está convertido en un fenómeno político. Tiene carisma. Se relaciona fácilmente con la gente de quienes aprende a ser un mejor servidor público y aun un mejor ser humano.

Sus buenos resultados en su paso por el PRI dicen de él que no es un político improvisado, sino un talentoso en el arte de gobernar, atado a una tradición que se fortalece con el paso de los años, con una herencia de casta, con vocación para servir a su pueblo y su partido.

Reflexionando un poco caeremos en la cuenta de que lo que pasó en Comitán no es un mensaje solo para el priismo, porque no nada más habla de la reivindicación del PRI, sino es un mensaje para todos los chiapanecos, de un joven que brilla con luz propia, de propuesta y compromiso, que podría cambiar la historia de Chiapas en el 2018.

¿Será gobernador? Ya lo veremos.

PARA MAGDALENA

¿SABE QUIÉN ES Roberto Serrano Altamirano? Es el delegado de la Comisión Nacional de los Pueblos Indígenas, pero dicen que es más fácil encontrarlo en un antro que en sus oficinas. Como todo sabinista que fue, que ha sido, que será, está acostumbrado al placer, a darse pellizcos con el dios Baco, no a tratar con los indígenas, menos con sus problemas. Abundaremos… ¿QUÉ PASÓ con el caso Caña Hueca? Al parecer es otro asunto que mancha al alcalde Fernando Castellanos Cal y Mayor. Ya le diré por qué… Au Revoir.

@_MarioCaballero

yomariocaballero@gmail.com

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